Luego de esos tres dia me encontraba limpiando su cuerpo con unos pañuelo humedo.
Hasta que abrió los ojos.Por fin despertó.
Parpadeo varias veces, me imagino que acostumbrándose al tipo de luz.
Me asombré cuando atrapo mi mano en un fuerte agarre.- ¿Qué haces?
Cuestiono enojado y con voz ronca.
Se sentó rápidamente y luego gimió de dolor al parecer se le olvido que estaba herido.- Por fin despertó el bello durmiente.
Comenté burlonamente, el me miro serio demasiado lo que ocasiono que mi risa se esfumara.
¡Si que tenia mal despertar!
Miro alrededor detenidamente, analizando cada detalle.- ¿Dónde estoy?
Tragué con dificultad y sentí un destello de incomodidad proveniente del fuerte agarre.
- Suéltame - Gemí de dolor no era muy fuerte pero podía sentirlo y intente sacar mi mano pero no pude.
- Te lo volveré a preguntar ¿Donde estoy?
- Estas en mi casa ¡idiota! Suéltame me estas lastimando.
Recordé algunas técnicas básicas de la auto-defensa. Torcí su brazo y mi cuerpo de repente fue empujado hacia delante y en un segundo yacía encima de el León mientras el me apretaba hacia su cuerpo con la otra mano.
Es que si recuerdan dije que tome clases de defensa pero no aprendí nada, ni una mierda solo se disparar y este no era el caso.
Solo iba por ir.
- ¿Te digo que quiero?
El acerco su rostro y rozo nuestros labios se alejo y saco su lengua para lamer sus perfectos labios.
- ¿Qué ?
El me soltó tan rápido como me agarro. - Un teléfono, mujer.
Tan fuerte me aparto de su cuerpo que acabe de culo en el piso.
El es un maldito idiota, claro que lo es.
Gruñí y me levanté del suelo, me dirijo hacia donde estaba el teléfono.Irritada decido molestarlo un poco.
- ¿Como se dice?- Dámelo - Contesto chocante. Hice un gesto con el dedo.
- Por favor.
- Leoncito bueno, toma y procura no hablar mucho mis créditos no son ilimitados, ya estas aprendiendo.
Le lance el aparato y me dirijo hacia la puerta pero antes de salir. Escucho su curiosa pregunta.
- ¿Cuantos días han pasado?
Yo sonreí mientras giraba el pomo de la puerta.
- Tres días, Leoncito.
- Maldición, ¡hijo de puta!
Salí a la vez que lo escuchaba maldecir.
Baje las escaleras y me adentre en la minúscula cocina, busque algo de café y comencé a preparar una taza, estaba un poco cansada ademas necesitaba comenzar a trabajar para poder pagar mis necesidades básicas y la renta de la casa, por suerte tenia un dinero guardado que era el que usaría para independizarme.
Ya no era necesario salir de aquí, eso si desde que pueda cambiare las cerradura para si cualquier día ella quiera volver, no pueda jodidamente ni abrir la puerta.Vertí el café en la taza y lo deje en la meseta para buscar unas galletas en la repisa creo, luego de una búsqueda exhaustiva por fin encontré mis adoradas galletas y cuando regreso a la cocina, encuentro al León cómodamente sentado bebiendo mi café.
- ¿Que diablos.....
Me acerco a el rápidamente solo para confirmar y poder ver su sonrisa de oreja a oreja.
- Le falta azúcar, no me gusta.-Dice mientras toma otro sorbo de mi preciado café. Degustando mi café, MI CAFE como si fuera suyo.
- Y ¿ Por qué sigues bebiendo?- Le dije quitandole la taza de las manos y fulminándolo con la mirada sera idiota.
- Porque tengo hambre, deberías prepararme algo de comer.
Le mostré mi hermoso dedo medio
Me encaminé hacia la sala, me senté en el mueble, escuchando sus pasos detrás de mi.- Tu deberías estar en tu palacio, señor rey.
El sarcasmo salpico la habitación y el soltó un bufido mientras que yo me acomode y encedi la televisión.
El me quitó de las manos el control y la apagó.- Que mal educado.
- Te recuerdo, señorita problemas. Yo te pedí que te quedaras escondida, ni siquiera me escuchaste, tuve que ir a rescatar tu dulce trasero de otra manera no estaríamos en esta situación.
- ¿Quieres que te agradezca? Si no fuera porque planeabas tener sexo y luego echarme como una puta cualquiera, la historia sería diferente
Me levanté del sillón para dirigirme a la habitación.
Con mi café y galletas en manos- Gracias por tu acción de caridad, ahora toma toda tu bondad metetela por el trasero y lárgate de mi casa, hijo de puta.
Lo ayude todo lo que pude, mi deuda estaba saldada, mi conciencia tranquila ya estábamos a mano, el se podía largar.
En cuestión de segundos el estaba frente a mi sosteniendo mi mandíbula, haciendo levantar mi rostro para poder observar su cara, el era una casa con pies, yo apena le llegaba a su hombro.
-Se te olvido con quien hablas, pequeña fiera.
Solté la taza de café, calló a nuestros pies derramando el café por todas partes pero no se rompió.
- Con un idiota engreído y narcisista.
- Sabes que puedo hacer contigo lo que quiera ¿Por que no me tienes miedo? Una persona racional lo tendría.
- Porque se muy bien que no me harás daño, estas tan obsesionado conmigo que puedo jurar que te arrepientes de permitir que esa mujer me golpeara, porque te encanto y no hay un minuto en que no me visualices desnuda en tu cama.
¿No es cierto, leoncito?Bajo su mano hacia mi cuello y comenzó apretar, mi sonrisa se borro cuando sentía que me faltaba el aire.
- Ten cuidado, pequeña fiera con tu lengua viperina.
》Te puede llevar a la perdición.Comencé a forcejar, pero el no cedía su agarre, no podía hablar.
Y lo supe todo se volvió negro de nuevo.¡No otra vez!
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Helloooouuuuu
Estoy aquí con su nuevo capitulo
Quería saber si me pueden ayudar con una nueva portada estaré recibiendo ofertas, las interesadas me escriben por mensaje.
Graciassss y hasta luego.
Besosotes y abrasotes.
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León (Sons of Delvilry #1)
Teen FictionCuenta la leyenda: Que allá en los suburbios, en la ciudad más desdichada y baja de los Estados Unidos, en la supuesta ciudad olvidada por Dios. Vive un hombre apodado "León" y nadie sabe su nombre, porque nadie ha tenido el valor de preguntar. El h...