¿Lista para vuestra clase?

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«¿Dónde estamos...?» preguntó Regina después de que una nube roja se disipara y apareciera en un bosque.

«Estamos en el bosque, querida...no habréis pensado poder aprender algo en aquel cuarto, ¿verdad?»

«Pero...mi madre hizo un hechizo para que no pudiera salir...¿cómo es que estoy aquí?» preguntó confusa

«A ver, querida...YO enseñé a vuestra madre toda la magia que sabe, ¡así que el profesor es mucho más poderoso que el alumno!» dijo Rumpel haciendo su famoso movimiento de manos

«Ah, sí...pero si descubre que salí, ella...»

«¡No os preocupéis, Cora no será ahora un problema!»

«Pero hablando de eso...si ustedes dos se encuentran para "negocios", ¿cómo puedo fiarme de vos? ¿Cómo puedo saber que no va a contarle todo a mi madre?» preguntó ella con suspicacia

«No pido que confiéis en mí, querida, pero si sirve de alivio, siempre mantengo mis acuerdos en secreto...y además de eso, ella es mi sierva y no le debo ninguna respuesta»

«Está bien...voy a tener que confiar en vos de cualquier manera, es el único camino...» dijo tristemente

«¡Os garantizo que no os arrepentiréis, querida! Muy bien, vamos a comenzar vuestra lección...pero primero vamos a cambiar esas ropas» dijo moviendo los dedos y cambiando el vestido de Regina por ropa de montar, como las que siempre usa.

«¿Cómo sabíais que es esta ropa la que uso...?» preguntó ella, mirando la ropa

«¡Sé muchas cosas, querida! Pero ahora vamos a empezar con algo sencillo...vamos a ver si conseguís hacer esto...» dijo él haciendo aparecer una manzana en su mano «¡Solo cerrad los ojos, y desead, y creed...y entonces aparecerá!»

Regina extendió la mano y cerró los ojos, pero al abrirlos no había nada en su mano

«¡Intentad de nuevo!»

«Está bien...» respondió ella cerrando los ojos otra vez y abriéndolas enseguida...y nada.

«¡No os estáis concentrando! La magia no viene de la razón, o de la mente, Regina...¡viene de los sentimientos! Pensad en por qué estáis haciendo esto, por qué motivo...sentid y fluirá normalmente...» dijo él caminando lentamente de un lado para otro.

Enseguida Regina cerró los ojos, pero esta vez pensó en Emma...en su comportamiento, en su mirada, en su cariño, en su amor, pensó en cuando estaban juntas, en el maravilloso sentimiento que compartían y que no quería perder nunca y pensó en el cupcake que Emma le había puesto en su boca el día que hicieron el pic-nic, y comenzó a sonreír ante el recuerdo.

«¡Ya podéis abrir los ojos, querida!»

Y al abrirlos, seguía todavía sonriendo y sonrió aún más cuando vio un bello cupcake en su mano.

«¡Lo conseguí!» dijo sonriendo

«No es una manzana, pero está yendo bien...¡Pero solo es el comienzo!» dijo él soltando su risita irritante «¡Ahora quiero que paralicéis a ese caballo!» dijo haciendo aparecer un hermoso caballo negro

Al oír eso, Regina irguió las dos manos hacia el cabello y cerró de nuevo los ojos, pensando en su "propósito" y deseando paralizar al caballo. Cuando los abrió, vio que este estaba erguido, con las patas levantadas, totalmente paralizado.

«¡Muy bien, Regina! Nunca vi a ningún aprendiz mío aprender tan rápido...¡ni siquiera vuestra madre!» dijo él con una mirada de sorpresa «Debéis ansiar mucho vuestro propósito, querida»

«¡No os hacéis idea!» dijo ella sonriendo ampliamente

«Respondedme a una cosa...» dijo él juntando la punta de los dedos de la dos manos «Descubristeis sobre mí en un libro de Cora, ¿verdad?»

«Sí...»

«Robasteis el libro, y con él me llamasteis...»

«Sí, necesitaba descubrir cómo detenerla, y vi el cuarto de mi madre abierto, entonces aproveché y cogí uno de sus libros...» dijo la morena con normalidad

«Entiendo...me he enterado de que ella posee una cosa muy poderosa en ese cuarto...un espejo que revela cualquier cosa que se quiera ver...» dijo él moviendo las manos de nuevo

«¿De verdad?» preguntó ella sorprendida

«Sí, se puede ver lo que se quiera, si se consigue llegar hasta él...»

«Pero...¿por qué me estáis contando esto?»

«¡Digamos que soy admirador del amor verdadero!» dijo él sonriendo enseguida «Ahora vamos a continuar, ¡todavía tenéis que aprender mucho!»

Y así pasaron la tarde, con Rumpel indicándole un hechizo tras otro, como mover ramas de árboles, paralizar otros animales, hacer aparecer objetos, y hacer que ellos floten. Y Regina haciéndolos de forma perfecta muy rápidamente. Sentía una sensación de poder al hacer aquello, pero siempre con calma, pues no podía entusiasmarse, porque su único objetivo era detener a su madre y poder estar con su amor verdadero.

Después de aprender muchas cosas, Rumpel transportó a la morena de vuelta a su cuarto, y enseguida dijo "Hasta mañana, querida", y se fue envuelto en su nube roja.

Tras eso, se echó en la cama, y pensó en cómo había podido hacer todos esos hechizos tan fácilmente y sonrió con eso, pues había pensado que la magia era un cosa mucho más complicada de aprender y que iba a tardar más en adaptarse a ella. También pensó en Emma, en cómo ya la echaba de manos, en ese momento recordó lo que le había dicho el mago del espejo.

"Creo que no hago mal si echo una ojeadita" Pensó y rápidamente salió del cuarto y se dirigió a la puerta del cuarto de su madre, que extrañamente estaba de nuevo entreabierta. La empujó lentamente, vio que no había nadie y se adentró.

«Espejo...espejo...ah, debe ser este...» pensó caminando hacia una esquina del grande y oscuro dormitorio, divisando un espejo en el que se reflejaba de cuerpo entero.

«¡Deseo ver a Emma!» dijo en dirección al espejo. Nada sucedió «Cierto, necesito sentir...sentir...» dijo de nuevo cerrando los ojos y acordándose de la rubia «¡Deseo ver a mi amor verdadero!»

Al abrir los ojos, sonrió al ver a la rubia en el bosque, andando alegremente. Pero su rostro cambió la sonrisa por la rabia cuando vio que la rubia caminaba hacia una muchacha morena de ojos azules, muy bonita y le agarraba el rostro con las manos. Tras eso, sintió cómo crecía en su interior una bola de celos, dejándola completamente furiosa. Salió corriendo del cuarto de Cora y se encerró en el suyo.

«¡Va a ver lo que es bueno cuando venga!» habló para sí misma mientras apretaba los puños de rabia, y esperaba a la rubia

«Y entonces, ¿todo salió bien?»

«Sí, querida...está aprendiendo perfectamente, mejor de lo que imaginé»

«¿Le gustó?»

«¡Parecía que sí!»

«¡Genial! ¿Le hablasteis del espejo?»

«Sí, y funcionó todo según lo esperado, ¡lo vio y pensó que la rubia la ha traicionado!»

«¡Perfecto! En breve desistirá de esa aventura idiota, y comenzará a pensar exactamente como yo»

«¡Y entonces, vamos a tener el total y absoluto poder sobre todos ellos, mi amor!»

«Sí...¡vamos a tenerlo, sí!» dijo Cora, sonriendo diabólicamente y besando a continuación al brujo.




 Como veis, se avecina tormenta. ¿Creerá Regina en Emma? ¿Se sentirá defraudada Emma por las dudas de su amor?


Tuya, hoy y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora