― Bienvenida a la universidad Spriller ¿En que podemos ayudarte?
― Soy Alex Gilmore, la encargada de admisión me envió a buscar el horario y el mapa del lugar.
La secretaria asintió, se giró y comenzó a teclear su computadora.
Es irónico, yo solía ayudar a mi padre, fingía ser su asistente personal para librarse de algunos socios molestos.
Luego nos reíamos a carcajadas y recuerdo que siempre me abrazaba y me lo agradecía.Un ligero ruido me sacó de mi ensoñación, busque de donde provenía resulta que una pequeña impresora Cannon copiaba algunos papeles.
― Aquí tienes. ― Me pasó algunos documentos y los tomé ― ¡Que tengas buen día!
― Gracias.
Salí de allí rápidamente, revisando mi horario.
Matemáticas.
Miré el mapa y me dirigí hacia el aula.No entiendo ¿Por que si estudio enfermería necesito matemáticas? Se supone que debo aprender a cuidar personas, no a números.
Llegué fácilmente a la puerta de mi respectivo salón, lamentablemente no me tropecé con algún chico popular, el cual se convertiría en el amor de mi vida, ni alguna persona que me ayudaría a llegar.
Toqué la puerta varias veces, la misma estaba construida de polimetal blanco.
Se abre y me recibe un hombre de avanzada edad que por lógica es mi profesor.― Alex, eres la elegida, por fin llegaste― Dijo con una expresión de sorpresa.
Yo retrocedí dos pasos mirándolo con horror.― ¿Cómo sabe mi nombre?
― Porque... ― Mientras llevaba sus manos a su espalda ― Tengo la lista con los nombres de todo los estudiantes y tú eres la única que faltaba ―Se burló a carcajada y me mostró la lista ―Debiste haber visto tu cara estabas así ...
Me imitó con una expresión de horror muy chistosa.
― Puedes pasar, bienvenida.
Caminé sigilosamente, observando todo el aula y no me llamó la atención ninguna persona en especial, así que centré mi atención hacia el profesor expectante.
― Soy el profesor Christen Cannon y esta es mi clase. ―Sonrió y señaló un pupitre vacío ― Alex, puedes sentarte.
Me acerque a la silla vacía en la ultima fila, coloqué mis útiles en la mesa y tomé asiento.
El comenzó la clase.
Curiosamente, su apellido me recordó la pequeña impresora.
****
Se escucha el chirrido irritante de las viejas sillas, siendo arrastradas y salte de la mía, y corrí prácticamente del salón a toda velocidad, saqué mi mapa para localizar la cafetería.
― ¡Aloha! ―Levanté la cabeza lejos del mapa y vi una chica alta de ojos marrones, cabello rubio muy largo.― Veo que estas un poco perdida, Alex. Por eso me detuve para ayudarte, porque yo conozco esta universidad completamente. Sabes cuando te vi en la entrada con esa expresión, me morí de la risa, el profesor siempre hace lo mismo con tod...― La interrumpí bruscamente.
― ¡Detente! Estas hablando demasiado rápido, y ni siquiera me dijiste tu nombre.
Ella se veía un poco apenada.
Sonrió tímidamente.― Lo siento es que siempre suelo hablar mucho.
― Mi nombre es Grace. ―Me tendió su mano y respondí con un gran apretón― Vivo aquí desde que tengo uso de la razón, se cada lugar de la ciudad y conozco esta universidad como la palma de mi mano y pu....
― ¡Grace! Ya basta. ―Ella cerró la boca― ¿Me llevas a la cafetería? Comemos algo y me cuentas todo.
Ella sonrió y comenzó a caminar.
Llegamos a la cafetería, pedí un jugo de naranja y una hamburguesa.
Yo y mi dieta.
Nos sentamos en una mesa apartada.― Creo que he hablado demasiado. Cuéntame de ti ¿Qué te trajo a la ciudad mas baja de Estados Unidos? Prometo no interrumpir.
― Mi madre es enfermera y fue trasladada aquí.
Sonrió― ¿Y tu padre?
Hice una expresión de tristeza todavía me costaba hablar del el.
Su muerte fue un bomba, me desgarró, desde ese día me he sentido vacía.― Murió ― Susurré mirando hacia otro lado.― Todavía me cuesta hablar de él.
― Lo siento mucho.
Sonreí e hice un gesto de indiferencia.
― No es tu culpa.
― Me caes bien.
Sonreí y asentí, brindándole un gesto cálido.Llegué a casa, luego de un estresante día de Universidad.
Me senté en el sofá de imitación barata, no teníamos para comprar uno autentico.Miré mi nuevo hogar, una sala bastante angosta, una pequeña cocina y una escalera para subir al segundo nivel.
Como cambian las cosas, antes lo tenia todo, una mansión enormes, piscinas y a mi padre.Suena la puerta y giran la perilla, mi madre realiza su entrada.
Ella es alta y rubia con unos ojos verdes impresionantes al contrario, yo soy pequeña, con el cabello castaño y ojos mieles.Parecida a mi padre.
*****
6 Meses después.
― ¿Estas segura que podemos ir a ese club? ―Pregunte insegura, me enteré que esta ciudad, tiene algo así como un jefe, es un hombre conocido como el León, es el prez de el Club de motocicletas Nomads York, llegaron un día y se adueñaron de todo, convirtiendo el estado en toda una dictadura.
Se dice que se le debe mostrar respeto a él, se debe bajar la cabeza además no se le puede tocar y mucho menos hablar, si no quieres una buena paliza.
― Descuida el león no frecuenta mucho ese club, no es uno de sus favoritos.-Dijo como si leyera mis pensamientos y de repente me pregunté como era el León. Curiosidad suicida, tal vez.
― ¿Es el León atractivo?-Pregunté.
― El León esta guapísimo, es un hombre mayor de algunos veinte y muchos o treinta y pocos años, es fornido y alto, su cuerpo esta tatuado, es muy sexy. ―Ella hizo una mueca ―Pero no es un hombre con el que quieras relacionarte, solo las mujeres que el y sus compañeros desean pueden acercarse, solo he escuchado cosas malas, excepto que son unos dioses en la cama.
― Tranquila, Grace no es como que quisiera acercarme.
Me miré en el espejo llevaba puesto un vestido rojo muy ceñido a mi cuerpo, y unos zapatos altos negros.
― Eso espero.― Sonrió y dio algunos saltos ―¡Nos vamos!
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-🔥🔥🔥Hola¡¡¡¡
Terrícolas 👽👽👽
Bienvenidos a mi novela.
Espero que les guste el primer capitulo.
Ya en el segundo conoceremos mas a nuestra protagonista Alex.
⚡⚡⚡⚡Un reto ⚡⚡⚡⚡⭐⭐⭐⭐10 votos y subo el siguiente capitulo.
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León (Sons of Delvilry #1)
Teen FictionCuenta la leyenda: Que allá en los suburbios, en la ciudad más desdichada y baja de los Estados Unidos, en la supuesta ciudad olvidada por Dios. Vive un hombre apodado "León" y nadie sabe su nombre, porque nadie ha tenido el valor de preguntar. El h...