Ha pasado una semana desde que Emma vive conmigo. Nunca imaginé que estaría tan feliz al lado de alguien, pero con ella lo estoy. Estos días se ha encargado de contarme todo sobre ella, y ahora conozco absolutamente todo sobre la chica que está empezando a enamorarme. Suena muy cursi, pero nunca nadie me había gustado como ella lo hace. Lo mejor de todo es que parece llevarse muy bien con los chicos. Sobretodo con Axl, que pensé que sería el más difícil de controlar, pero no. Hace dos días estaban juntos en la cocina preparando Waffles para cenar. Además, Emma parece una persona diferente ahora que en el día que la conocí. Ahora se ve más feliz, y segura de sí misma, pero sigue siendo la persona más dulce que conozco.
En cuanto Emma acaba de ducharse, me acerco a ella y le sonrío.
-Oye...- Le digo tímidamente.
-¿Si?-
-¿Me dejas revisar tu espalda?-
-No es necesario Stevie... Ya pasó una semana...-
-Lo sé... Sólo quiero asegurarme de que todo esté mejor...-
-Lo está... No te preocupes...- Me da un tierno beso en la mejilla y me ve. Tiene las mejillas coloradas y su rubio cabello cae por sus hombros. La tomo de las manos y la acerco a mi.
-Quiero besarte...- Digo sin pensarlo dos veces. Ella se sonroja más de lo normal, pero sonríe.
-Entonces hazlo...- Pongo mi mano alrededor de su cuello y la acerco a mi, juntando nuestros labios en una conexión perfecta. La beso lentamente, y ella me sigue a la perfección, como si hubiera hecho esto mil veces antes. Nuestros labios se acarician tiernamente, y unos segundos después, se aleja un poco de mi.
-¿Te gustó?- Le pregunto.
-Si...-
-¿Segura que fue tu primer beso?-
-Claro que si... ¿Por qué te mentiría?-
-No, no... Es que lo haces muy bien...-
-Gracias...- Suelta una risita y me da un abrazo muy corto. Se dirige al espejo y comienza a cepillar su cabello, después se pone perfume por todo el cuerpo, se pone una chamarra morada y me ve.
-¿Vas a salir?-
-Si... Tengo que ir a trabajar...-
-Vaya... No me habías dicho que trabajas.-
-Perdón Stevie... Mi trabajo es en una panadería... Tengo que cocinar pasteles.-
-Ah... ¿Quieres que te lleve?-
-No es necesario... Regreso a la hora de la comida.- Me dedica una última sonrisa y sale del cuarto sin decir nada más. Quería estar un rato con ella, pero que no esté me sirve para hablar con Duff y pedirle consejos, pues quiero pedirle a Emma que sea mi novia.
Así que me pongo una camiseta y voy al cuarto de Duff. Ni siquiera me molesto en tocar la puerta, simplemente entro, y lo encuentro viendo una revista Playboy mientras se muerde el labio.
-Duff que haces.-
-OYE ENANO TE HE DICHO QUE NO ENTRES ASÍ A MI CUARTO.-
-Soy tu hijo, puedo hacer lo que yo quiera.-
-AGH, YA ME ESTABA CALENTANDO.- Cierra su revista de golpe y la deja en su mueble de noche. Suelto una risita y me siento a su lado en la cama. Me fijo en sus pantalones, en los cuales hay un bulto. Duff se pone rojo y se cubre con una almohada, pero no puedo evitar no soltar una fuerte carcajada.
-Qué quieres.- Dice rodando los ojos.
-Necesito tu ayuda...-
-¿Para?-
-Es que... Quiero pedirle a Emma que sea mi novia... Pero no sé cómo.-
-No vale la pena, Steven.-
-¿Qué dices? Emma es la mejor chica que he conocido.- Duff suelta un suspiro y niega, pero al final me hace caso.
-Vale... ¿Qué tienes en mente?-
-Nada... Sabes que no soy muy bueno con las chicas...- Digo algo triste.
-Si, si me he dado cuenta. Pero bueno. ¿Por qué no la llevas a un restaurante a cenar?-
-Porque Emma se duerme a las nueve de la noche.-
-Agh... ¿Y si la llevas a un parque y le regalas rosas?-
-Es alérgica a las rosas.-
-Vale. Sólo dile que sea tu novia y deja de complicarte la vida.-
-Pero quiero que sea algo especial...-
-Bueno... Entonces cómprale un puto oso de peluche y ya.-
-OYE NO ME ESTÁS AYUDANDO DUFF.-
-No me grites, cabrón.- Duff me da un suave golpecito en la cabeza y me mira con el ceño fruncido.
-Entonces ayúdame...-
-Simplemente escribe una carta diciéndole lo que sientes, y al final ponle que quieres ser su novio.-
-Eso es buena idea...-
-Si, si. Ahora ve a escribir, papi Duff está ocupado.-
-Que asco...-
-Cállate ya, vete.- Duff me señala la puerta, suelto una última carcajada antes de salir, y cierro la puerta detrás de mí. La verdad es que la idea de la carta no es mala. Además, creo que soy mejor escribiendo que hablando, así que eso haré. Al final pondré la carta encima de un chocolate y se la daré a Emma. Espero que ella sienta lo mismo por mí que yo por ella...
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One in a million. (Steven Adler) TERMINADA.
FanficLas personas no siempre son lo que aparentan...