Han pasado tres días más. Ya estamos en casa. Podría decir que sólo tengo cuarenta y ocho horas para convencer a ____ de que vale la pena vivir. Sin embargo, las cosas no van bien. Izzy me ayudó a conseguirle un gatito. Todos los días la hemos llevado a comer a restaurantes japoneses, ya que siempre ha sido su comida favorita. Paso el resto del día viendo películas con ella, comiendo helado y abrazándola, pero cada día se ve más triste y es más pesimista.
Me levanto de la cama para ir a la cocina por un poco más de cereal, pero Izzy toma mi brazo y me hace una seña para que lo acompañe a la sala. Los dos nos sentamos en el mismo sillón, me ve con tristeza y suelta un suspiro.
-Tenemos que hablar...- Dice tomando amigablemente mi mano.
-¿Qué pasa Iz?-
-Es sobre ____.-
-Dime...-
-Verás... Anoche cuando te quedaste dormido, ella seguía despierta. Entre al cuarto para ver cómo estaban, y me dijo que quería hablar conmigo.-
-¿Entonces?-
-Dijo que valora mucho el esfuerzo que estás haciendo por ella... Pero que en realidad no quiere seguir... Ya sabes, viviendo.- Las palabras de Izzy me rompen el corazón. Sabía que este momento podía llegar.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer?- Un sollozo sale de mis labios.
-Aceptar su decisión y seguir adelante...-
-NO. NO ES TAN FÁCIL.-
-Deja de gritar... No quiero que ella sepa, ¿vale? Me pidió que no te dijera nada.-
-ES QUE NO ES JUSTO. NO PUEDE HACER ESO. Y TÚ NO PUEDES VERTE TAN INDIFERENTE AL RESPECTO.-
-Steven cállate o te voy a golpear. Hablo en serio.-
-No puedo Izzy... No puedo dejar que esto suceda...-
-Será más fácil si la apoyas. Vas a hacerle la vida imposible si tratas de negarte e impedírselo.-
-Le voy a pedir matrimonio.-
-¿Qué?-
-Ya oíste. Le voy a pedir matrimonio.-
-Steven no... Eso le va a caer mal... Se va a sentir comprometida y no podrá tomar sus decisiones libremente.-
-Cállate, se lo que hago.- En ese momento me levanto y salgo corriendo de la casa. No lo había pensado así. Pero si le pido matrimonio, podría cambiar de opinión. Aún nos faltan muchas cosas que vivir a ella y a mí... Casarnos, tener hijos, tener nietos, tener un refugio para perros cuando seamos ancianos, y por último, morir juntos... Pero no ahora. Aún tenemos muchos años por delante. Entro a una tienda de joyería, y después de unos minutos observando, decido comprar el que creo que es el anillo más lindo de toda la tienda. Es dorado, y encima tiene una pequeña perla. Creo que es lo más caro que he comprado en toda mi vida, pero vale la pena. Nunca creí hacer esto por una chica, pero tampoco creí que me enamoraría tanto de alguien como lo estoy ahora. Meto el pequeño anillo en mi bolsillo y regreso corriendo a la casa. Izzy sigue en el sillón, y cuando me ve, solo suelta un fuerte suspiro. Pero decido ignorarlo y entrar al cuarto, donde ____ está viendo la televisión.
-¿Dónde estabas? Pensé que habías ido por cereal y tardaste una hora...-
-Oye... Tengo que hacerte una pregunta importante...-
-¿Qué pasa?- Me acerco a ella y tomo sus manos. Me ve un poco confundida, pero antes de que pueda decir algo, me arrodillo frente a ella y saco el anillo de mi bolsillo.
-Yo... Vaya... ____, ¿Quieres casarte conmigo?- Digo mostrándole mi mejor sonrisa.
-¿Qué?-
-Eso... Quiero pasar el resto de mi vida contigo... A tu lado, amándote y viéndote sonreír todos los días... Quiero que...- Mis palabras se ven interrumpidas por una fuerte cachetada de su parte. Me deja bastante confundido unos segundos, pero decido mirarla, y para mi sorpresa, está llorando y tiene el ceño fruncido.
-¿QUÉ TE SUCEDE?- Me grita.
-¿Qué?-
-¿ES QUE NO PIENSAS STEVEN?-
-Yo... No entiendo nada...-
-Joder... JODER. SABES LO QUE PIENSO DE MI VIDA EN ESTE MOMENTO. SABES QUE QUIERO MANDAR TODO A LA MIERDA Y MORIRME, ¿Y ME PIDES MATRIMONIO?-
-Pensé que eso te haría feliz...-
-CLARO QUE ME HACE FELIZ, TE AMO. PERO NO AHORA. ME HACES SENTIR COMO UNA MIERDA POR VERME OBLIGADA A DECIRTE QUE NO.-
-Entonces dime que sí... Y seremos felices...-
-NO. ENTIENDE. NO VOY A SEGUIR VIVIENDO. NADA ME HARÁ CAMBIAR DE OPINIÓN.-
-Deja de gritarme y de comportarte como una perra conmigo...-
-¿Qué?-
-Eso eres... No has hecho más que gritarme e insultarme.-
-¿Me estás jodiendo?-
-¿SABES QUÉ? SI ESO QUIERES, MÁTATE. YA NO ME IMPORTA. HAS LO QUE QUIERAS. NO QUIERO VERTE MÁS, ESTOY HARTO. JODER.- Dicho esto le aviento el anillo en la cara y salgo del cuarto. No quiero pensar en lo que dije. No quiero pensar en absolutamente nada. Salgo corriendo de la casa y me dirijo al bar más cercano de mi casa. Aquí es donde antes solían venderme droga. Así que sin preocuparme mucho, pido que me vendan un poco de heroína para pagarla después. Gasté todo mi dinero en ese puto anillo. En cuanto me la dan, voy al sótano, donde la gente va a drogarse sin miedo de que la policía llegue. Una vez ahí, me siento en una esquina en el suelo. Levanto la manga de mi chamarra, saco la pequeña jeringa y me meto todo lo que puedo. Había olvidado lo bien que esto se sentía. Había olvidado lo buenas que eran las drogas. Y todo por culpa de una mujer. Joder, jamás debí haberme enamorado.

ESTÁS LEYENDO
One in a million. (Steven Adler) TERMINADA.
Fiksi PenggemarLas personas no siempre son lo que aparentan...