Contarle a Tom detalle a detalle lo que me había ocurrido y por lo que tuve que pasar en Australia fueron las explicaciones suficientes para que me perdonara y entendiera la razón del porque no lo había llamado durante estos casi cuatro meses. Había sido por él y por su bien.
-Soy tan, tan idiota- se llevó las manos a la cabeza- No sabes lo estúpido que me siento ahora Sam.
-No te sientas así mi amor- quite las manos de su cabeza y acaricie su rostro- Si yo hubiera estado en tus zapatos hubiese sido aún peor...y justo ahora te estaría golpeando.
Él rio y acaricio mi mejilla.
-Y ahora me siento aun peor por lo de Matt- me miro a los ojos- Lamento mucho lo que le ocurrió...
Torcí el rostro y sentí un retorcijón en el corazón. En ese momento la campana sonó y nos sobresaltamos.
-Ya es hora de que me vaya- sugerí y me levante- ¿Nos vemos a la salida?
-Eso ni se pregunta- me estiro sus brazos y me lance a ellos sin dudarlo.
-No sabes cuánto agradezco que estés bien mi amor- acaricio mi cabello- No sé qué hubiese sido de mi si te hubiera pasado algo. Si ese tipo te hubiera hecho algo yo mismo lo hubiera ido a matar con mis propias manos.
Alce mi cabeza y lo mire fijamente a los ojos.
-Lo que yo hubiera hecho si Mars se hubiese metido contigo...dios- contemple la idea y me dieron escalofríos- Pero gracias a dios estoy bien y tú y todos los que tengo aquí lo están también mi amor- entrecerré los ojos- y lo más importante de todo es que estoy aquí...contigo.
-Tienes razón- beso mi frente- Ahora eso es lo que importa.
Me separe de él e hice una mueca.
-Tom...ahí algo que debo decirte.
-Dime- frunció el ceño.
-Voy a hablar con mi padre sobre lo nuestro...creo que ya es hora de que lo sepa.
Se quedó mirándome con la boca abierta.
-¿Qué? ¿Mala idea?
-En absoluto- se volvió a acercar- Me parece grandioso que tu padre sepa que hay alguien más que ama a su pequeña hija.
Sonreí de plena felicidad.
-Pero antes... ¿Debo llevar chaleco antibalas?
Solté una enorme carcajada junto a él.
-Lleva lo que quieras- me incline- Nada de esas cosas te salvaran del despiadado Oficial Stewart.
Dio un rápido beso y me miro.
-¿Ya te he dicho que eres muy hermosa?
-Nop- hice un puchero.
-Bueno...-paso un mechón detrás de mi oreja- entonces debo recalcarle Señorita Stewart que usted es muy hermosa y me siento muy afortunado de que sea mi novia.
Me dieron ganas de saltar, gritar, llorar, de la felicidad. Pero simplemente lo mire a los ojos con ternura y lo abrase.
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Más allá de un pupitre.
RomansÉl es su profesor, ella su estudiante. Ambos con planes diferentes, futuros diferentes. ¿Pero que pasara cuando el destino decida unirlos? ¿Podrán superar lo que el destino les tendrá preparado? ¿Sera amor o simplemente un capricho? Se verán rodeado...