C. 1: Una traición
--Diego, yo confíe en vos, y me defraudaste,-dijo la chica argentina, con un aire de tristeza y enojo-hacías un plan con Ludmila para sacarme del Studio. Todo fue una farsa, tu amor fue una farsa, tus palabras fueron una farsa, vos fuiste una farsa.
-Pero me he arrepentido, Violetta.-dijo el español con tono triste y angustiado al mismo tiempo-Y quiero que me perdones y olvides todo lo que pasó. Yo quiero ser feliz contigo Violetta, no con nadie más.
-Pues yo ya no puedo estar con vos...-dijo Violetta mirando al suelo-No QUIERO estar con vos, después del show de fin de curso del Studio será el adiós, no quiero saber nada de vos, no quiero tener nada que ver con vos...
Violetta se alejó y dejo a Diego atrás, ya no le importaba nada. No le importaba si Diego le pedía mil disculpas, no le importaba si le hacia mil promesas de arrepentimiento, ella no quería saber nada acerca de él, lo único que le importaba era tomar el vuelo lo más antes posible para regresar a Buenos Aires y llegar a tiempo para el show final.
Violetta había intentado ayudar a Diego a encontrar a su padre todo este tiempo. Buscó pistas, preguntó nombres, sólo para cumplir el sueño de él. Y lo hizo porque lo quería, porque le importaba, porque haría cualquier cosa por verlo sonreír. Pero cuando se enteró de eso, todo ese amor por él se esfumó. Quiso olvidarlo, quiso superarlo, quiso que no le afectara, pero lo hizo.
Lo que a Violetta más le dolía, era que el cinismo de Diego era tan grande, que él no se atrevió a decírselo. Que ella no tenía idea. Creyendo que Diego era bueno y sincero con ella, lastimó a muchas personas, incluyendo a León. Su ex novio.
"¡León!" pensó Violetta.
León fue quien verdaderamente la quería, e intentaba protegerla de Diego. Pero ella no le creyó, porque había caído en la vil trampa de Diego.
Gracias a León supo del plan, ya que escuchó decírselo a Francesca. Al principio Violetta no lo podía creer, pero cuando vio una grabación delatando a Diego en el teléfono de León, Violetta no pudo hacer nada más que entrar en estado de shock. El bueno y lindo Diego, no era nada más que un mentiroso y falso.
Violetta salió del hotel y fue a la plaza de enfrente a sentarse en una banca y reflexionar todo lo que estaba pasando. Diego, el chico en el que más confiaba últimamente, le estaba mintiendo todo este tiempo. Y ella no se pudo dar cuenta. Diego la alcanzó y habló con ella de que sólo era para conseguir información sobre su padre, no para perjudicarla. Pero era demasiado tarde, Violetta no escuchaba nada, pues creía que tan sólo eran mentiras.
Horas después, luego de que Violetta dejara a Diego en la plaza, ella divagaba por las calles de la capital de España, sin importar que el clima madrileño de otoño empezaba a empeorar. Con el hecho de que había salido del hotel sin abrigo, paraguas y sin un destino fijo, no le molestaba para nada. Ella lo que necesitaba era alejarse de Diego. Alejarse de las mentiras. De la traición. De la decepción.
Violetta comenzó a recordar todos los buenos momentos juntos; como cuando él la ayudo después de que ella se cayera, cuando cocinaron pizza, cuando se dieron su primer beso, cuando ella le dio la guitarra de su papá, cuando se hicieron novios. De repente, diminutas gotas de lluvia caían del cielo, pero para Violetta estaba bien, así las gotas de lluvia se podrían confundir con sus lágrimas. Todo era una mentira.
La lluvia caía sobre el cabello fino de la adolescente, y el viento fuerte atacaba su cara, pero ya no importaba. Nada importaba. Sólo importaba llegar a Buenos Aires.
"Cuando te rompen el corazón, lo que más duele es la memoria" pensó Violetta.
Por: @FCODieletta
