No puedo creer lo que estoy viendo. Esto tiene que ser un sueño. Emma no es así, joder ella es diferente a cualquier chica... Tengo que estar soñando. Esto no puede ser verdad. Me meto al baño y cierro la puerta con llave. Me veo en el espejo, y parezco un ogro. Tengo el cabello alborotado. Los ojos rojos, al igual que mi rostro, y tengo lágrimas escurriendo. Me quito la camiseta y veo mi pecho. Nunca nadie me había dicho que era asqueroso, todos siempre me dijeron que era tierno y se me veía bien. No entiendo porque a Emma no le gusta. Pero eso es lo que menos me importa ahora, no puedo creer que estuviera en la cama con Axl. Acariciando su maldito pecho sin pelo. Escucho unos golpecitos en la puerta, y no tengo que ser un genio para saber qué es Emma la que está al otro lado de la puerta.
-Steven... Ábreme...- Dice su suave voz.
-No...-
-Ábreme en serio...-
-Ya te dije que no quiero...-
-Ábreme o vamos a tener un problema.- Dice más seria.
-¿Un problema? Bueno, supongo que no consideras engañar a tu novio un problema.-
-Ay vamos Steven, llevamos sólo unos cuantos días de novios, no te lo tomes tan en serio.- Estás últimas palabras me hacen enojar de verdad. Ese es el problema, ella no me toma tan serio como yo lo hago con ella. Abro la puerta y la veo fijamente.
-¿Entonces crees que por llevar solo unos días de novios tienes el derecho a engañarme?-
-No te engañé. Solo estaba tratando de curar a Axl, se dio un golpecito en el pecho con la puerta hace un rato.-
-Deja de ponerme excusas, ¿vale?-
-No fue una excusa... Fue la verdad...-
-SI QUIERES Y CON AXL Y SU PUTO PECHO SIN PELO, VE. YO TENGO MIS DROGAS Y MIS POPCORNS.-
-Nos me grites...- Emma solloza y se cubre la cara con las manos. Mierda. No quería hacerla sentir mal...
-Yo... Perdón...-
-Eres un tonto, Steven...- Se pone a llorar, y me ve con los ojos más tristes que jamás le he visto.
-Pero... Yo... No... Yo no he hecho nada malo...-
-¿Estás diciendo que yo soy la mala de la historia?-
-¿Qué? No, no... Sólo dije que... Mierda... Ya olvida todo...-
-¿Qué quieres decir que con eso?-
-¿Podemos estar bien? No quiero alejarme de ti, Emma...-
-No Steven. Piensa en cómo me hablaste y después lo hablamos.- Emma me ve triste, se da la vuelta y se mete a mi habitación. Escucho como cierra con llave, y no hago más que quedarme parado en el umbral. Necesito salir de aquí antes de hacer algo estúpido. Tomos mis llaves y salgo corriendo de ahí. Llego a un centro comercial, y decido que lo mejor es sentarme en el suelo, afuera de un restaurante. Una vez allí, cierro los ojos y trato de calmarme. Las lágrimas no paran de salir de mis ojos, y la gente me mira de una manera extraña. Quizás no es muy normal ver a alguien llorar de esta forma en un centro comercial, pero no tengo otro lugar para esconderme, y menos una persona que me abrace. Después de unos minutos, decido revisar que tengo en mis bolsillos, y encuentro una moneda de cincuenta centavos, así que sin pensarlo dos veces, voy a la heladería del centro comercial y me pido un helado de galleta. Me siento en una mesita de la heladería a comer, y unos minutos después, una chica se acerca a mi. Tiene el cabello largo y un poco ondulado. Sus ojos son marrones, y tiene una sonrisa tímida en el rostro.
-Hola... ¿Estás bien?- Me pregunta.
-Eh... Si, si lo estoy. Gracias.- Le contesto fríamente, la verdad no quiero entablar ninguna conversación con alguien ahora mismo. Me siento muy mal.
-¿Me puedo sentar?-
-Yo... Eh... Bueno.- Me da pena decirle que no. No quiero ser grosero. Se sienta frente a mi, y la sonrisa de su rostro sigue sin desaparecer.
-Gracias...-
-Si...- Digo sin mucho ánimo.
-¿Qué tienes? Desde hace rato te vi allá, llorando...-
-Yo... No debería importarte, ¿o sí?-
-Pues no... Pero me pareció que necesitabas alguien con quien desahogarte.- Tiene razón, pero no tengo idea quien es. No debo confiar en extraños.
-Pues si... Pero no te conozco...-
-Vale, me llamo ____. Tengo veintiún años y... No sé qué más decirte de mi, no hay nada importante.- Dice riendo.
-Eso no es suficiente para conocerte...-
-Lo sé... Pero, ¿qué más quieres saber de mí?-
-No es necesario... Ya tengo que ir a mi casa.- Me levanto de la mesa y tiro mi helado a la basura. Realmente quiero estar solo.
-Oye espera... ¿Seguro que no quieres hablar?- Dice tomándome del brazo.
-Quizás otro día...-
-Bueno... Como tú quieras...-
-Ya me voy...- Le trato de dar mi mejor sonrisa, y ella asiente.
-Yo trabajo en esta heladería... Estoy aquí de lunes a viernes... Por si cambias de opinión y quieres venir a platicar...-
-Gracias...- Dicho esto, me doy la vuelta y salgo del centro comercial. Me da un poco de miedo llegar a mi casa. Me he enamorado profundamente de Emma y no quiero que me deje, pero tampoco quiero que me haga más daño con Axl. Todas mis novias lo han hecho, y estoy cansado de eso.
Al llegar a mi casa, puedo notar que los chicos tienen fiesta. Cuando entro, las luces están muy bajas. Hay botellas de alcohol en todas las mesas, y es difícil caminar por la cantidad de personas que hay. En una parte de la sala, está Slash tocando la guitarra, y la gente baila a su ritmo. Es un mal momento para que los chicos hayan hecho una fiesta, pero supongo que a ellos les da igual cómo me siento ahora mismo. Voy a mi habitación, y aunque por un momento pienso que estará vacía, me equivoco. Axl, Emma y Duff están sentados en frente de mi escritorio, y hay líneas de cocaína en esta. Emma es la única que está jalando la cocaína por la nariz. Y se me rompe el corazón al verla de esta forma. Sabía que no iba a ser una buena idea dejar que los chicos se juntaran con ella. Pasó de ser la chica de mis sueños, la chica perfecta, la chica tierna y cariñosa, a ser una chica común y corriente. Una interesada en llamar la atención a base de coquetear con hombres y tomar drogas. Nunca pensé que mi corazón se rompería de esta forma.
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One in a million. (Steven Adler) TERMINADA.
Fiksi PenggemarLas personas no siempre son lo que aparentan...