Secreto terrible

979 121 10
                                    


«Decid, querido, ¿qué secreto deseáis compartir conmigo?» dijo Cora levantándose del trono y avanzando hacia el príncipe con una expresión de curiosidad en el rostro.

«Es sobre vuestra hija...y mi hermana...» dijo el joven con una sonrisa maliciosa «Espero que, al revelarle este secreto, me ayude a acabar con ese problema» continuó él.

«Pero, ¿qué problema, joven? ¿Qué ha pasado con...vuestra hermana y mi hija?» preguntó ella mientras caminaba alrededor del muchacho

«No iba a contar este secreto, hasta que hoy he visto que ellas están cada vez más...próximas...y seguramente yo no tenga oportunidades con vuestra hija...por eso he venido hasta vos»

«¿Acaso estáis diciendo...lo que estoy pensando?»

«Sí, exactamente eso...antes de venir a conoceros a vos y a vuestra familia, ellas ya se conocían y se encontraban en el bosque, como todavía hacen»

«No puedo decir que esté sorprendida...sabía que había algo extraño en Regina, pero nunca imaginé que fuera precisamente con vuestra hermana...» dijo Cora cambiando la expresión de poca sorpresa a rabia.

«¿Qué ironía, no?» dijo Graham aún con su sonrisa maliciosa en el rostro «A mí realmente me gustó vuestra hija...así que cualquier ayuda que necesitéis, os la voy a dar» dijo de nuevo para convencer a Cora, pues no le había gustado tanto la morena, todo lo hacía para acabar con la vida de su hermana y ser el "querido" de sus padres.

«Está bien, querido...habéis hecho bien en venir directamente a mí...ahora ya podéis iros...solo presentaos aquí la semana que viene con vuestra familia. Regina y vos os vais a conocer mejor...»

«Pero, en lo que respecta a ellas, majes...»

«Dejad eso en mis manos...querido...ahora marchaos, ¡y no comentéis esto con nadie!»

"¡No me lo puedo creer...esa princesita rubia va a estropear mis planes, pero no...Regina va a tener una sorpresa cuando llegue!"

Pensó Cora, sintiendo sus nervios a flor de piel por tener que lidiar con ese problema. Su plan de casar a Regina con el príncipe iba a tardar un poco, y si pudiese, iría ahora mismo hasta Emma y le arrancaría su corazón si no fuese hija también de los Charming, pero eso no frenaría sus propósitos.

Más tarde, cuando ya estaba casi anocheciendo, ella ya estaba en la entrada del castillo, esperando a Regina con Henry que también había llegado, pero que no sabía nada.

«¡Hola mamá...hola papá!» dijo Regina desmontando del caballo y caminando hacia sus padres.

«¿Dónde estabas, Regina?» preguntó Cora con mirada fría, ya sabiendo la respuesta

«Estaba divirtiéndome, mamá...»

«Define tu concepto de diversión, querida» dijo su madre en tono irónico

«¿Qué quieres decir, mamá?» preguntó la morena ya sintiendo cómo su corazón se aceleraba de miedo.

«Sabes, Regina...los secretos...siempre salen a la luz...sean grandes o pequeños, y NADA escapa a mis ojos...NADA, querida»

«No sé de lo que estás hablando, ma...»

«¡NO ME MIENTAS!» grito ella mientras movía sus manos y con la magia levantaba a Regina del suelo, y la amarraba bruscamente.

«Cora, ¿qué estás haciendo? Esto no es necesario...»

«¡Cierra la boca, Henry! ¡Esto es más que necesario!» dijo dirigiéndose a su marido, y enseguida a su hija

«¿Cómo creíste que podrías esconderme ese secreto, Regina? ¿Eh? ¡Respóndeme!» dijo apretando aún más las amarras «¿Sabes cuánto he tardado en darte la vida perfecta? Y ahora que aparece un verdadero príncipe que se convertirá en un gran rey y con el que podrías casarte y ganar poder, sales por el bosque buscando a SU hermana» continuó en un tono de indignación total.

«¿Cómo que...vida perfecta? ¡Usted solo...sabe...controlarme e hacer de mi vida un infierno...para su propio beneficio!» dijo Regina con algo de dificultad por estar tan apretada con las amarras «¡Usted es...un monstruo! ¡Yo AMO a Emma! ¡NUNCA va a separarnos, porque nuestro amor es puro...y verdadero y siempre nos encontraremos...la una a la otra!»

«¡BASTA YA! ¡CIERRA ESA MALDITA BOCA! ¡Tú no sabes NADA del amor verdadero! Confía Regina...¡TÚ NO LA AMAS! ¡Ella solo va a desilusionarte! ¡Y YO NO SOPORTARÉ LA IDEA DE VEROS JUNTAS! ¡TE VAS A CASAR CON AQUEL PRINCIPE! ¡AUNQUE SEA LO ÚLTIMO QUE HAGA!»

«¡JAMÁS me casaré con él!»

«¡No tienes elección, querida! Voy a lanzar un hechizo para que no puedas salir de este castillo. ¡Nunca más verás a aquella rubia!»

«¡NO! ¡NO PUEDE HACER ESO!»

«AHHH...¡Sí puedo!» dijo Cora soltando su típica risa malvada, moviendo los dedos y haciendo aparecer alrededor de Regina una nube azul, transportándola a su cuarto y encerrándola allí dentro.

«¡No...no...no...no...usted no puede encerrarme AQUÍ! ¡SUELTEME!» gritó la morena desesperada y completamente destrozada, golpeando con fuerza la puerta de madera, pero de nada valdría.

«¡Puedes gritar cuanto quieras, querida...nadie...te escuchará!»

«Cora...¡No puedes hacer esto! ¡Es tu hija! Tienes que dejarla ser feliz y...» Al oír eso, Cora movió las manos y enseguida la voz de Henry desapareció, dejándolo solamente haciendo mímica.

«¡Mejor así...!» dijo ella sonriendo fríamente y caminando hacia su cuarto, cerrando enfadada las puertas.

«Ahora...sencillo...solo necesito unos ingredientes de aquí y de allá para hacer que Regina olvide totalmente a aquella princesa entrometida, y hacer que se enamore del príncipe. Nada me impedirá que me convierta en rei...quiero decir...en madre de la reina más poderosa de todos los reinos» dijo ella para sí misma en su cuarto, leyendo en uno de sus libros la receta para el hechizo.

Mientras, Regina se bañaba en lágrimas, sorbiendo sin parar, en su cuarto, pensando que nunca más iba a ver a su rubia ni a poder estar en sus brazos.

"¡La odio!" se dijo pensando en su madre.

De repente, escuchó un ruido en su ventana, como el sonido de una paloma. Fue hasta allí y vio que, efectivamente era una hermosa paloma blanca, con un pequeño pergamino amarrado en su pata. Inmediatamente lo cogió y lo desenrolló.

"Querida Regina, gracias por llenarme otra tarde de alegría y amor con tu presencia, tu cuerpo, tus besos, tu sonrisa, tu olor, tu amor conmigo. No consigo dejar de pensar en ti un segundo, y de sonreír con ello, y por eso te he enviado esta pequeña carta. ¡Ya te estoy echando de menos! ¡Te espero mañana amor de mi vida! ¡Te amo infinitamente! De tu boba, y enamorada: Emma"

Tan pronto como acabó de leer, Regina se derrumbó todavía más en lágrimas por no poder acudir al día siguiente a ver a su amor, y estar con ella. Pero enseguida tuvo una idea, entonces cogió un pergamino limpio que tenía en la mesa de su habitación y comenzó a escribir para mandárselo a Emma.

"¡Em...mi madre lo ha descubierto todo! No sé cómo...pero lo descubrió y me ha encerrado en el castillo y dice que nunca más voy a verte. Ha lanzado un hechizo para que no salga del castillo hasta que me case con tu hermano...No sé lo que hacer...no dejo de llorar al pensar que nunca más te tendré. Estoy desesperada, pero solo quiero que sepas que siempre, siempre, te amaré. Siempre serás la razón de mi vivir, y cada segundo lejos de ti será la peor tortura de mi vida. Siento mucho todo esto, mi amor...¡Te amo tanto!"

Solo consiguió escribir eso a causa de las lágrimas que ya empapaban el papel, y enseguida se tiró en la cama, llorando sin parar hasta que, de alguna forma, se adormeció...


Tuya, hoy y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora