Hago todo por ti

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«Hola amor...» dijo Emma abrazando a Regina por detrás, mientras esta estaba cepillando sus cabellos frente al gran espejo de su cuarto.

«¡Hola Em...! ¡Qué bien que estés aquí! Pensé que solo ibas a mandar una carta...» dijo la morena dejando el cepillo y girándose para abrazar a la rubia.

«Iba a mandarla, pero te echaba tanto de menos que no pude contenerme de venir a verte» dijo apretando más el abrazo

«Yo también he sentido mucho tu ausencia, aunque nos hemos visto anoche...parece que han sido semanas y no solo un día...» se separaron y a continuación se besaron intensamente

«Ven...» dijo Regina agarrando la mano de Emma y guiándola hasta la cama, para echarse y colocarla entre sus piernas, agarrando su cintura y hundiendo su rostro en el suave cuello de la rubia «Tengo novedades...»

«¿Ah sí?» preguntó Emma acariciando las manos de la morena y cerrando los ojos, sintiendo los carnosos y fríos labios besando su nuca, dulcemente

«Sí...» Y Regina le explicó que su madre la había dejado caminar por el castillo, pero que todavía quería obligarla a casarse con Graham y tener el poder absoluto. Después le contó que había cogido uno de los libros e intentó leerlo, pero que no pudo porque era de magia «Cuando pronuncié el nombre que había al final del libro, apareció un hombre que atendía a ese nombre y me propuso un acuerdo...»

«¿Qué nombre era ese, RE...y qué acuerdo te propuso?»

«Te voy a enseñar el libro, porque no consigo pronunciar su nombre correctamente» dijo la morena separándose solo para coger el libro de su mesilla y volviendo a la posición anterior

En cuanto Emma hojeó el libro hasta el final y leyó el nombre que estaba escrito, se inclinó hacia delante para girarse y poder mirar a Regina. Su mirada era de pánico.

«Regina...¿conoces a este hombre? Es el Señor Oscuro, es muy peligroso...dime que no has hecho un acuerdo con él...»

«¿Lo conoces, Em?»

«No...pero mis padres cuentan historias de él y de sus acuerdos...él los cumple todos, pero siempre vienen con un precio a causa de la magia...»

«Pero...yo necesito aprender magia...solo así puedo detener a mi madre, Em...Hice un acuerdo para que me enseñara...»

«¿Qué? ¿Por qué hiciste esto?» preguntó Emma enfadada levantándose

«¡Porque no hay otra manera! Me quedé toda la tarde pensando en cómo detener a mi madre...pero no hay otra manera a no ser que aprenda magia, para conseguir detenerla...» dijo Regina mientras también se levantaba.

Tras oír eso, Emma empezó a caminar nerviosamente por el cuarto.

«¿Qué te pidió a cambio?» preguntó, deteniéndose y mirando preocupada a Regina

«Cogió uno de mis cabellos...solo eso, Em...» dijo la morena caminando hacia ella y colocando sus manos en su rostro «No tienes que preocuparte, mi amor...me va a enseñar...pero solo para impedir que Cora nos separe...yo no soy ella, Em...jamás usaré la magia para el mal...¡yo no quiero aprender, no me gusta! Pero solo de imaginar que eso me separaría de ti, yo...yo...» no conseguía terminar a causa de las lágrimas bañando su rostro

«Hey...no llores, Re...por favor...» dijo Emma, mientras enjugaba las lágrimas del rostro de su morena con los dedos, y la besaba dulcemente «Solo me he quedado muy preocupada ante el hecho de que te arriesgues con la magia...siempre conlleva un precio...»

«Lo sé...lo sé...pero...no entiendes Em...a excepción de mi padre, que no puede hacer nada, solo te tengo a ti...¡No puedo perderte...!»

«Escúchame, mi amor. ¡Nunca me vas a perder! Porque siempre voy a estar aquí...» dijo Emma llevando su mano al corazón de Regina «Y tú, aquí...» dijo de nuevo agarrando la mano de la morena y colocándola en su propio corazón «Y si vas a correr ese riesgo por nosotras...¡yo también voy a aprender! ¡Vamos a aprender juntas!»

Tuya, hoy y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora