La verdad tiene que ser dicha

955 85 19
                                    


«Ruby, ¿me alcanzas la ensalada?» preguntó Emma en la mesa mientras almorzaban.

«Claro...» respondió ella pasándole la ensalada

«Graham, ¿llegaste tarde de nuevo anoche?» preguntó Snow al hijo

«Sí...discúlpame mamá, voy a intentar llegar más pronto la próxima vez»

«Ohhh...Vale...¡bien! No es bueno quedarse hasta tarde en el bosque...puede ser peligroso» dijo ella encontrando raro el gesto cariñoso del hijo.

«Lo sé...» dijo mirando a Ruby, sonriendo levemente. Al verlo, ella también le devolvió la sonrisa y volvieron a comer

«Bueno, yo ya me voy...tengo muchas cosas que resolver» dijo Charming levantándose

«Pero apenas acabas de comer...¿no quieres charlar un rato con tu familia?» preguntó Snow

«Ahora no Snow, tengo muchas cosas que hacer. Si me dan permiso...» dijo en tono seco, saliendo inmediatamente, dejándola a ella con cierta angustia que se le veía reflejada en el rostro.

«Mamá...¿está todo bien?» preguntó Emma, a su lado, agarrándola suavemente del brazo.

«Claro...todo está bien...no te preocupes, hija...» dijo ella forzando una sonrisa, que no pasó desapercibida para Emma. Ella sabía que era porque sus padres no se estaban llevando bien, y hasta ella pensaba que su padre se estaba comportando como un idiota. Pero siguió comiendo y no cuestionó a la madre.

Después de almorzar, Emma ya iba saliendo con Ruby hacia el jardín.

«Ruby, ¿te la puedo robar un momento, querida?» preguntó Snow a las dos

«Sí, claro...» respondió la morena sonriendo. Y de esa manera Emma siguió a la madre al jardín.

«Ruby, yo también necesito hablar contigo» dijo Graham caminando hacia ella.

«¡Está bien!» respondió ella sonriendo tímidamente

«¿Qué pasa, mamá? ¿Quieres hablar de papá? ¿Sobre lo que pasa con ustedes dos?» preguntó Emma mientras se sentaban en uno de los bancos frente a la fuente.

«No...no es sobre mí, hija...es sobre ti» dijo y Emma se congeló

«¿Cómo, mamá?»

«Hace unos días que lo sé...solo que no sabía cómo empezar a hablar contigo de esto y...después surgieron algunas sorpresas que me hicieron olvidar el asunto...pero eso no viene al caso...»

«Mamá...¿qué me estás queriendo decir?» preguntó la rubia con los abiertos de par en par.

«Conozco tu secreto, Emma...sé lo tuyo con Regina»

«¿Cómo te...?»

«Te seguí una noche...te vi salir y...fui detrás de ti. Mira Emma, soy tu madre...me di cuenta de que estabas diferente...y por eso fui a escondidas, hasta que me di cuenta de que te dirigías al castillo y subías por la torre de Regina»

«¿Cómo sabías que la torre por la que estaba subiendo era la de Regina?» preguntó algo asustada

«Porque...el rey me lo dijo...él también lo sabe, Emma...lo sabía antes que yo»

«¡Oh, Dios mío...mamá...puedo explicarlo! Por favor, ¡no nos separes!» suplicó Emma, con lágrimas en los ojos

«Emma, confieso que cuando lo supe, me asusté y horroricé. Pero sabes que solo quiero tu felicidad...lo que más me enfadó fue el hecho de que no me lo contaras...te dije que podías hablarme de cualquier cosa...¡yo lo entendería!»

Tuya, hoy y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora