Frente a la habitación de Alex todo era sombrío, el pasillo donde se encontraba parecía más bien un escenario siniestro que presenció los más horrorosos crímenes. Ángel se encontraba más nervioso de lo normal, parecía un ratoncito asustado al cual un gato había acorralado.
Conseguir la llave había sido tan fácil como robar un dulce a un niño.
—¿Estás listo? —no respondió—. Bien.
Después de girar la llave tres veces por fin la puerta cedió, lo que me llevo a preguntarme qué tipo de lugar era este... ¿Por qué mantener bajo llave a un chico que se encontraba totalmente sólo y vulnerable?
Comencé a girar la perilla, la puerta se abrió poco a poco dejando ver un hilo de luz atravez de la abertura, clato todo esto, hasta que Ángel no soportó más la presión y la abrió de golpe, provocando un sonido hueco.
Entré tras él, la habitación no tenía nada fuera de lo normal, era exactamente igual a la de un hospital. Blanco pulcro por doquier. Esto me hizo trasladarme al día en que vine a visitar a Park.
Llegamos hasta la cama donde estaba el Casanova menor, sus fracciones finas me hicieron suspirar, no pude apreciar el color de sus ojos porque el chico parecía estar dormido. Era una versión muy parecida a Ángel. Maldición, ¡bendito sean los Casanovas y sus hijos! Aunque, no pasaron desapercibidos el millón de cosas que tenía conectadas al cuerpo, las quemaduras que sobresalían de sus brazos, pero sin embargo la mayoría estaban cicatrizadas.
—Creo que debería irme... Esto tienes que solucionarlo tú sólo.
—Tienes razón... Gracias por acompañarme hasta aquí.
—Estaré en la cafetería por si me necesitas.
🌿🌿🌿🌿
La cafetería del hospital estába más vacía de lo normal.
Me acerqué a la barra a pedir un jugo de manzana, pero el chico dijo que no había. Genial... Lo que me faltaba.
Un grupo de chicas me observaba desde lo lejos, ignore el hecho de que parecían locas psicópatas y comencé a jugar con mis manos.
¿Por qué Ángel se tarda tanto?
Sin darme cuenta ya tenía una de esas chica junto a mi.
—Hola, soy Ruby.
Le dedique una mirada como si un bicho raro se tratara.
—Hmmm... ¿Hola Ruby? —Hable.
Poco a poco las otras se fueron acercando, no quise ser grosera, por eso no me fui. La chica comenzó a dar saltitos y a sonreír como loca.
—¿Vieron eso? ¡Gabriela Farmigan me a hablado! —Dijo euforicamente—. ¡Tengo que presentarte a todas! Mira... Ella es Anny, esta otra es Yosi, aquella que está por allá es Mía, estas son Anaís, Sofia, Nell, Lena, Pao.
No pude evitar detenerme más de lo necesario en esa chica llamada Anais, parecía triste, ojeras marcaban sus lindos ojos. Pero de cualquier forma me dedicó una prqueña sonrisa.
—Yo soy Gabriela... Pero parece que ya lo saben, un gusto. —Respondí finalmente.
—Nos enteramos de lo que pasó con los Casanovas lo sentimos mucho... Solíamos ir debes en cuando a comer a la casa de Mariana. —Fue la chica llamada Anny, la que habló.
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Para el chico que nunca me amó.
Teen FictionDebo recalcar que amo verte a distancia. Me da miedo tu reacción... Debo parecer una psicópata pero no tiene nada que ver con las 200 fotos que te he tomado distraído, ni con los lápices que usabas en el kinder esto... Esto es diferente. Amame Park...