Y así ellos se encuentran, enamorados el uno del otro y con el miedo en sus corazones de que sean rechazados. Pero como bien dice el dicho; el que no arriesga no gana. Quien de los dos tendría el valor de confesarle sus sentimientos al otro...antes...
En un año habían ocurrido miles de cosas. En un año su vida había cambiado nuevamente. Había perdido a una amiga pero había ganado un viejo amor. Había recibido múltiples ofertas de empleo de varios equipos de baloncesto por el éxito que tuvo la recuperación de Scott. Los Lakers, Los Bulls, Los Celtics, Los Knicks, Los Mavericks en fin un sin número de equipos pero no sé decidió por ninguno, solo por su favorito y en el que estaba Scott. Los Nets. Leslie estuvo escondiéndole la gran noticia a Scott por unos cuantos meses pero en cuanto un compañero de Scott se lastimó unos ligamentos del pie y llamaron a Leslie la descubrió.
Su hijo hace unas semanas atrás había cumplido su primer añito y aunque fue el mejor día para Matthew no lo fue para ella. Max había llegado con Rylie de la mano. Eso fue realmente fuerte para Leslie pero aún así ella puso de su parte para no arruinar el día de su bebé. Como quiera que sea Rylie era la pareja del padre de su hijo, le guste o no. Seis meses antes Scott le había pedido que se casara con él, Leslie casi gritando aceptó. Tenía seis meses para preparar la boda de sus sueños. Sus padres estaban muy felices de que por fin estuvieran juntos. Fred y Janices estuvieron algo reacios cuando se enteraron que Leslie había perdonado a Scott pero luego de explicarle quien fue la culpable de todo aceptaron.
-¿Todo está listo?- preguntó Leslie a Liam quien la estaba ayudando con todas las cosas que se llevarían a Los Hamptons.
-Sí, solo falta bajar el vestido y a este costal de cachetes- dijo Liam mientras apretaba los cachetes a Matthew quien reía risueño.
Leslie tomó a su hijo y la mochila de él y Liam tomó el vestido y una pequeña maleta que estaba en la sala. Luego de abrochar el cinturón a Matthew en el auto que Scott le había prestado, más bien regalado(pero esto ella no lo sabía), y ella subir en el puesto de copiloto y Liam en el de piloto. Se dirigieron a la codiciada y exclusiva área de Los Hamptons. Una hora y cuarenta y siete minutos de viaje hasta aquel increíble lugar.
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Ese fin de semana era el de su boda y toda su familia iría. Pasarían una semana completa en una casa que Scott había alquilado. Ahí será todo, la cena de ensayo, la boda y la luna de miel. No podían salir del país porque estaban en la temporada de juegos y el jueves después de la boda Scott tenía juego y por ende Leslie también tenía trabajo. Así que decidieron pasar su noche de bodas en Los Hamptons.
Casi dos horas después la camioneta negra donde ella iba entró a una propiedad de ensueño. Era una mansión, no una simple casa. Con, quizás, algunas ocho o diez habitaciones, todas con baño personal, con una piscina infinita y un gran campo verde a ambos lados. Leslie quedó encantada con aquella propiedad tanto que su quijada llegaba al piso. Tan pronto se estacionaron Scott salió a recibir a su pronto, muy pronto, esposa.
-Hola futura señora McKnight- sonrió Scott mientras abría la puerta y tendía su mano para ayudarla a bajar.
Leslie sonrió y tomó la mano de su prometido -Tanto tiempo señor McKnight- dijo y Scott besó el dorso de su mano para luego atraerla a su pecho y abrazarla.
