Capítulo 37

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                        Theo

La llevé a su antigua casa, después de ese teatro tan cursi que armamos en el aeropuerto, que por cierto varias personas aplaudieron, si no lo hubieran hecho aún seguiríamos ahí parados llorando.

Verla sentada en el asiento del copiloto junto con Sofía es como un sueño, aún no logro captarlo, ella está aquí.

Conmigo.

No me odia, no me guarda rencor, aunque presiento que aún no me ha perdonado, igual se que me ganaré su perdón.

Como lo dije anteriormente, si es de luchar, lucho por ellas.

Si, por ellas.

- Y... ¿qué a sido de tu vida? - preguntó un poco dudosa.

- Sin mentirte, me la he pasado mal. Desde que te fuiste nada ha vuelto a ser igual. Pero no te ahogaré con mis penas. - siento que me está mirando, así que giró y ahí están esos ojos preciosos mirándome... a mí, cuando pensé que nunca lo volvería a hacer. Volví la mirada hacia la carretera - mejor cuéntame como te fue a ti, ¿dónde te fuiste? ¿Qué fue de tu vida por allá? - al parecer no le cayó muy bien mi pregunta, porque se removió con cierta incomodidad en el asiento. Se creó un silencio de funeral. Iba a disculparme cuando comenzó a hablar.

-No es importante el lugar donde estuve, pero si me fue bien. - sonrió con nostalgia. - me ayudaron mucho en ese lugar - por el rabillo del ojo pude ver cómo le tocaba la mejilla a Sofía - es la mejor decisión que pude haber tomado. Gracias a eso pude encontrar esa luz, esa paz, esa alegría... que tanto estaba buscando. Me fue bien.

Sonrió y miró a su alrededor, llegamos.

Una sonrisa de nostalgia se le formó en el rostro, ¿en qué pensará?

- To start again... - susurro tan bajo, pero lo alcancé a oír.

- Vamos – bajé del auto y fue hacia la puerta del copiloto, la abrí y la traté de ayudar con Sofía.

-No tranquilo, yo me encargo. Solo por favor, ayúdame con las maletas ¿vale? – asentí un poco confundido, me dirigí hacia el portamaletas y comencé a bajarlas, cuando a lo lejos escucho la voz de Jack.

- ¡COPIA DE MI VIDA! – Gritó tan fuerte que Sofía logró escucharlo y se despertó sobresaltada, lo que le causó gracia a Asha. Jack corrió hacia ellas y las abrazó tan fuerte, y por un segundo durante nuestros años de amistad, lo envidié.

Pero una envidia sana, ya saben. Se apartó de Asha y con sus dos manos le toco la cara.

- Hermanita de mi vida... mira que grande que estás, Dios, cuanto te extrañe boba, necesito contarte muchas cosas, no sabes cuánto te amo chaparra, tienes que contarme todo. TODO.

Asha solo sonreía con los ojos aguados. Jack miró a Sofía y luego a Asha, y así varias veces.

- Woo... está grandísima, como ha crecido mi pequeña, dámela...

Jack la cogió en sus brazos y comenzó a mimarla, a preguntarle cosas estúpidas y también diciéndole lo preciosa que era, igual a la mami. En eso si tenía toda la sana razón.

Bajé todo el equipaje y me reuní con ellos, interrumpiendo el tan dramático encuentro...

*A pues no, habló el que no lloró en medio del aeropuerto.*

Sacudí mi cabeza. – ¿Por qué mejor no entramos? – ambos me fulminaron con la mirada. – Hay solo decía, si no quédense ahí parados, Yo entraré las maletas. – no sé por qué pero me molestó esas miradas estúpidas que me brindaron. Escuché sus risas a mis espaldas.

Escuché su risa.

Por fin está aquí.

Pero tiene una hija.

***************************

- Y Asha, ¿estudiaste algo por allá? – Pregunté. Estamos sentados en la sala de estar, comiendo y preguntándole a Asha y Sofí sobre su estadía en ese lugar que estuvieron.

- Sí, seguí un curso de enfermería, me dieron el certificado dos días antes de regresar – contestó con una amplia sonrisa. Sofía está jugando con un peluche de Jack.

- Ma teno seño... - dice con voz adormilada. Mi corazón se se contrae al escucharla. Es nose... aún no lo puedo creer.

- Bueno mi princesa, vamos a dormir. – nos da una mirada de, "ya vuelvo", toma a Sofí en sus brazos y desaparece por las escaleras.

Jack y yo nos quedamos solos en la sala, aprovecharé para preguntarle.

- Jack, ¿por qué nunca me lo dijiste? – Jack me mira con cara de arrepentimiento y culpabilidad. – Creo que tenemos un pacto, y es decirnos siempre la verdad, ¿por qué no cumpliste?... – mi voz se quiebra en la última palabra. No lo voy a negar, estoy destrozado, me alegra saber que Asha encontró su felicidad, pero no... no así...

- Asha me lo prohibió Theo, sabes que te cuento todo, somos hermanos, pero eso no te lo podía revelar, la única que te lo podía confesar era mi hermana, no yo.

- Tiene a alguien más, ¿verdad? – iba a responder, pero Asha justamente baja por las escaleras.

- Ya se quedó dormida mi princesa. – dijo con una sonrisita en la cara, se sienta dónde estaba anteriormente, con la misma pose, las piernas echas nudito – bueno, ¿y de qué hablaban? – pregunta mirando a Jack y luego a mí.

- De ti – responde Jack con una sonrisa fingida – Asha me iré a descansar – se levanta del suelo - sabes que me alegra saber que estás de regreso, te extrañé demasiado copia. – le tira un beso volado y se va a su habitación.

Nos quedamos solos.

Se formó un silencio incomodo, cuando iba a hablar ella justamente habla.

- ya suéltalo, deja de pensar tanto, gastarás tu cerebro Theo. - abrí mis ojos por la sorpresa y la miré, ella estaba mirando al infinito y más allá.

- No tengo que soltar nada Asha... - ella suelta una carcajada sarcástica.

- ¿Ah sí?, pues yo en tu lugar si lo haría. – me armé de coraje y le pregunté.

- ¿estas con alguien? – ella no se sorprendió ante mi pregunta. Al contrario respondió tranquilamente un "No". – ¿Y el papá de Sofía? - pregunté con un poco de inseguridad.

Su rostro se llenó de ira, lo digo porque se puso roja de un rato a otro. – Ese bastardo no se hizo ver - sonrío con ironía – y agradezco que lo haya hecho.

Me dolió escucharlo, me partió la maldita alma, pero a veces la verdad duele. ¿No?

Me imagine a Asha, llorando por ese imbécil desgraciado. Seguramente le endulzó el oído, así llevándose el privilegio de acostarse con ella, maldito degenerado...

- ¿Te enamoraste de él? – la pregunta salió de mi boca sin siquiera prevenirlo, ella me miró con confusión durante un momento, luego enderezó su espalda y sonrío.

- Me iré a dormir Theo, estoy agotada, que descanses. – se levantó del suelo, me sonrió y se fue.

Dejándome en doble visto.

Y con eso dejó claro todo, perderé mi tiempo...

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Eres Mía Enana❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora