Más allá de un pupitre.

Capitulo 37: "Nueva escuela"

Sentí que me removían una y otra vez intentando...fastidiarme.

-¿Qué pasa?- me gire con molestia y frente a mi estaba Billy.

-Levántate Sam...Son las 6.30 am, vas a llegar tardísimo.

-Ay no por favor- me cubrí con las sabanas- No me obligues a ir.

-¡Te levantas o llamo a papá!

Descubrí mi rostro, lo mire mal y le saque la lengua.

-¡Muévete!-volvió a gritar.

Patalee en la cama y luego me levante. Fui rápidamente a bañarme y me puse lo primero que encontré. Hacía mucho frio afuera así que opte por llevar un lindo gorro de lana negro.

Fui hasta el auto de Matt y mi hermano estaba en la silla del copiloto con un jugo de naranja en la mano. Tome el vaso y me senté rápidamente en la silla trasera. Lo fui tomando durante todo el camino mientras se me cerraban los ojos poco a poco.

-Samantha- dijo con fastidio mi hermano.

Abrí los ojos con aun más fastidio y me senté derecha. Cuando nos acercábamos a la escuela, vi a varios estudiantes caminando por la acera y fue justo ahí cuando mis nervios florecieron y enseguida me despertaron.

-Billy ya no quiero, ya no quiero, ya no quiero- me deslice en el asiento.

-No seas llorona.

-Ah claro, como no eres tú.

-Hemos llegado.

Sentí que me iba a desmayar de los nervios, mire por la ventana y mi tío estaba en la entrada recibiendo a los alumnos.

-Vamos Sam.

Respire profundamente y me baje al tiempo que mi hermano. Todos los que estaban reunidos afuera me miraban como un bicho raro mientras caminaba hacia la entrada.

Se invisible, se invisible.

Cuando nos acercamos hasta mi tío él nos saludó como si no nos conociera, y así era mejor, así no tendría trato especial de parte de ninguno en esta escuela.

-Señorita Stewart, le dije que se presentara un poco más temprano.

-Lo siento director Stewart- intente contener la risa- Se me pegaron las cobijas.

-Acompáñeme...le mostrare su salón.

Los que nos rodeaban o pasaban por nuestro lado se quedaban mirándome con extrañeza provocando que los nervios se pasaran a mi estómago. Billy se inclinó para abrazarme y darme un beso en la frente mientras yo seguía en shock.

-Billy no me dejes...

Él rodo los ojos.

-Pórtate bien...te pasare a recoger.

Asentí con nerviosismo.

-Señorita- oí la voz de mi tío, me gire y le sonreí- Entremos que se hace tarde.

Volví a asentir y entre con mi tío. Todos, absolutamente todos me tenían puesto el ojo encima y yo sentía que en cualquier momento las piernas me fallarían, odiaba ser nueva en un lugar, me sentía insegura, indefensa, rara, extraña...me iba dar un ataque en cualquier momento.

El timbre sonó provocándome aún más pánico, todos empezaron a entrar a sus respectivos salones. Mi tío me enseño mi nuevo casillero, así que mientras guardaba algunas cosas el pasillo quedo desolado.