C a p i t u l o. #8

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 Maratón/2

EN CASA

Cada paso que daba lejos del que había sido mi hogar por once años me llenaba de un sentimiento que no podía identificar, tal vez nostalgia, un poco de adrenalina y nervios.

__Y dime ¿Has descubierto tus poderes?__ Pregunto Alex.

Faltaba como una o dos horas para llegar ¿Recuerdan el camino de árboles que hallé en el bosque? Resultó haber sido un portal a aquel país (como lo había llamado Brigett), ahora solo faltaba llegar al pueblo de vampiros, el cual se llamaba Transilvania.

Que sorpresa.

Nos encontrábamos caminando en lo que parecía un bosque interminable, mis pies dolían y tenía sed, sinceramente quería tirarme al piso porque no quería seguir caminando, llevábamos mucho tiempo haciéndolo.

__Pues Brigett dice que tengo el poder de la velocidad__ respondí encogiéndome de hombros __Aunque no creo que ese sea un poder en sí.

__ Tienes razón, todos los vampiros tienen una velocidad sobrenatural, unos más que otros, pero no es en sí un poder__ respondió, lo mire de reojo.

__Oye__ lo llame el me miro__ ¿No crees que por ser mellizos tendríamos que tener los mismos poderes? Tengo esa teoría.

__No lo sé... supongo que tendremos que averiguarlo__ se encogió de hombros.

__ ¿Hablaste con papá?__ pregunte.

__Si y ya está todo arreglado, no me había dado cuenta de cuánto lo había extrañado__ sonrió con alegría.

__Me alegra mucho.

__ ¿Que te parece si hacemos una carrera?__ propuso, sonreí asintiendo.

__A la cuenta de tres ¿Ok?

Dicho esto los dos empezamos a correr entre los árboles, Alex me iba ganando por poco, cuando divisamos el pueblo acelere ganándole, el también lo hizo chocándome y haciendo que los dos caigamos al piso, uno encima de otro.

__Aire necesito aire__ dije retorciéndose tratando de quitar al gordo de Alex de encima__ ¡Quítate!__ le grite haciendo que él se sobresalté y caiga de cara al piso, empecé a reír.

__Ay mi bello rostro__ se quejó volteándose quedándose boca arriba, reí y me levanté.

__ ¿Te caíste?__ Pregunte burlona, el sonrió sarcásticamente.

__Noo como crees, ¿Cómo llegaste a pensar eso? Resulta que el suelo estaba triste y necesitaba un abrazo y yo soy tan generoso que se lo di __respondió mientras se levantaba.

Antes de que pudiera responder unas grandes puertas de madera que no me había dado cuenta se encontraban a nuestro lado empezaron a abrirse, levanté la mirada para encontrarme con un gran castillo con un aspecto antiguo y un tanto espeluznante, de ellas salió un hombre.

Oh santa mierda.

El era mi padre.

Lo sabía, lo sentía, sentí familiaridad y un lazo que me unía a él.

Lo recordaba, lo recordaba muy bien, ojos azules de un color potente, cabello negro peinado perfectamente, tez pálida y cejas abundantes y gruesas, tenía un aire de elegancia, tranquilidad y un toque de peligro, un cuerpo bien formado y aparentaba tener uno treinta años o un poco más, aunque sabía que tenía más.

Muchos más.

__Alex ¿Que pasa?__ pregunto mirando a mi hermano sacudirse un poco su ropa, oh su voz, tenía una voz profunda, grave e imponente__ ¿Y quién es ella?__ poso su mirada en mi y de pronto sentí que iba a desmayarme de los puros nervios.

Su expresión, nunca la olvidaría, me miro fijamente, a los ojos, como si reconociera algo en ellos, como si e fuera familiar, me observo tal vez por demasiado tiempo lleno de sorpresa.

__Padre__ dije en un hilo de voz, eran demasiadas emociones juntas.

__Tus ojos __susurro entrecerrados a los suyos __Yo conozco esos ojos, los conozco mejor que nadie, se parecen a los de ella, y también a los de mi hija ¿Elizabeth? __ asentí lentamente, en cuestión de segundos ya lo tenía envolviendo sus brazos alrededor de mí, cerré los ojos correspondiendo a su abrazo mientras soltaba una que otra lágrima de felicidad.

Sentía algo, era una sensación rara e indescriptible, como un calor que se iba extendiendo a cada parte de mi cuerpo, nunca había sentido nada igual y me agradaba.

__Estoy muy feliz de que al fin estés aquí__ lo sentí sonreír__ sabía que volverías__ susurro en mi oído solo para que yo lo escuchará, sonreí __estoy muy feliz de que los dos al fin estén juntos__ nos miro a Alex y a mí con una gran sonrisa__ Ven aquí__ llamo a mi hermano tres nos fundimos en un gran abrazo.

Con que esto se sentía ser feliz.

Nunca había sentido nada igual, cuando sus brazos me rodearon
tuve un sentimiento de pertenencia, sentía que este era mi hogar, con ellos, sea entidad tan extraño pero a la vez tan bien, me sentía de algún modo completa.

Después de separarnos papá __se siente tan raro decirle así__ hablo.

__Veo que lo conservaste__ miro el collar en mi pecho.

__Lo prometí__ lo tome entre mis manos pasando mis dedos sobre él.

__ ¿Me permites?__ yo sentí y le pase el collar.

Él lo tomo entre sus manos y luego de observado detalladamente tocó la mitad justo donde las dos partes se unían, un pequeño brillo dorado salió de usuario dedos cuando lo tocó. El collar se separó en sus dos partes, papá sonrió y nos puso su respectivo símbolo a cada uno, mire sorprendida cada unos de sus movimientos y el al notar mi expresión sonrió, sentí mis mejillas tomar color mientras bajaba la vista avergonzada.

Esto era tan extraño.

Entramos a la casa —o mejor dicho, castillo— y ellos me dieron un tour por está, era muy hermosa y elegante por dentro como por fuera, y era gigantesca, fácilmente podría perderme en este lugar, luego me daría el tiempo de observar todo detalladamente.

Me condujeron por un pasillo lleno de puertas, el piso de madera estaba alfombrado de rojo y las paredes estaban pintadas de un color marrón claro, algunos cuadros de diferentes épocas estaban colgados en estas. Nos detuvimos frente a una puerta de madera casi a mitad del pasillo, está era mi habitación— quien, como Alex dijo, personalmente te se había encargado de decorarla según mis gustos y lo que sabía de mi — giré el pomo entrando a una habitación gigantesca.

Fácilmente podría ser un apartamento.

Las paredes eran de un color magenta con blanco, en el centro de la habitación había una gran cama matrimonial en la cual podría dormir muy cómodamente, las cobijas era a juego con el color de las paredes, lo que más me gustó es que había un gran estante del tamaño de una pared lleno de libros , al lado de la cama, había un pequeño apartado en la que habían unos pequeños sillones de cuero de color blanco y una pequeña mesa de noche, el piso abajo de la cama estaba alfombrado con lo que parecía una alfombra blanca tan suave como un peluche, habían dos puertas, una conducía al baño y otra al armario, al respaldo de la cama había una gran ventana que daba justo al tejado —ame a Alex por ese detalle— en lo que parecía lo alto del castillo, desde ahí podía observar toda la ciudad y el gran bosque que lo rodeaba.

Era perfecta.

__ ¿Te gusta?__ Pregunto Alex tímidamente desde la puerta al lado de papá quién también parecía asombrado con la hermosa decoración.

__ ¡Me encanta!__ chille abrazándolo. Luego de agradecerle más de cien veces ambos se fueron diciendo que me instale.

Me giré hacia la habitación y suspiré formando una gran sonrisa, por fin me sentía en casa.

La Hija de Drácula Donde viven las historias. Descúbrelo ahora