C. 35: Una copa de mentiras
Después de lo de Diego e Irene, Violetta estaba muy cabizbaja, así que Francesca para ayudarla, le sugirió ir de compras a ver si se sentía mejor.
Mientras Violetta caminaba por la calle, en camino a ir de compras, se tropezó con una chica. Se le hacía muy familiar. Cuando vio su cara inmediatamente la reconoció. Era Irene.
Al parecer, Irene también la reconoció.
-Oh, lo siento...-dijo Irene, pero después se fijó en la cara de Violetta-
Espera, ¿tu no eres la chica con la que estaba Diego en el aeropuerto?
Violetta sonrió falsamente.
-Eh, si, soy Violetta...-dijo Violetta entre dientes.
-¿Eres Violetta Castillo? ¡Es increíble! ¡Soy tu fan!-exclamó Irene-Soy Irene Mendoza.
-Un placer...-se halagó Violetta.
-Mira, Violetta, se que debes tener tu día muy ocupado, pero...-dijo Irene-¿Te molestaría tomar una copa conmigo?
Violetta lo pensó por mucho tiempo, pero al final aceptó.
-Esta bien.-dijo Violetta.
Irene y Violetta fueron a un bar español, y se pasaron las próximas 2 horas conversando y riéndose. Violetta creyó, que después de todo, Irene no era tan mala. Sólo era una vieja amiga de Diego, y nada más.
-Oye, Irene, ¿puedo contarte algo?-preguntó Violetta.
-¡Por supuesto!-exclamó Irene-Después de todo, somos amigas. Me puedes contar lo que sea.
-Esta bien. Al principio, cuando te conocí en el aeropuerto, me puse un poco celosa al verte abrazada con Diego, y...-reveló Violetta-creí que eran más que amigos. Pero ahora que te conozco, se que vos y él son nada más que amigos.
La cara de Irene cambió, de sonriente a seria.
-¿E-entonces, estás enamorada o algo así de él?-cuestionó Irene.
-Bueno, mucho más que eso. Él y yo tenemos tanta historia que, desde que nos reencontramos, sentimos cosas cada vez más fuertes el uno por el otro...-contó Violetta-Pero eso no es ningún problema, ¿cierto?
Irene miró seriamente a Violetta.
-Claro, Vilu...-dijo Irene en un tono no tan lindo-Sólo déjame advertirte algo...Aléjate de Diego...
Violetta miró a Irene confundida.
-No entiendo...-dijo Violetta extrañada.
Irene la miró con una mirada de furia.
-¡No te hagas la imbécil! Aléjate de Diego para siempre, o las verás conmigo...
Violetta casi se atraganta con su trago por todo lo que le decía Irene. Y después se dio cuenta de que todo lo que Irene le había dicho, era mentira.
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