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Ha pasado una semana desde que hablé con Emma y quedé con ella para salir esta tarde a pasear... Me gustaría tener una novia como ella, así que tengo que demostrarle que de verdad me interesa. Saco de mi armario la ropa más decente que encuentro. Consiste de una camiseta blanca, una chamarra de cuero arriba y unos pantalones de mezclilla que están un poco rotos de las rodillas, pero según yo, me veo bien... Me pongo un poco de loción de Duff y cepillo un poco mi cabello, aunque lo único que logro es que se vea más esponjado que de costumbre. Tomo un poco de dinero, las llaves de la casa, y bajo las escaleras. Estoy por abrir la puerta, cuando escucho la voz de Axl.
-¡Oye! ¡Steven!- Me grita.
-¿Qué pasa?-
-¿Puedes venir? ¡Estoy en la cocina!- Suelto un suspiro y voy a la cocina. Axl está recargado contra el refrigerador con un vaso de refresco en la mano. Me mira de arriba a abajo y sonríe.
-¿A dónde vas tan arreglado?- Pregunta.
-Voy a ver a Emma...-
-¿Tú amiguita a la que le dijimos que ibas a vender sus órganos?-
-Si Axl, ella...-
-Déjame ayudarte con tu peinado. Te ves chistoso.- Se acerca a mi, y por un momento, de verdad pienso que Axl se está preocupando por mí y va a ayudarme, pero cuando está a una distancia considerable, no hace más que tirarme encima su vaso de refresco. Todo mi cuerpo queda empapado y además, pegajoso y con olor a Coca-Cola. Axl suelta una risotada.
-Así te ves mejor.-
-¿Por qué hiciste eso?- Digo algo enojado.
-Solo ayudo a que te veas mejor.-
-Eres un... Agh... Adiós Axl...- Sin decirle nada más, salgo de la casa. Si me quedo a cambiarme de ropa, voy a llegar tarde con Emma, y no quiero que piense que soy impuntual. Así que camino hasta el cine, apestando a refresco y con la cara pegajosa. Pero mi día vuelve a alegrarse cuando vea a Emma sentada. Trae una chamarra de invierno morada, lo que la hace ver más tierna de lo que ya es. Me acerco a ella y la saludo. En ese momento sonríe y me da un beso en la mejilla.
-Hola...- Le digo algo nervioso.
-Hola...-
-¿Cómo estás?-
-Bien... Hueles a caramelo...-
-Yo... Lo siento, se me cayó el refresco hace un rato.- Digo algo nervioso.
-Eso es tierno...- Sus mejillas se ponen rosadas, lo que me hace sonreír como un tonto. Sé que está igual de nerviosa que yo, así que tengo que ser el que tome la iniciativa.
-Y... ¿Qué quieres hacer?- Le pregunto.
-Lo que tú quieras...-
-¿Quieres entrar a ver una película? Hoy es el estreno de "La Sirenita".-
-Bueno... Está bien...-
-Vamos a comprar dulces...- Ella sonríe y asiente. Le hago una seña para que me acompañe y vamos a la pequeña tienda de dulces que hay dentro del cine. Primero que nada, compro una caja extra grande de popcorns y dos barras de chocolate. Emma solo pide unas gomitas de azúcar, pero también le compro bombones cubiertos de caramelo y le doy una de mis barras de chocolate. Pago todo, compro los boletos y juntos entramos a la sala de cine. Desde hace dos meses que anunciaron esta película tenía ganas de venir con Duff, pero siempre ignoraba el tema. Además, Emma es una buena compañía. Creo que es mejor estar con ella aquí que con Duff... Observo de reojo como Emma se come la barra de chocolate, y no puedo evitar sonreír. Es muy linda...
-Emma...- Digo casi susurrando.
-¿Si?-
-Eres muy tierna...-
-Gracias...- Sus mejillas se ponen totalmente coloradas y se ríe nerviosa. Ella es diferente a todas las chicas con las que he estado... Ella es tierna e inocente... Me acerco un poco y le doy un beso en la mejilla, a lo que ella responde con una sonrisa...
La película pasa rápido. Emma y yo no hablamos, pero en algún punto, cuando entre los dos nos terminamos las popcorns, nuestras manos se quedan unidas y entrelazadas. Cuando acaba, salimos juntos del cine, y aunque aún no es muy tarde, ya obscureció.
-Me gustó la película...- Dice en cuanto llegamos a la calle.
-A mi también...-
-Gracias por invitarme Steven...-
-De nada... Y... ¿Quieres que vayamos a comer helado?-
-Es que... Ya es algo tarde... Debería regresar a mi casa...-
-Pero... Son las cinco de la tarde...-
-Lo sé... Pero... Lo siento Steven...-
-Si... Está bien, ¿quieres que te acompañe? Está muy obscuro para que regreses sola...-
-No... No pasa nada...-
-Emma... Por favor... No quiero que algo malo te pase...-
-Ya, deja ese tema Steven. Puedo ir sola...-
-Bueno...- Suelto un suspiro un poco triste, y miro sus profundos ojos. Realmente quiero saber porque no me deja conocer más de su vida personal...
-Ya me voy...-
-¿Podemos vernos mañana?-
-Recuerda que te dije que mis papás sólo me dejan salir los viernes...-
-Lo sé... Pero no puedo esperar una semana entera...-
-Mañana te aviso... ¿Vale?-
-Está bien...- Me acerco a ella y trato de besarla, pero se hace para atrás y niega. Sin decir nada más, se da la vuelta y veo cómo se va caminando hacia su casa... Espero no haber hecho algo mal... Si Emma deja de buscarme me voy a sentir muy mal...

One in a million. (Steven Adler) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora