The Lakes, Rhodes.
Querido Ryan,
Esto es inútil. Lo sé. Sé que te has ido, que te has evaporado. Espero que pillases bien la nube que algún día te llevará en forma de agua a aquellos lagos de un azul apagado.
Estamos en verano, ya sí, ya en pleno verano, a finales de julio.
Todo me va bien, gracias a ti he aprendido a vivir de otra forma. Aún así, te echo mucho de menos porque... en fin, te has ido de mi cabeza, pero no de mi vida; sigues en mi corazón, en cada latido de roja sangre que llega a mi mente, como el agua deslizándose sobre la costa. Entre las sombras, la luz se cierne y la playa, la verdad, la felicidad, la melancolía y aquellos lagos se hacen grises. Grises como tú y yo.
No sé qué pretendo al escribirte cuando las letras no pueden devolverte a una realidad ilusoria. Sé que solo son palabras vacías, pero... ¿sabes lo que me gusta de ellas? Las palabras pueden llenar el vacío que habita en sí mismas y, del mismo modo, de vez en cuando, estas pueden llenar tu vacío. Ese que se forma en un punto entre tu pecho y tu abdomen y hace que nades en el dulce desasosiego sin tan si quiera darte cuenta, solo sintiendo un ligero pinchazo, solo un ligero temblor del corazón. Es entonces cuando tu alma puede volar; al escribirte yo estoy volando contigo, cuervo.
No, no me arrepiento del tiempo que hoy habremos perdido entre letras, sentados en las esquinas del olvido amable.
Las estrellas nos guiarán calentándonos en la noche como pequeñas hogueras y, no importa cuando llegues, yo te estaré esperando en los lagos. "Hola Ryan" te diré, como solíamos hacer, y lloraré, pero solo un poquito.
Seguiré adelante como te prometí y como le prometí a la pequeña mariposa.
Soy inmortal. Somos inmortales en los lagos, aunque de momento solo sean tinta. Pero los agrandaremos, los abriremos juntos de la mano y veremos los tulipanes crecer mientras reposamos nuestros huesos en la superficie.
Te quiero Ryan, te quiero mucho.
En los lagos,
Amanda.
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Hola Ryan
SpiritualAmanda se siente sola. Se resguarda en la música y en las cartas que le escribe a su amiga Edurne, quien se ha mudado de forma reciente. Un día comienza a oír a Ryan, una voz en su cabeza. Un cuervo grazna y la nieve se cierne sobre ella aún más ver...