Para el chico que nunca me amó.

Matthew.

IMPORTANTE: EL HERMANO GEMELO DE ÁNGEL SE LLAMARÁ MATTHEW Y NO RAÚL. ¿RAZÓN? RAÚL SE LLAMA EL PADRE DE GABRIELA. ASÍ QUE PARA QUE NO SE CONFUNDAN LO CAMBIE, MEJOR UNA HISTORIA SIN TOCAYOS.

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Park Carlsen.

Fui un hijo de puta con ella. Lo acepto. Pero fue la única forma efectiva que encontré de alejarla de Ángel. Él no es quien dice ser, nisiquiera yo soy quien creen.

Ángel tiene un pasado... Uno muy largo que quizá nunca dejará de seguirlo, uno donde la ilusa de Gabriela no debe meter sus narices. ¿Se dice enamorado de ella? Eso, al menos yo no se lo creo, tenía 16 cuando nos conocimos. Por lo que deduzco que ahora tiene 18. Ese no es el caso...

Aún recuerdo hace unos años cuando lo conocí.

—¿Quién eres? —Pregunte.

—El dueño de Cas'Nova. —Respondió.

—¿Ellos te mandaron?

—Digamos que te busque por mi cuenta. Es mi negocio el que se ve afectado por tus últimos movimientos.

—Sólo eres un niño tratando de buscar atención. Fuera de mi vista. Nisiquiera eres el dueño. El dueño es tu padre y es con él con quien voy a negociar, de lo contrario no esperen nada de mi parte.

Su mandíbula se tenso. El chasqueo los dedos y sus gorilas me golpearon hasta perder la conciencia pero no acepte su trato, no hasta que hablé personalmente con el padre.

Salgo de mi divague al sentir a Gabriela, deshacer el agarre que tenía sobre su muñeca.

—No vuelvas a tocarme —se refiere a mí—.  Y tú —Lo señala a él—. Pudrete.

Luego lo único que veo es como el puño de Gabriela se estrella en la cara del Casanova. Ella comienza a correr, afirmando su agarre contra las correas de su mochila, por algún motivo comienzo a seguirla pero antes me detengo y le grito a Ángel.

—¡Recuerda que yo se quién eres! —Su cara de confusión no se la compra nadie.

Le doy la espalda y comienzo a correr hacia Gaby. Ella se detiene frente a un lindo Jeep negro. Comienza a buscar en su mochila desesperadamente maldice un par de veces y cuando encuentra lo que busca sonríe, el Jeep prende las luces. Llegó hasta donde está y la envuelvo en un abrazo.

—¡Lárgate! —Es hasta ese momento que me doy cuenta de que está llorando.

Me separo de ella, reviso el panorama. Ellos no me pueden ver junto a ella. Porque podrían matarla pensando que eso hará que yo me retire de los negocios.

—Por tu bien. Alejate de Ángel. Él no es quien tú crees así como muchas personas no son lo que piensas... Lo mejor es que desaparezcas de aquí. 

Mi palabras sonaron más duras de lo que hubiera querido. Doy la vuelta dispuesto a irme pero entonces ella habla.

—¿Qué te hice? —toma una respiración tratando de calmarse—. Yo... Siento que me odias desde que me conociste, pero en todo ese tiempo yo solo te he querido. Querer a una persona no es causa de odio.