Tomé el paño de agua tibia y limpié su frente.
Aquel día había sido un desastre, un TOTAL y COMPLETO desastre.
Primero estaba mandando al demonio al León, después estaba siendo salvada por el y finalmente lo habían herido de bala.
Quería odiarlo pero después de lo que había hecho como podría hacerlo ¡Me salvo la vida, maldita sea! Si el no hubiese arriesgado su vida por mi yo estuviera postrada en esa cama como el o peor aun estaría siendo recogida de aquel piso.
Seguí el recorrido por su cuello y luego por sus hombros, el permanecía inerte en mi cama.Ya había pasado tres días y el seguía inconsciente, lo peor de todo no sabia si despertaría.
Recuerdo perfectamente todo lo que sucedió cuando lo traje a mi casa, mi madre no estaba se supone que tenia que estarlo, luego de dejarlo en mi sofá corrí hasta su habitación pero nada y en la puerta del refrigerador encontré un nota:
En caso de que estés preocupada, no estaré en casa por mucho tiempo, he estado viendo un viejo amigo de tu padre y que te puedo decir, ya no soporto este estilo de vida. El por fin me propuso vivir con el y bueno, en esa oferta no estaba incluida mi hija de veinte años, creo que ya eres capaz de cuidarte por ti sola y no creo haber sido nunca la mejor madre y no quiero serlo en este momento por eso te dejo...Hasta pronto.
¿Por qué se siente tan mal? Digo eso no era lo que estaba buscando separarme de esa mujer que me agobiaba tanto, pero no era bueno para nada. Suspiré , este sentimiento que se formaba en mi pecho se sentía como una piedra que no podía quitar y es que mi madre me habia abandonado a mi suerte. Unas lagrimas se resbalaban por mis mejillas, tomé la nota y la rompí en mil pedazos tratando de calmar el dolor.
Un gemido de agonía llegó a mis oídos y corrí a la sala, donde había dejado al León este presionaba su herida con los ojos apretado, tenia que ayudarlo, me necesitaba.
Busqué el botiquín profesional de mi madre, desinfecte mis manos y corrí a su lado, corté su ropa hasta que tuve perfecta vista de la área lesionada. Para nuestra buena suerte luego de revisar llegue a la conclusión de que era una herida de bala leve es decir no penetro profundo dentro de su piel ni dañó ninguno de sus órganos entonces lo que tenia que hacer era:
Encontrar y extraer pedazos de bala
Limpiar la herida
Cerrar con puntos de sotura
Empece mi trabajo y luego de hacer todo con sumo cuidado por fin había terminado, cuidadosamente, le quite la camisa sucia de sangre, subí al baño no antes de limpiar todo el desorden y los resto de gasas sucias.
Tomé una ducha y salí envuelta en una toalla con mi cabello húmedo goteando por todo el piso.
- Pequeña fiera.
Escuche un gruñido bajo y una voz áspera, rápidamente lo busqué con la mirada y lo encontré a unos metros de mi, había subido las escaleras el solo.
- ¡Leon! No puedes caminar se va a abrir las heridas.
Corrí a su lado sujetando mi toalla, lo sostuve de la cintura y comencé a guiarlo a mi habitación.
- Estoy bien pero podría estar mejor si me das un beso.
Lo ayude a sentar en mi cama y tome asiento a su lado, ignore su petición y recordé que el necesitaba medicamentos.
Fui rápidamente a un cajón de mi gabetero y saqué una pastilla para el dolor y otra para la inflamación y fiebre.- Necesitas tomarte estas pastillas.
El cogió un mechón rebelde que salía de mi moño despeinado.
- No -. Resoplé desesperada, atrapé su mano y dirigí las pastillas a su boca, el la cerro en una fuerte linea y no habla hasta que las aleje- Lo que necesito es un beso.- Si lo hago te las tomaras.
El asintió y yo accedí, me acerque a el lentamente y uní nuestras bocas en un pequeño beso, me alejé pero el dirije su mano hasta la parte posterior de mi cuello apretándome contra el mordió mi labio fuerte logrando que yo abriera la boca, este introdujo su lengua intensificando y tomando el completo y absoluto control del beso.
Sus manos recorrieron todo mi cuerpo y se detuvo en mis nalgas apretándolas en un agarre firme.
La otra mano que sujetaba mi cuello se deslizo hasta el nudo de mi toalla.
Yo aproveche ese momento para alejarme de el.Jadeante y nerviosa retrocedí varios pasos.
- Pequeña fiera eres deliciosa y adictiva.
Observé sus ojos dilatados por la excitación.
Se acomodo lentamente en la cama con un poco de dificultad por la herida.- Muy dulce, lo mas dulce que he probado y es solo mio.- Dijo y luego gimió.- Escuchaste solo para mi, eres mi salvación, estarás conmigo para siempre.
Sus palabras me habían conmocionado y un pensamiento vago se paseo por mi cabeza.
Tenia que darle algo¿Qué era?
Mire a mi alrededor.
No recordaba.
Miré mis manos y me encontré con dos pastillas. Si eso era.
Me acerque a la cama. Toque su frente, ¡rayos! estaba ardiendo en fiebre, entendí que todo lo que había dicho y hecho, era por la fiebre.- Lo prometido es deuda. Abre la boca.
El por primera vez, lo que me dejó un poco sorprendida me obedeció sin vacilar y abrió su boca.
Le introduje el medicamento y luego me di cuenta que tenia que traerle un vaso con agua.Ese había pasado, el primer día, como conte hoy era el tercero y aún no había vuelto a despertar.
Baje las escaleras y fui en busca de lo que necesitaba.
Subí al segundo piso rápidamente.Estoy aquí nuevamente, perdón por dejarlas tanto tiempo
Esta vez actualizare mas seguido.
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León (Sons of Delvilry #1)
Teen FictionCuenta la leyenda: Que allá en los suburbios, en la ciudad más desdichada y baja de los Estados Unidos, en la supuesta ciudad olvidada por Dios. Vive un hombre apodado "León" y nadie sabe su nombre, porque nadie ha tenido el valor de preguntar. El h...