Para el chico que nunca me amó.

Demasiado tarde.

Park Carlsen.

El agua de la ducha cae en cascadas sobre mi cuerpo, después de un duro entrenamiento con el equipo de básquet lo único que necesitaba era sentir ese líquido transparente caer sobre mi anatomía.

Después de pensarlo por días he tomado una decisión. Hablar con Gabriela Farmigan. Acepto que no fue fácil, me sentí como un asesino que iba a confesar su crimen cuando le pedí que nos viéramos un viernes por la noche en algún lugar, ella acepto no muy convencida. Pero tenía que hacerlo, por alguna extraña razón me he sentido incompleto estas últimas semanas... He tratado de buscar las posibles causas de mi auto inconformidad, pero una y otra vez llegó a la misma conclusión el problema es; ella.

Sepillo mis dientes mientras busco que ponerme para encontrarme con Gabriela, mi corazón reciente cada minuto que pasa, me siento ansioso... Nervioso.

Ya listo me encuentro encendiendo a Lisa -Mi motocicleta- quien ha pasada muchos años junto a mi, mis manos sudan, mientras me encamino al parque en el cual quedamos de encontrarnos a las 7pm, No tengo idea de lo que voy a decirle, pero espero que ella pueda entenderlo, porque no soy bueno en las palabras.

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Ella se encuentra allí sentada, viendo hacia todos lados. Viste un hermoso vestido amarillo que hace milagros en su cuerpo, su cintura bien formada y su perfecto rostro hacen acorde con su atuendo, parece una diosa del Olimpo. Sacudo mi cabeza tratando de concentrarme, necesito hablar con ella.

—Gabriela... —Digo casi en un susurro, por eso me veo obligado a carraspear mi garganta—. ¡Gabriela!

Ella voltea su cabeza hacia mi. Obtengo toda su atención.

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Gabriela Farmigan.

Mis ojos se pierden en la figura del chico frente a mi, una sonrisa enorme acompaña su rostro y eso me hace estremecer... Me levanto de la banca donde me encontraba sentada y sacudo mi vestido tratando de ganar tiempo.

Él hace ademán de acercarse pero yo retrosedo, vuelve a intentarlo repetidas veces pero yo retrocedo en cada uno de sus intentos... Me dedica una mirada confusa, pero el nudo en mi garganta se niega a dejarme hablar.

—¿Por qué? —Pregunta—. ¿Por qué retrocedes?

—Sólo vine aquí porque dijiste que tenías algo importante que decirme. No pretendo empezar nada contigo. —Respondo a su pregunta.

Él asiente levemente aplanando los labios.

—Todos estos años que has estado enamorada de mí, yo nunca te vi... Como alguien a quien podía querer. —sus ojos me analizan y sé que piensa que puede arreglar todo, una carcajada sale de mi garganta pero eso no parece inmutarlo—. Siempre he estado muy ocupado con Summer y con todas esas chicas qué nisiquiera se asemejan a ti, he intentado llenar los vacíos con vicios, con cosas triviales que no me han llevado a nada, pero desde hace un tiempo para acá siento que te necesito, por eso he renunciado a todo por ti, para que lo intentemos.

—¿Es en serio? —Digo con arrogancia, él sólo me dedica una mirada de reproche por haberlo interrumpido.

—Déjame terminar.