Alex Casanova.

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Ángel Casanova.

—Señores Farmigan yo... yo... —Pero fui interrumpido, por la señora Blanca.

—Ya lo sabemos. Sabemos que tú y Gabriela son "novios" así como también sabemos que te agarraste a golpes con el hijo del abogado Saúl Carlsen. Pero eso no es lo que tenemos que decirte...

Mi cara de confusión tiene que ser todo un poema... Imagine de muchas formas sus respectivas reacciones... Pero nunca esta tan mediocre.

—Escucho. —Susurre.

—Tu hermano Alex Casanova está vivo.
—Dijeron sin más.

¿Han escuchado como suena un vidrio al quebrarse? Justo así sonó mi corazón, al darme cuenta de que últimamente por andar pendiente de Gabriela no he pensado en mi família, debí descartar todas las teorías sobre su supuesta muerte, debí hacerlo... Pero por el contrario sólo creí en toda la mierda que me dijeron... Olvidando las promesas que hice.

—¿Desde cuándo lo saben? —Pregunté en un susurro...

—Desde hace tres meses... No lo tomes a mal nosotros no lo hicimos por dañarte, sólo queríamos protegerte él tuvo muchas crisis, No sabíamos si viviría... Queríamos evitarte más sufrimientos.

—¡NO! —Grité—. Me dicen hasta ahora que mi hermano está vivo, y... ¿Qué no me dijeron nada para protegerme? Ahora entiendo todo. No fueron misericordiosos conmigo... Lo hicieron para controlarme, para conocer mis movimientos.

—Tranquilo... —Dice el señor Farmigan.

—¡No me pida eso! No puedo concebir la idea de que mi hermano estaba mal y yo no estuve allí para cuidarlo, para apoyarlo... ¡Se lo prometí a mi madre! Y ustedes me privaron de todo eso... ¿Y qué harían su hubiera muerto? —No respondieron nada—. No me hubieran dicho nada... Ahora entiendo porque no pueden ver lo maravillosos que son sus hijos y todo lo que están perdiendo por sus estupideces.

Salí azotando la puerta.

Comencé a correr fuera de esa casa, nisiquiera pregunté donde o como estaba mi hermano, sólo dejé que mis impulsos me tomaran... Corrí hasta llegar a mi antiguo hogar, uno del cual ya sólo quedaban ruinas.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, me acosté en posición fetal y empecé a llorar como un niño que espera a su madre para que le compre un dulce, volví a sentir esa sensación de vacío, una terrible soledad. Hubiera dado cada parte de mí para dejar de sentirme así, por tener un poco de paz mental... Pero esto se sentía tan imposible ahora. Sé que debería sentirme bien porque al menos uno está vivo, qué debería luchar incansablemente para lograr que Alex se recupere y esté bien, qué debería hacerlo para que olvide todo lo que nos ha pasado... Pero por alguna razón más fuerte no puedo. Porque siento que no me va perdonar el hecho de no haber estado con él cuando más lo necesitaba.

Unas pequeñas manos indecisas me rodean, su cuerpo está temblando, el olor dulzón de la colonia que utiliza llena mis fosas nasales... Ella hace que me sienta invencible.

—Corres tan rápido que casi tuve que adivinar el camino por el cual huiste, no quería dejarte sólo ahora. —Se sienta de modo que mi cabeza queda sobre sus piernas, me acomodo mejor en su regazo, ella desliza su mano por mi cabello tratando de tranquilizarme—. Escuche todo, los tres hablaron... Bueno casi gritaron.

—Ellos me mintieron, Gabriela... Por un momento creí que trataban de ayudarme, pero sólo lo hicieron para controlarme.

Ella suspira, —Mis padres no son tan malos Ángel, sólo están confundido, eso solía decirle a Jonatan cuando discutían, mis hermano siempre buscó la forma de huir de casa, me recordaste a él. Llevó las mejores notas por años sólo para ganar una beca y salir de casa.

—Esto es diferente... ¡A tí no te han ocultado nada! —Mi voz suena más gélida de lo que pretendo, al instante quiero golpearme mentalmente... Ella sólo intenta ayudarme—. Disculpa... Yo no quise hablarte así.

—No te preocupes. Te entiendo, también me ha pasado. Algunas veces me enojaba con ellos y llegué a odiarlos, pero a fin de cuenta son mis padres, los padres siempre buscan lo mejor para sus hijos.

Me siento en el césped y acaricio su rostro, no todo puede salir tan mal si ella está junto a mi...

—¿Qué hubieras hecho tú? —Pregunté.

—Luchar, luchar por la poca família que tengo y que por ende me necesita. Al menos tienes algo, otras personas pierden todo día a día y al final no logran volver a tener ni una cuarta parte de lo que tenían... —sus ojos se encuentran con los míos—. La vida te está dando la oportunidad de luchar por alguien que también lo ha perdido todo. Te lo digo yo, qué sólo he tenido a mi hermano, a pesar de que mis padres también están vivos.

Entonces la besé... Pero este beso parece diferente, es uno de esos donde puedes comunicarte sin emitir palabra alguna, de esos que te dicen que todo estará bien. Me separo de ella, un leve sonrojo se pinta en su cara.

—Gracias por todo... Eres maravillosa.

—Lo sé, siempre me lo dicen. —Me guiña un ojo, se levanta y me tiende una mano—. ¡No perdamos tiempo! Tenemos un hermano que visitar.

La tomo sin rechistar, juntos corremos hacia su casa nuevamente. Aún no sé si esté preparado para esto... Para ver a mi hermano después de haberlo dado por muerto.

🌿🌿🌿🌿

—¿Estás segura de esto? Yo creo que mejor nos vamos... —Nos encontramos en el hospital, Gabriela parecía tener un Az bajo la manga, ya que tenía la dirección del hospital y el número de cuarto donde se encontraba, Alex.

—¡Shhh! Calla, según este papel que estaba en la habitación de mis padres la hora de visitas es justo ahora.

—¿Cómo hacemos para entrar?

—Ya verás...

Salimos de la puerta donde estábamos escondido y nos acercamos a una de las enfermeras que están en recepción.

—Buenas tardes chicos, ¿en que les puedo ayudar? —Pregunta con una falsa sonrisa.

—Necesitamos ver a una persona... —Es Gabriela quien habla.

—Dime su nombre.


—Alex Casanova. —La enfermera nos ve como si fuéramos fenómenos de dos cabezas, pero la chica junto a mi no parece inmutarse.

—Señorita eso no puede ser, yo no tengo permitido dejar a las personas acceder a la habitación de ese chic...

Pero Gabriela la interrumpe.

—Mi padre es el alguacil Raúl Farmigan, mi madre es la doctora Blanca Farmigan  segunda al mando después del director del hospital, él —me señala—. Es el hermano de Alex, y yo soy la que puede hacer que tu vida sea un infierno si no nos dejas pasar a verlo. Así qué decide, ¿Qué harás?

¿Cuándo había evolucionado esta chica? Un día era tímida, otro una escurridiza y ahora es toda una retadora, nunca hubiera esperado esta reacción de ella. ¿Qué como está la mujer? Con sus ojos fuera de órbita.

—Habitación 22 pasillo 4. Sólo 30 minutos.
—La enfermera saca una llave de su uniforme y nos la tiende muy discretamente, Gabriela la toma y la introduce en su abrigo—. No más, no menos.

—Gracias, fue todo un placer negociar contigo. —La mujer asiente y nosotros nos retiramos rumbo a la habitación.

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NA: Tenemos otro Casanovas moja bragas, toca-timbres. ❤

Crowlee_Kramer.

Para el chico que nunca me amó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora