C. 48: Sigue a tu corazón
Francesca aún estaba devastada por todo lo que le estaba pasando. Había perdido todos sus ahorros en la grabación de un comercial, para que terminarán estafándola. Ahora no tenía dinero, ni empleo,
Sin pensarlo, marcó el número de la persona con quien más estaba avergonzada, pues él le había insistido en no firmar ese contrato, pero ella lo ignoró por completo, Marco.
-¿Diga?-dijeron por la otra línea.
-Marco, soy yo.-dijo Francesca.
-¿Fran? ¿En serio eres tú?-respondió Marco sorprendido-¡No he hablado contigo desde que me contaste la noticia del bebé! Estaba un poco preocupado...
Francesca comenzó a sollozar.
-¿Qué pasa?-preguntó Marco-Te escucho mal...
-No, estoy bien, es sólo que...-trató de decir Francesca-Tenías razón. Nunca debí firmar ese contrato con Mystic's Records. Ahora me he quedado sin dinero ni empleo, ni siquiera para regresarme a Italia...
Marco se quedó en silencio.
-Andá, podés decirme 'Te lo dije.'-continuó Francesca.
-Todo estará bien, no te preocupes.-por fin dijo Marco.
-Agradezco tu optimismo, pero no pasará.-contestó Francesca negativamente-Nada saldrá bien. Soy un desastre absoluto, este bebé es tan desafortunado por tenerme como madre.
-¿Qué dices?-mencionó Marco-¿Cómo puedes decir eso?
-¡Es cierto!-exclamó Francesca-Si ni siquiera puedo tomar las decisiones correctas por mi cuenta, ¿cómo podré decidir por un niño?
-¡Nunca te atrevas a decir eso de nuevo!-extasió Marco-Tú serás una excelente madre, ese niño debería agradecerle al cielo de tenerte como su mamá. Eres amable, eres gentil, eres cariñosa, eres responsable, siempre sobrepones la felicidad de tus seres queridos encima de la tuya... Agradezco tanto haberme cruzado en tu vida, porque al instante de conocerte, supe que eres con quien quiero pasar el resto de mi vida. Te amo, Francesca, y no me arrepiento ni un segundo de estar contigo.
Francesca sonrió.
-Es muy dulce de tu parte, Marco, pero...
-No, sin peros.-replicó Marco-Sé que eres muy fuerte, y que podrás superar cualquier tipo de obstáculo, porque confío en ti, y porque sé que serás una gran madre. Así que ahora no te preocupes por esas cosas, sólo se feliz y escucha a tu corazón.
-Gracias, en serio lo necesitaba.-agradeció Francesca.
-Por nada, ahora debo irme, pero recuerda que...-dijo Marco-Te amo.
Francesca se sonrojó.
-Bueno, Marco, me dijiste que escuchara a mi corazón, así que creo que debo decirte lo que mi corazón dice ahora...-explicó Francesca-Yo también te amo.
Francesca colgó, salió del departamento, miró al cielo y dijo con una gran sonrisa:
-Siempre sigue a tu corazón.
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