Tomé la manta y me cubrí a excepción de mi rostro.
Transcurrieron varias horas en las que no pude dormir, cada vez que cerraba los ojos, recordaba a ese hombre atado y me lo imaginaba siendo cruelmente asesinado por León.
Rodé en la cama, y me puse de pie. Fui al baño y me humedecí el rostro, me miré atentamente en el espejo, dos bolsitas de color morado se estaban formando debajo de mis ojos ¿Quiero esto para mí vida? Vivir huyendo, escapando de todos por crímenes que nunca fueron míos, tener miedo y saber que algún día todo acabara de repente.
El te ama, el dijo que me amaba, esperando que yo le respondiera lo mismo. Cuando tarde varios minutos pensándolo, sentí como su mano apretaba más fuerte mi mano ¿Es eso una señal? En ese instante lo ignoré furtivamente y mi boca pronunció las palabras que el quería escuchar yo también te amo y sus ojos se iluminaron.
¿Era eso lo que yo en verdad sentía? Amor o simplemente necesitaba que alguien me protegiera, necesitaba sentirme amada. Pero el me amaba, no me tientes, eso me repetía cuando no era sumisa ante el, pero se atrevería a cumplir su promesa, ¿o no lo había hecho ya? Había colocado sus manos en mi cuello hasta que no pude respirar ¿Por qué me amaba?
Me sentí entupida en un ciclo eterno.
El quizás necesitaba ser visto, ser reconocido, ser amado. Quizás eso era una necesidad y no un sentimiento. Un vacío que llenaba cuando me veía, un premio más, algo que se le fue negado y ahora podía tenerlo. Volví a la cama y me recosté intenté dormir una vez más, lo conseguí.
- Dulzura, despierta- Sentí que sus manos, acariciaban mi cabello, lentamente abrí los ojos, era de día y los radiantes rayos del sol entraban por las ventanas de la habitación. - Te traje el desayuno.
Me miraba con unos increíbles ojos azules con motas verdes, era hermoso, el sonrió y se levantó de la cama - Gracias.
El delicioso aroma de la comida, hizo gruñir mi estomago y tomé una uva verde - No estuvo bien lo que hice anoche, perdóname.
El me tendió, un pequeño estuche y me sonrió un poco apenado, lo acepté y abrí. Quede impresionada por el majestuoso collar, dorado y con un corazón relleno de pequeños diamantes. - Es hermoso.
- Te mereces eso y mas, dulce- Retiró el lujoso accesorio de la caja, mientras con la otra mano retiraba mi pelo y me colocaba el collar en al cuello - No te traté como es debido, dudé de ti, eso no volverá a pasar - ví un poco de miedo en su mirada.
Sujetó mis manos en un firme agarre- Yo nunca te haría daño Alex, yo te amo.
Intentó besarme, pero giré mi rostro - Lo haz hecho, en otras ocasiones. - El me miró un poco sorprendido, y me observó fijamente, mientras su agarre se volvió mas fuerte- Sabes porque lo hice.
No discutí.
- ¿Lo entiendes nena?- me tomó de la barbilla dulcemente- Si, si, perdón por decir eso.
Me excusé.
Cuando mis labios pronunciaron esas palabras, sentí que una parte de mi se rompía ¿Existe una justificación valida? ¿Me lo merecí por ser tan bocazas o por mi comportamiento irreverente delante de todos y a solas? Me hizo dudar y me odié por no saber, más aun por considerar que era yo la culpable.
Pequeña fiera, tengo que irme, resolveré unos asuntos pendientes y creo que tardaré unos días- Se levantó de la cama, cambiando totalmente su semblante- Nena, cuando vuelva quiero que nos casemos.
El sonrió y me tomó de la mano- Eres mía y yo soy tuyo- Estaba en Shock, no podia procesar la información- No me respondas ahora, hazlo cuando vuelva.
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León (Sons of Delvilry #1)
Teen FictionCuenta la leyenda: Que allá en los suburbios, en la ciudad más desdichada y baja de los Estados Unidos, en la supuesta ciudad olvidada por Dios. Vive un hombre apodado "León" y nadie sabe su nombre, porque nadie ha tenido el valor de preguntar. El h...