C a p i t u l o. #5

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NARRADOR UNIVERSAL

Elizabeth se encontraba en su cama bajo sus cobijas con una linterna y un libro sobre seres místicos y criaturas sobre naturales, pensaba que eso le ayudaría a familiarizarse con el mundo del que ahora ella formaba parte.

En otro lugar a unas tres calles de distancia Brigett estaba preguntándose como descubriría el poder o don oculto de Elizabeth, nunca había hecho algo como eso y no sabía cómo empezar, entonces una idea vino a su cabeza, más bien alguien, rápidamente tomo su celular que se encontraba en su mesa de noche y marco el número.

Llamada Telefónica

__ ¿Hola?

__ Eh hola ¿quién habla?

__Alex, soy Brigett.

__Oh Brigett ¿que necesitas?

__ Eh bueno quería preguntarte algo ¿cuáles son tus poderes ?

__ ¿Que? ¿Para que quieres saber eso?

__Solo dime.

__No puedo soltarte tal información si nada​ más, tienes que darme una razón, como se que no eres una bruja o hechicero más en esta guerra, ahora la yo sé puede confiar en nadie y...

__La encontré.

__ ¿Eh? ¿De que rayos hablas?

__Alex, encontré a Elizabeth... encontré a tu hermana.

__ ...

__ ¿Alex? ¿Sigues ahí?

__...

__ ¡Alex!

Fin De Llamada Telefónica

Brigett tiró su teléfono a la pared frustrada, este cayó al suelo con la pantalla rota.

«No debí llamarlo» Pensó.

Más ya era tarde, el lo sabía.

ELIZABETH

Un fuerte viento soplo haciendo que las cortinas de mi habitación se muevan, de pronto el árbol que se encontraba a un lado de mi ventana se movió como si algo hubiera caído en el, aves salieron volando de este, sentía que me observaban, la sensación envío un escalofrío por todo mi cuerpo.

Este no es papá.

Esto era diferente.

Se sentía diferente y un tanto espeluznante.

Sentía que iba a pasar algo importante, era una sensación rara en mi pecho, como un vacío en el que se iba expandiendo.

No me gustaba para nada aquella sensación.

De pronto eso entro a por la ventana y pude ver que era un chico, parecía tener la misma edad que yo, no lo conocía pero sentía una rara sensación de familiaridad al tenerlo aquí.

«¿Quién eres tú?»

Me pregunte, mas la pregunta no abandono mis labios ya que el volteo su rostro dejándome verlo, contuve el aliento por unos segundos.

No me lo jodido creo.

Mi respiración empezó a entrecortarse mientras lo observaba atónita, tenía un cabello negro ondulado, lo llevaba desordenado dándole un aire de misterio y desinterés, sus ojos de un bonito color azul con motitas de verde me observaban con adoración y felicidad, retrocedí chocando con la pared, sentía que no podía respirar, como si el aire se hubiera acabado y me estaba ahogando, sentí como mis ojos tomaban un color más intenso y miles de recuerdos pasaron frente a mis ojos.

__Eres tu__ murmure respirando pesadamente con mi mirada fija en el piso.

El sólo me observaba con felicidad.

__Tu eres mi hermano__ dije finalmente mirándolo a los ojos.

ALEX

Cuando la mire sus ojos se abrieron desmesuradamente, empezó a retroceder hasta chocar con la pared, gotas de sudor resbalaron por su rostro, la respiración parecía faltarle la respiración por lo que me preocupe un poco y di un paso hacia ella. Sus ojos de pronto tomaron un color más intenso, parecían como dos luces de color azul.

__Eres tu__ susurro cuando sus ojos habían vuelto a la normalidad.

Una gran capa de felicidad se extendió por mi cuerpo, ella me recordaba, todos estos años la, temiendo que ella me haya olvidado, pero no, ella me recordaba.

__Tu eres mi hermano __dijo mirándome a los ojos.

En sus ojos había tanta felicidad como en los míos, nos quedamos mirando a los ojos durante unos minutos sin saber que hacer.

¿Debería correr y abrazarla o es muy pronto?

Sus hermosos ojos azules se aguaron y yo sabía que estaba en la misma situación, ella sonrió y corrió hacia mí y yo hice lo mismo hasta estar a pocos centímetros de distancia, nos quedamos mirando hasta después fundirnos en un gran abrazo.

Ella acomodo su cabeza en el hueco de mi cuello y la sentí sonreír mientras la estrechabas entre mis brazos.

De pronto sentí un fuerte dolor en el pecho como si algo se estuviera remendando dentro de mí, sabía que ella estaba igual ya que cerró los ojos con fuerza, yo la apreté más fuerte contra mí y ella hizo lo mismo, no nos íbamos a separar, ella no lo hacía, y yo tampoco iba a hacerlo, así que también cerré los ojos mientras una luz nos cubría.

ELIZABETH

Los dos nos abrazamos con fuerza, después de unos minutos el dolor cesó, cuando abrimos los ojos una observé cómo una luz se desvanecía a nuestro alrededor, nos fuimos soltando poco a poco y nos dedicamos una sonrisa, de pronto vi que algo brillaba en mi brazo, al lado de mi marca de nacimiento, más específicamente en mi muñeca, mire a Alex descubriendo que le pasaba lo mismo, también tenía una marca solo que la de él estaba en su mano izquierda mientras que la mía en la derecha.

Mi marca era el Ying, la parte negra que significa,
la tierra, la pasividad y la oscuridad.

Si lo investigue.

Me acerqué a Alex para mirar detalladamente su marca, era el Yang, mire lo que se había formado en mi brazo y era la otra mitad completando el símbolo.

Sonreí.

La Hija de Drácula Donde viven las historias. Descúbrelo ahora