Te veré de nuevo

1.6K 187 3
                                    


Regina y Emma, dos muchachas que estaban en reinos tan distantes, pero, en sus pensamientos, tan cerca la una de la otra. Ambas se preguntaban por qué no dejaban de pensar una en la otra, por qué sentían sus corazones acelerados cuando se acercaban, por qué no estaban sintiendo solo una amistad, por qué sentían una intensa atracción cuando se miraban, por qué...tantas preguntas, tantas dudas...pero todo sería respondido solo cuando se encontrasen de nuevo.

«¿Regina? ¿A dónde piensas que vas? Hoy te voy a enseñar a bailar el vals, porque ayer tuve un compromiso, ¿recuerdas?»

«Sí, mamá, pero Flecha está muriendo de hambre y tengo que alimentarlo, mañana aprendo, ¿ok?»

Regina ni esperó a que su madre replicara y salió por la puerta dirigiéndose al establo. Cora miró a Henry con cierta indignación.

«A mí no me mires» dijo él

Mientras, Regina sonreía y cerraba los ojos con la cara al viento, cabalgando por el campo...¡Cómo de libre se sentía haciendo eso! Enseguida se adentró en el bosque, se sentó frente al riachuelo y amarró a Flecha en un árbol. Se quedó arreglando sus cabellos en su trenza, mientras su corazón latía fuertemente esperando a cierta rubia.

«¡Son hermosos de cualquier manera!» dijo Emma, caminando hacia ella, sujetando a Encantada por las riendas.

«Hola Emma...» dijo ella levantándose. Emma sonrió

«Hola Regina»

«Ven...quiero enseñarte un sitio» dijo Regina agarrando la mano de Emma y guiándola a un sitio algo alejado de allí

«¿A dónde estamos yendo?» preguntó Emma sonriendo

«¡Es una sorpresa!» dijo ella sonriendo todavía más. Regina se adentró en el bosque con Emma y se detuvo frente a una piedra grande cubierta de algunos arbustos.

«Solo mira...» Regina separó los arbustos y Emma pudo ver que había una entrada, como si fuera algún tipo de pasaje «Ven...» dijo Regina después de atravesar la piedra, y enseguida Emma hizo lo mismo.

Cuando Emma vio lo que allí había, se quedó con la boca abierta. El sitio era espacioso, con un césped verde intenso, era un tipo de caverna abierta en el techo, era de gran tamaño, y en el medio se podía ver un gran árbol, el más bello que hubiera visto.

«Regina...vaya...¡es tan hermoso!»

«Mi reacción fue la misma, Emma, cuando encontré este lugar hace unos días. Me prometí a mí misma que sería mi refugio, que no se lo contaría a nadie, pero...de alguna forma confío en ti y creo que vamos a ser grandes...amigas» dijo Regina mirándola y agarrando sus manos.

«Es realmente muy bello, Regina...» dijo Emma sonriendo «Te agradezco que confíes en mí, y prometo que no se lo contaré a nadie, confieso que siento lo mismo que tú» Como respuesta, Regina solo sonrió ampliamente.

«Entonces, ven, te voy a enseñar de cerca lo hermoso que es ese árbol, en realidad es un manzano...¿te lo puedes creer?» dijo Regina corriendo hasta el árbol y sonriendo. Emma hizo lo mismo, corrió tras ella, también sonriendo.

«Mira Emma, ¿es hermoso o no?»

«¡Sin sombra de duda!»

«¡Coge una manzana, son sabrosas!» dijo Regina señalando hacia arriba. Emma cogió una y le dio una mordida.

«¡Es verdad! Estoy impresionada de que exista un lugar tan bello dentro de una roca...»

«A veces dentro de algo insignificante florece el más bendito amor» dijo Regina mientras plantaba una semilla en la tierra mojada alrededor del manzano. Emma simplemente la miraba mientras hacía aquello, quedando cada vez más obnubilada por ella.

«¿Qué pasa?» preguntó Regina con una sonrisa boba, levantándose

«Nada...» dijo Emma avergonzada

«Ven, siéntate aquí» dijo Regina golpeando levemente el suelo a su lado, apoyando su espalda en el tronco del manzano, y Emma hizo lo mismo.

«Entonces, Regina...me cuentas lo que más te gusta hacer» dijo Emma mirándola de reojo

«Bueno...adoro cabalgar, aventurarme, y leer buenos libros» dijo Regina, mirándola también

«¡Es exactamente lo que yo también adoro!» dijo Emma sonriendo

«¡Qué bien!» dijo Regina sonriendo todavía más

«Creo que cuando haces todo eso, te sientes...» Emma comenzó, pero Regina enseguida completó

«¿Libre?»

«Eso mismo»

«Sabes, amo la naturaleza, el modo en cómo los árboles, las plantas, las hojas, los animales trabajan juntos, como si...» Regina comenzó y Emma enseguida terminó

«¿Cómo si estuviesen conectados de alguna forma?»

«¡Eso mismo!» ambas sonrieron

«Tus ojos son tan bellos...» dijo Regina mirando a Emma, a su lado. En respuesta, Emma se acercó todavía más, haciendo la distancia entre ellas lo más mínima posible.

«Yo...tengo...que irme...» dijo Regina separándose y levantándose inmediatamente.

«Es...está bien» dijo Emma acompañándola, entonces salieron de allí y volvieron al riachuelo.

«Es genial no ser la única que conozca ese sitio, a veces es muy solitario» dijo Regina sonriendo tímidamente.

«¡Me ha encantado que compartas ese secreto conmigo!» dijo Emma sonriendo, se acercó a las mejillas de Regina y le plantó un demorado beso.

«¿Vas a estar aquí mañana?» preguntó Regina perdiéndose en sus pupilas verdes

«¡Sí!» dijo Emma abriendo la mayor de las sonrisas que diera en su vida. Y así ambas montaron en sus caballos y se fueron a sus hogares, con ciertas dudas, ciertas inseguridades, ciertos sentimientos...


Tuya, hoy y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora