Aléjate ! (Yaoi)

Cap. 15

-Mi madre no estaba en casa así que esto es como si no hubiera ocurrido -Comentó Matías mientras Greg nos volvía a llevar al instituto

Notaba a Alan algo extraño, más aún de lo que estaba antes, aunque ya había arreglado todo con Matías, o al menos eso es lo que transmitían.

Alex también estaba normal, él iba a su aire haciendo círculos en la palma de mi mano como si no hubiera pasado nada, aunque hubiera hablado con el padre de Matías, un señor bastante amenazante y que a demás tenía pinta de enfadado.

-Alex, ya has tratado con el padre de Matías antes? -Pregunté con algo de miedo.

Era verdad que Matías y Alex se conocían de antes que yo llegara al instituto, incluso algunos decían que se conocían desde que nacieron, pero eso no quitaba que algunas cosas entre ellos fueran algo extrañas.

-Si, bastantes veces, también con su abuelo o su madre -Contesto con naturalidad sin que la pregunta le pillara por sorpresa.

-También es que ya nos conocemos desde que tenemos uso de razón -Añadió Matías también con naturalidad.

-Pues entonces no debe ser desde hace mucho -Completo como gracia Alan.

Todo el coche se vio envuelto rápidamente en risas, hasta de Alan, que había dicho eso con un tono extraño que no supe identificar.

-Te asustó tanto Toni? -Preguntó Alex en cuanto el coche se tranquilizó.

-Un poco, es que parecía enfadado y que las iba a pagar en ti -Comente un poco dudoso.

-Mi padre suele amenazar bastante aunque lo conozcas de toda la vida, así que tampoco te sientas mal por eso -Comentó Matías al escucharme.

-Tampoco me dijo mucho, solo quería saber lo que había pasado, no fue nada -Contesto Alex perdiendo la mirada en el espejo retrovisor del coche.

Desde mi posición podía ver la cara de Greg desde el espejo retrovisor y también lo vi observando a Alex.

Instantáneamente al escuchar a Alex decir "lo que había pasado" Alan hizo un gesto como de haber sentido un escalofrío por la espalda mientras sus pómulos empezaban a ponerse algo rojos.

Pero ignore por completo ese detalle y me quede con la mirada que se habían mandado Greg y Alex, como ocultando algo, y al fijarme en la cara de Matías que estaba girado desde el sitio del copiloto para poder vernos pude notar que el también guardaba algún secreto de la conversación, como si solo ellos 3 supieran de verdad lo que estaba pasando.

Sentí una mezcla extraña de curiosidad, molestia y enfado por lo ocurrido. Se suponía que Alex tenía que confiar en mí para decirme las cosas, no que se quedara en unas miradas cómplices con los otros 2.

Cuando llegamos al instituto me despedí amablemente de Greg y deje a Alex un poco de lado en cuanto el también empezó a hablar con Greg.

Cuando estuviéramos solos de una vez ya le preguntaría seriamente.

*. *. *. *.

Me quede bastante con el detalle de Esteban yéndose nada más darle las gracias a Greg dejando completamente de lado a Alex, creo que el asunto de mi padre y lo que contamos en el coche no termino de colar mucho para el.

-Achu~! -Escuche estornudar de golpe nada más Greg se fue.

Rápidamente me giré hacia Alan que estaba mirando el portón por el que había salido Greg con el coche, estaba cruzando de brazos y tiritando ligeramente con una cara que empezaba a tener pinta de enferma.

Sin que él se diera cuenta me quite la chaqueta de los "Chicago Bulls" que llevaba puesta y se la coloque en los hombros.

-Mejor deberíamos ir dentro -Comente una vez le deje la chaqueta.

Su cara fue todo un precioso cuadro nada más la vio, hasta se pudo algo colorado mientras se la ponía bien para entrar un poco en calor.

Alan empezó a caminar al vez que nosotros lo hacíamos y rápidamente nos adelantó. Era gracioso ver las mangas de la chaqueta bailar por el viento de lo grande que le quedaba, pero me parecía un detalle tierno de su estatura.

-Ya sé que no debo decirle nada a Esteban, pero creo que entendió bastante rápido que nos faltaba información a lo que le dijimos -Comentó Alex frotándose un ojo con la yema de los dedos mientras arrugaba la nariz.

Era un gesto muy suyo cuando estaba cansado y agobiado, pero en la situación en la que se encontraba y después de la noche del sábado estaba claro que factura iba a pasar.

-A mi parecer deberías contarle toda la verdad posible, pero sin decirle lo peligroso, aún no sabes si la relación será eterna y en un futuro él se podría ver envuelto en cosas que no quieres que vea. Así que solo quita la información básica, también tienes que entender que necesita un voto de confianza -Sugerí apoyando mi mano en su hombro para animarlo.

-Tus consejos por qué siempre se contradicen? -Contesto después de recapacitar un segundo.

-Por qué así de filosófico soy yo -Pique poniendo un punto de gracia al asunto.

-Pues dale clases de filosofía a alguien con menos dolor de cabeza, me pase bebiendo -Repuso a la vez que abría la puerta de los dormitorios.

-Pues Esteban esta como una flor -Comente recordando lo rápido que se emborrachó.

Que para ser su primera vez y estar tan normal tenía mérito.

-Claro, si se dedica a beber de la boca de los demás la cantidad de alcohol no es la misma que si te bebes tú solo un baso entero -Contesto subiendo a paso de caracol las escaleras.

*. *. *. *.

Me sentía más que agotado física y mentalmente, aunque no me dolía la cabeza ni sentía que tuviera algún tipo de resaca estaba agotado, demasiados sentimientos acumulados y expulsado de golpe.

Y Matías no ayudaba ni un poco a que por fin pudiera descansar, en cuanto colocó su chaqueta en mis hombros sentí que el corazón me iba a salir del pecho de golpe, sí que había estornudado y hacía frío, pero no lo veía a el haciendo eso.

Y aunque al final volviera seguía la cuestión en el aire de si quería probar algo con el, no había sido capaz de responderle, tampoco me veía capaz de decirle algo dentro de poco.

En cuanto llegue a la habitación me encontré con Esteban a punto de entrar en la ducha.

-Voy a dormir un rato más -Comente mientras le veía meter ropa de cambio dentro del baño.

-Vale, no haré mucho ruido así que no creo despertarte -Comentó dedicándome su sonrisa de siempre.

Aunque ahora también iba acompañada de unas ojeras de pez incorregibles, esta noche había pasado factura a todos.

El cerro la puerta del baño y yo me dejé caer en la cama de golpe tapándome en un bola desordenada de mantas y sabanas que me dejaban más como un rollito que otra cosa, pero me dio igual, respire por un momento el aroma de Matías en la chaqueta, tenía la capacidad de impregnar su olor en todo, y acompañado de el sonido de la ducha me quede dormido más rápido de lo que yo mismo podía esperar.