Cap. 9

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Dolía más de lo que me había dolido algo nunca, Alex no se había privado de nada en ningún momento de la noche.
Aunque tampoco es que me quejara, en muy poco tiempo todo había pasado, ahora tenía amigos, y a Alex.
Siempre había estado en mis clases, lo había estado observando desde que llegue al instituto, y me parecía tan imposible estar ahora aquí. Él era el chico serio y popular tanto dentro como fuera del instituto.
-Buenos días -Comentó saliendo de la ducha.
Mientras "dormía" había ido a por ropa y había vuelto para ducharse aquí. Yo casi no podía moverme así que pase por dormido un buen rato.
-Buenos días -Conteste poniéndome un poco de lado.
El me beso con delicadeza en los labios, aunque en la noche fuera verdaderamente ardiente y no dejará tiempo ni a pensar con claridad en verdad tenía un punto de delicadeza fuera de eso, le gustaba disfrutar de las pequeñas cosas.
-Siento haberme pasado, tendría que haber pensando antes que era tu primera vez -Comentó una vez nuestros labios se separaron.
Yo hundí la cara en la almohada de la vergüenza. Por mucho que me doliera ahora en su momento bien que lo disfrute, era una sensación nueva que estaba claro que terminaría experimentando, pero eso no quita que fuera vergonzoso.
-Eso es una invitación a otra ronda? -Preguntó a la vez que mordía mi hombro.
Yo pegue un pequeño grito por el dolor y con las pocas fuerzas que tenía lo aparte.
-Era una broma -Contestó a la vez que intentaba aguantarse la risa.

*. *. *. *.

Dormir no había sido precisamente fácil, pero de alguna forma terminamos dormidos ya de cansancio.
Me levante de la cama intentando evitar el dolor por haber dormido en una mala postura, mi vista fue hacia la pantalla del ordenador, que estaba en reposo, al final nos habíamos quedado dormidos viendo una película.
Me levante de la cama y recogí el ordenador, una vez termine mi mirada fue hacia la otra cama, buscando el bulto de Alan, pero estaba completamente vacía y sin colcha, mi vista fue hasta el espacio entre las dos camas, estaba apoyado en la pared envuelto en la colcha y con la cabeza hacia un lado en una posición nada cómoda que enseñaba todo el cuello.
Cuando dormía parecía tener cara de ángel aunque en realidad fuera todo lo contrario, y es que la verdad era que su cara engañaba, cuando lo había visto por primera vez en el pasillo también había pensado que sería como Esteban, un chico más con el que se meterían, dulce e inocente, pero era todo lo contrario, tenía mal carácter, fuerte físicamente, no dependía de nadie. Si no tuviera esa apariencia nadie se atrevería a meterse con el, eso estaba más que claro.
Con algunas dudas lo cogí del suelo y lo puse en la cama donde se acurrucó y volvió a dormir tan tranquilo.
-Contrólate -Comente en un susurro para mí mismo.
Tener a algo tan tentador a mi alrededor no era lo que s e puede decir fácil pero debía controlarme.
Cogí varios libros para devolver a la biblioteca y me fui para poder coger más.
A saber cuando se me iría la tontería de enfrascarme en libros.

Extrañamente no había nadie en la biblioteca, o al menos en la recepción no había ningún profesor. Pero yo lo ignore y deje los libros encima de la mesa.
Rebusque entre toda la biblioteca intentando encontrar alguno que no me hubiera leído todavía, pero era más difícil de lo que me esperaba, mirara por donde miraba la mayoría eran libros que ya había leído, algunos incluso los había leído más de 10 veces, el número de mi carnet anotado por todas partes me delataba.
-Así que el chico con contactos estaba aquí -Escuche decir a una voz a mis espaldas.
Me giré tranquilamente para ver quién era y me encontré con Javier mirándome bastante cabreado.
-No sé de qué estás hablando -Conteste volviendo a lo mío.
-Tu apellido parecía sacado de una película de mafiosos, pero cuando me dijeron el apellido de quién había adelantado todo mi problema judicial no pude evitar acordarme de ti. Te delataste a ti mismo -Comentó acercándose más a mi.
Yo me di la vuelta y lo encare de nuevo sin retroceder un paso.
-Y qué pasa con eso? Tener un apellido que antiguamente perteneció a la mafia no es delito -Conteste con tono insolente.
-No, pero que el apellido vuelva a pertenecer a la mafia tal vez si -Respondió ya justo en frente mía.
-Dales pruebas a un Juez y ya hablaremos.
Ya estaba por empezar a caminar e irme pero el dio un golpe seco en la estantería y me hizo parar.
-Que problema tienes!? Es por qué intente violar al chico? Fue un malentendido, seguro que si le preguntas te explicara perfectamente el gran error que fue -Comentó viéndome con cara de cachorrito.
-Eso se lo dirás al juez -Volví a contestar y esta vez sí empecé a caminar.
No tarde mucho en dejarlo atrás, me ponía de los nervios tener que tratar con el, pero solo pensar que poco le quedaba en este trabajo me hacía feliz.
Y en cuanto sonó mi teléfono y vi el nombre de mi padre se me fue la felicidad, el propio instinto me decía que se había enterado que ordenara algo a sus espaldas.
-Diga? -Pregunté nada más descolgar.
-POR QUÉ ANDAS A ACTUAR A MIS ESPALDAS!? Y MÁS TODAVÍA UTILIZANDO A MIS HOMBRES! -Gritó la voz al otro lado.
De vez en cuando debería ponerme a escuchar más a mi intuición y me libraría de escuchar a mi padre muchas veces.
-Papá, ya está, tampoco es algo por lo que quisiera molestarte, tienes mucho trabajo y no quería darte más, era algo que podía solucionar una única persona -Explique a ver si atenía a razones.
-Y donde a quedado el trato de "te diré todo antes de pedirlo"? Matías tú aún no puedes andar a jugar con fuego! -Contesto otra vez intentando no volver a gritar.
-Algún día tendré que empezar, y está claro que es mejor empezar por cosas así de pequeñas.
-Greg me a contado todo en cuanto me e enterado, veo que hiciste bien, yo habría hecho rodar cabezas pero bueno, eso no quita que puedas hacer estas cosas sin mi consentimiento.
-Papá, exactamente por eso es por lo que no te lo dije.

Aléjate ! (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora