La envidia no mata

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"Emma por aquí, Emma por allá...¿cuándo me van a valorar? ¡Yo soy el primogénito, yo debería ser el más importante...y no esa rubia aburrida!" Pensó Graham mientras intentaba acertar en la diana con su arco y flechas, en el patio del castillo.

"¡Ella está escondiendo algo, estoy seguro!" Pensó de nuevo, después de acertar en la diana. Nunca fallaba una diana, Graham se pasaba noche y día entrenando, como si aquello fuese un tipo de refugio ante el "desprecio" de sus padres, que no lo incentivaban a luchar, a ser un gran guerrero, sino a casarse y tener hijos, cosa que era lo que él menos deseaba.

Al terminar entró para comer, y se sentó en la mesa. De nuevo, venía una Emma toda feliz, cosa que dejaba a Graham con sospechas, pues siempre había visto a su hermana cabizbaja y desanimada. "¡Algo le había pasado!" Pensaba él.

«¿Y entonces, hijo...listo para conocer a la misteriosa princesa?» preguntó Charming mientras comía

«Todavía faltan dos días papá, cuando llegue estaré listo» respondió con gran desanimo

«¡Qué bien entonces! Sabes que se nos insistió mucho en que te lleváramos...aquella mujer parecía desesperada»

«¡Si quiere invitar a Graham para que conozca a su hija, muy desesperada sí que debe estar!» dijo Emma en tono guasón.

«¡Cierra la boca, Emma! ¡Bien qué querías eso!» respondió él nervioso, en respuesta Emma no dijo nada.

«Eh...ya basta, los dos...¡siempre peleando! ¡Eso no está bien!» dijo Snow

«¿Y qué está bien en esta familia? ¿Casarse con un príncipe o princesa azules y tener decenas de hijos como quiere Emma? ¿Por eso la están mimando siempre? ¿Porque ella quiere lo mismo que vosotros y yo no?» preguntó Graham en tono irónico

«¿Qué estás queriendo decir, Graham?» preguntó Charming

«Estoy queriendo decir que nunca me preguntan cómo van mis clases de lucha o cómo me está yendo con el arco o incluso cómo me siento al tener que conocer a una chica de otro reino...¿Quieren saber?...Olvídenlo...Estoy sin hambre...» dijo de un tirón y enseguida se levantó de la mesa, dejando a sus padres confusos, pues pensaban que su hijo quería lo mismo que ellos, y nunca habían preguntado nada porque Graham vivía fuera, cazando.

Rápidamente, al salir de ahí, él se dirigió al bosque para cazar y allí se quedó todo el día. Prefería estar solo, únicamente disparando a animales indefensos. Era una forma de sacar hacia fuera su rabia.

Cuando estaba regresando a casa, oyó risas y pasos a cierta distancia. Al llegar más cerca para ver mejor por los arbustos, casi se cayó hacia atrás al ver la escena que tenía delante.

Emma, su hermosa y perfecta hermana, estaba besándose con una chica morena y pidiéndole que no se fuera tan rápido. Parecían enamoradas, por lo que pudo ver. Después de ver cómo la muchacha se marchaba y al momento, Emma, regresó lentamente al castillo con la boca abierta, todavía asombrado por lo que había visto.

"¡Sabía que algo había pasado...pero nunca hubiera imaginado eso...mi hermana, que soñaba con conocer al "príncipe" azul y tener muchos hijos, besándose con otra chica...pero no diré nada...guardaré este secreto hasta que pueda usarlo para acabar con su bonita y aburrida vida!"

Pensó, y enseguida una sonrisa malévola apareció en su rostro, mientas volvía al castillo.




Comienza el drama. ¿Para qué quiere una enemigos o a Cora si se tiene un hermano así?

Tuya, hoy y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora