C. 54: Y se nubló su vista...
Violetta despertó. No recordaba nada de la noche anterior. Sólo sabía que su cabeza le daba vueltas. Su vista se nubló un poco, pero después volvió a la normalidad.
-¿Pero qué...-dijo Violetta confundida.
Volteó a ver su reloj. Eran las 3 de la tarde. Se sorprendió, pues se suponía que tendría ensayo general a las 10.
"¿Me habré quedado dormida?" pensó Violetta.
Se levantó de la cama. No tenía idea de donde salieron tantos pañuelos con lágrimas, pues estaban regados alrededor de su cama. También habían botes de plástico de pastillas vacíos tirados en el suelo.
"Que extraño. Creí que sólo había tomado una pastilla para el insomnio." pensó, pero su cabeza le dolía mucho, estaba mareada.
Se vistió, se lavó los dientes, se peinó y salió de su habitación de hotel.
En recepción, estaba su manager, Bárbara, junto a algunos paramédicos vestidos en batas azules.
-¿Bárbara?-preguntó Violetta extrañada, pues su expresión parecía preocupada.
-¡Vilu! ¡Al fin!-exclamó Bárbara, y corrió a abrazarla-Estoy tan feliz de que estés bien.
-¿Eh? ¿Qué decís?-se intrigó Violetta.
Bárbara comenzó a observarla, tocó su frente, revisó sus manos.
-¡Cielo santo!-expresó Bárbara angustiada, se acercó al paramédico que estaba junto a ella, y le susurró algo.
Violetta en serio no comprendía nada.
El paramédico le dijo algo a Bárbara y ella asintió.
-Tiene razón. Lo más importante es su salud.-afirmó Bárbara-Supongo que...tendremos que cancelar la gira hasta último aviso.
-Hacés lo correcto.-respondió el paramédico.
Bárbara aún lucía con preocupación. Se acercó a Violetta y le dijo lentamente:
-Vilu, necesito que me hagas un favor. Necesito que vayas con estos buenos hombres, ellos están a ayudarte...
-¿Ayudarme? ¿Para qué? Bárbara, en serio no entiendo nada.-replicó Violetta.
-Y por favor, no preguntes porqué.-le pidió Bárbara.
En seguida, los paramédicos se acercaron a Violetta y la tomaron del brazo.
-Por favor, venga, señorita Castillo.-le dijeron los paramédicos firmemente.
Violetta estaba a punto de negarse, pero los paramédicos no parecían estar bromeando, pues al ver a Violetta vacilar, la cargaron a la fuerza.
La subieron a una camilla, Violetta se resistía y resistía, pero los paramédicos eran obviamente más fuertes que ella.
-¡Suéltenme! ¡Bájenme!-Violetta se retorcía y retorcía, pero los paramédicos la detenían en la camilla. En un punto, un hombre muy alto tomó una jeringa y la inyectó en el cuello de Violetta. Su vista se volvió a nublar, y quedó inconsciente.
De repente, despertó, y estaba en un tipo de hospital.
"¿Dónde estoy..." pensó Violetta.
Por: @FCODieletta Aquí comienza lo bueno...
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