En mi mente las cosas pasaron tan lentamente que se me hizo un infierno.
La ambulancia, la bolsa negra, el mismísimo reloj, parecía que todo pasaba a la velocidad de un caracol y el silencio de un cadáver. Sentía que el planeta había dejado de moverse, incluso cuando mis padres intentaban decirme algo yo era incapaz de oírlos.
Me sentía en un gran agujero negro, lloraba sin siquiera estar haciendo nada, ni pensando en nada, sólo observaba a mi abuelo igual de serio que siempre, a mi padre en el mismo aislamiento que yo, y mi madre llorosa intentando que al menos mi padre y yo nos estabilizáramos.
Sobre el final de las navidades para mi padre eso fue posible, para mí no.
Mi madre se lo había llegado a decir a la madre de Matías, este había estado desesperado intentando contactar conmigo, pero hasta mi móvil había dejado de estar a mi lado, los días pasaron a la misma velocidad que ese día, y que el día del entierro, me veía incapaz de volver a ver los días igual.
-Alan? -Comentó mi madre apareciendo en la habitación de retratos de mi abuela.
Sitio en el que yo me ocultaba para pintar con mi abuela cuando era pequeño, ahora solo era un sitio con viejos lienzos llenos de sentimientos para mi abuela, sentimientos en los que yo me ocultaba para sentir que no faltaba nada ni nadie.
-Mira, han venido Matías y Alex -Siguió hablando una vez me identifico sentado entre lienzos y oscuridad, y sabiendo que no contestaría-, tu padre y yo hemos hablado y hemos visto mejor que te vayas a pasar estos 4 días que quedan de vacaciones a su casa, así que han venido para que vayas con ellos, tu padre y yo... -Paro de hablar sintiendo como se le cortaba la voz e intentando que yo no lo notara- tenemos que ayudar a tu abuelo, ya sabes, así que será mejor que no estés aquí.
Ella consiguió llegar hasta mi apartando algunos lienzos y me extendió su mano para que me levantara del suelo y saliera de una vez de entre ellos.
Sin rechistar me levante del suelo sin aceptar su mano y pase a su lado sin tocarla para salir de ahí como ella quería.
*. *. *. *.
-Bajará ahora -Comentó la madre de Alan apareciendo por las escaleras bajando el bloc de dibujo que le había visto a Alan la otra vez y el maletín que le regalaron por Navidad-, el seguro que no lo quiere llevar, pero lo necesitara -Respondió a la duda que los había surgido a Alex y a mí al ver como la metía a escondidas en la maleta que nos había bajado Will mientras ella lo iba a buscar.
-Como se encuentra? -Preguntó Alex adelantándose a mi.
-Físicamente está genial, recuperó perfectamente el peso perdido en la temporada de exámenes, pero mentalmente... -Comenzó a hablar notándose en su voz que ya no sabía qué hacer por Alan- el... el no está bien, no rechista, no sonríe, no habla, solo escucha y hace todo lo que le pidas, y después se encierra en su habitación esperando a que pase otro día más.
Ni Alex ni yo sabíamos cómo estaba Alan hasta este momento, nadie había conseguido hablar con el, parecía que se había esfumado del mapa una vez ocurrió lo de Ana, aunque el no lo quisiera decir nunca, quería a su abuela, la quería demasiado, y seguramente encontraba en ella una seguridad que no veía en nadie.
Alan apareció al fin agarrando una cazadora color militar, su expresión parecía la de un muerto, carecía de color de piel dando aspecto de enfermo, y su mirada parecía perdida, nos vio a los dos a los ojos, pero no parecían vivos.
-Hola -Saludamos los 2 sin dudarlo intentando ver si se mostraba algo en su cara.
Pero solo levanto la mano e hizo el gesto de saludarnos, no pronunció ni una sola palabra.
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Aléjate ! (Yaoi)
Teen FictionHISTORIA ABANDONADA Alan Herrera es un chico solitario y malhumorado, después de que sus padres lo estuvieran trasladando de un sitio a otro desde que era pequeño decidió que ya era tonto tener amigos, o siquiera intentar llevarse bien con alguien. ...