***No me hago responsable...bueno sí pero...***
Cuando la ambulancia llegó al hospital, Fred y Janices esperaban a su hija con la confianza de que no fuera algo mayor. Fred estaba conteniéndose para no derrumbarse frente a los demás. Leslie y Liam eran la razón de su vivir y si una de esas razones estaba en peligro le era imposible seguir. Por otro lado Janices, sólo estaba atenta a todo lo que estaba pasando. Aunque era inevitable no sentir una opresión en su pecho al ver a su hija en la camilla y toda golpeada.
-Mujer atropellada, múltiples hematomas y riesgo de aborto- dijo el paramédico y Fred y Janices se miraron confundidos.
-Rylie...- llamó Fred y ella le miró -¿Estabas con ella?- preguntó y ella asintió -¿Estás bien?- y volvió a asentir.
-Gracias, de ahora en adelante nos encargamos- dijo Fred y comenzó a empujar la camilla
-Doctor, debe verla un obstetra- dijo confundida la paramédico.
-¡ES MI HIJA LA ATIENDO YO!- gritó Fred y todos los presentes se callaron abruptamente.
-Fred, no podemos perder a nuestra hija. Es mejor que la atienda un obstetra- dijo tranquilizando a su esposo.
-Bien...- gruñó frustrado -Llévenla con Miller- exigió y sin decir más se fue a hablar con su amigo y colega.
Rylie se quedó en la sala de espera con Janices quién la veía con el ceño fruncido. La mirada de Janices le estaba inquietando y sólo esperaba que no le preguntara nada sobre Leslie y del embarazo. Aunque no estaba en condiciones de ocultarlo más, quien debía decirle sobre lo que estaba pasando era Leslie pero como aún no sabía que pasaría ella era la próxima en decirle.
-¿Como es eso de que mi hija está embarazada?- preguntó Janices y la molestia se le veía en los ojos.
Rylie la observó con la ceja enarcada en silencio y supo que había hecho una pregunta estúpida. Sabía como había quedado embarazada pero no entendía porque y de quién. Rápidamente el nombre de Scott se le vino a la mente.
-¿Scott lo sabe?- preguntó enojada -¿Lo sabe Michelle y James?-
-Ellos no saben nada y creo que lo que Leslie menos desea es que se enteren. Así que espero que no hagas un escándalo de madre abnegada con ellos- dijo Rylie mirándole con una mueca de desagrado.
-Leslie no decide ahora- dijo y se levantó sin decir más.
-No decide por culpa de tu adorada sobrina- Rylie había detenido a Janices y la miró duramente -te advierto una cosa Janices dile a Morgan que no venga porque te juro que las pagara todas. Una por una- advirtió Rylie y Janices la miró con el ceño fruncido.
Estaba completamente confundida ¿que tenía que ver Morgan en todo eso? Morgan estaba de visitas con unos amigos en California así que no entendía porque ella tiene que ver algo -Cuida tu boca niña- dijo y Rylie sonrió sarcástica.
-Ni porque tienes a tu hija entre la vida y la muerte dejas de ser como eres. Y lo más insólito reniegas de tu hija por una sobrina que frente a ti es una ovejita mansa e ingenua pero frente a los demás es un despiadado lobo- dijo Rylie con tono despectivo y Janices se soltó del agarre de la mejor amiga de su hija.
-No te metas en mis asuntos ni los de mi familia- dijo entre dientes Janices
-Me meto porque Leslie es como una hermana para mi. Así que me importa muy poco lo que tu digas- dijo muy convencida de si misma.
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Nuestra jugada perfecta
RomanceY así ellos se encuentran, enamorados el uno del otro y con el miedo en sus corazones de que sean rechazados. Pero como bien dice el dicho; el que no arriesga no gana. Quien de los dos tendría el valor de confesarle sus sentimientos al otro...antes...