Histeria.

2.6K 196 28
                                    

—¿Otra vez, Park?

Pregunté por quinta vez en un mismo día, ya que no dejaba de encontrarme cada 5 minutos "casualmente" por los pasillos con él.

—¿Mmmh? No sé de que hablas. Yo andaba por aquí... Casualmente, paseando por los corredores.

Puse los ojos en blanco. Habían pasado dos semanas desde mi dramático-no-planeado-beso. Con Angelito.

Mamá sacó todas las cosas de Jonatan, para que Ángel pudiera acomodar las suyas. Mi corazón se achico e hizo un vuelco violento mientras veía cajas y más cajas con cosas de mi hermano. Por eso le pedí que me dejará guardar en mi armario un poco de su ropa y sus trofeos. Cosa que acepto no muy feliz.

Desde el beso no volvimos a cruzar palabra, cosa que es muy extraña porque habitamos bajo el mismo techo. Pero quien no parece querer dejar de hablarme es Park. Hemos cambiado el papel del acosador a la acosada. Summer por su lado no me ha vuelto a molestar. Una de las cosas que más me dolió a la llegada del intruso, fue perder mi privacidad. Esa en la que aprovechas estar solá para andar en ropa interior por la casa.

Park parecio notar mis divagues porque se me acerco.

—¿Pasa algo, Gabrielita?

—No, nada. Parkieeeee. —Hice una imitación muy mala de la voz de su plástica novia.

—Eres un asco en eso de las imitaciones de voz, Gabriela.

—Nunca he dicho lo contrario.

Di media vuelta dispuesta a irme cuando su voz sonó potente detrás de mi.

—¡Alto allí! —pero lo ignore olímpicamente—. ¡He dicho alto allí! Gabriela Farmigan. Tengo un trato para ti.

Sólo fue allí, cuando logró que me detuviera. Park había hecho que el gusanito de la curiosidad despertara en mi. Algo que era poco casual, muy pocas cosas me importaban.

—Iluminame con tu sabiduría, maestro.

Dije con todo el sarcasmo que pude.

—¿Prometes no dejar mi mejilla morada? Ya sabes... Darme la bofetada.

—No puedo prometer nada. Pero trataré  de no hacerlo.

—Seamos amigos de hecho. Ya sabes Farmigan, sexo, sexo y más sexo sin ningún tipo de compromiso.

Abrí tanto mis ojos que bien podrían tomarme por posesa. ¿Lo había dicho en serio? Aunque en mi estado bien podía haber escuchado cualquier cosa.

—¿Perdón? —Pregunté pestañando varias veces por la confusión.

—Que me gustaría ser tu amigo. Conocerte... Ammm salir de vez en cuando.

¿De verdad había escuchado mal? Pero sin darle tanta importancia al asunto sólo asenti diciéndole que lo pensaría. Porque obvio no quiero a una histérica Summers detrás mío defendiendo a su noviecito.

🌿🌿🌿🌿

Bufe. Angel estaba detrás de mi sonriendo ampliamente.

—¿Qué quieres, Casanova?


—Si me lo preguntas así te diría muchas cosas... Como que te quiero a ti desnuda envuelta en chocolate.


—Pervertido. —Quise apartar mi cara para que no viera mi leve sonrojo.


—Ya... Sólo quiero que me beses, como lo hiciste aquella vez frente a la chica.

Para el chico que nunca me amó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora