Capitulo 38

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C. 38: San Valentín

-¿Qué pasa?-dijo Violetta sentándose en el sillón donde Francesca estaba sentada.

-Vilu...-explicó Francesca-estoy embarazada.

-¡¿En serio?!-exclamó Violetta feliz-¡Felicidades!

Violetta abrazó a Francesca. Francesca se limpió las lágrimas de felicidad.

-Lo sé. Todo fue tan inesperado.-comentó Francesca-Me aterré con la idea de estar embarazada, así que me hice la prueba. Y cuando vi 'POSITIVO', me di cuenta de que esto es un regalo de la vida. No podría estar más feliz...

-¡Es maravilloso!-felicitó Violetta-Pero, hablando de inesperado, ¿cómo pasó? ¿Quien es el padre? No me digas que Marco...

-Bueno, lo creas o no, si es Marco...-dijo Francesca.

-Pero, entonces...-insinuó Violetta-Vos y él...

-Si...-admitió Francesca.

-¿Cuándo?-interrogó Violetta-¿Cómo? ¿Dónde?

-En año nuevo, en Italia.-contó Francesca-Él me esperó en la plaza, y cuando fui ahí nos besamos, una cosa llevó a la otra y... ahora estoy embarazada...

-¿Y él no sabe?-preguntó Violetta.

-No, es una sorpresa completamente inesperada...

-¿Y cómo te sentiste cuando...

-¡Pero bueno!-rió Francesca-¿Esto es un interrogatorio?

-Lo siento, es sólo que...-explicó Violetta-Estoy muy emocionada.

-Igual yo.-comentó Francesca-Bueno, me voy a dar un paseo. Después de todo esto, necesito aire fresco.

-Dale, cuídate.-se despidió Violetta.

Pasaron las horas, y Violetta se la pasó tumbada en el sillón, viendo una película. Dieron las 2 de la mañana, Francesca estaba dormida, y Violetta aún estaba ahí.

Apagó la tele, estaba a punto de dormirse, hasta que alguien tocó la puerta. Violetta abrió la puerta. Se desconcertó.

-¿Qué haces acá?-preguntó ella-¿No estabas desaparecido o algo?

Era Diego.

-Necesitaba verte.-respondió Diego.

-¿Y por eso escapaste?-cuestionó Violetta un poco molesta-Estábamos muy preocupadas.

-Lo se, pero en realidad debo confesarte algo...-dijo Diego.

-¿Qué?

-Que no puedo...

Violetta estaba confundida.

-Me dijiste, que me alejará de ti...-continuó Diego-Pero no puedo hacerlo, porque tu eres a quien en realidad amo. No puedo sacarte de mi cabeza, de mis pensamientos, de mis sueños...

Violetta se quedó sin palabras.

-Y cuando estoy cerca de ti...-relató él-mi corazón se quiere salir del pecho... Es imposible no sonreír al verte, y no sufrir al saber que no estás a mi lado... Cuando nos besamos, supe que quiero estar contigo para siempre. Y no puedo alejarte de mi vida, porque tu eres mi vida...

Violetta sonrió. Se acercó a él y lo besó.

Fue un beso muy lento, pero al mismo tiempo, muy romántico. A Violetta le hacía sentir un cosquilleo cada vez que los dulces labios de Diego se unían con los de ella. Había algo en ese beso que la hacía enloquecer.

Diego la tomó de la cintura, y recorrió hacia el cuello de Violetta. Ella se apasionaba cada vez más. Diego la tumbó sobre el sillón. Violetta comenzó a desabotonarse la blusa. Diego la detuvo.

-Violetta, ¿estás segura de esto?-preguntó Diego.

-Diego, de lo que estoy segura, es de que quiero estar con vos...

Violetta continuó besando a Diego. Sus lenguas parecían bailar un suave vals.

Violetta se quitó la blusa, y Diego se quitó la camisa. Al principio, Diego sólo recorría el cuerpo de Violetta, dándole suaves besos. Cuando dejó de hacerlo, Diego y Violetta se sonrieron. Él la tomó en sus brazos y la llevó hacia la habitación.

Cuando llegaron, él la recostó sobre la cama. Diego tocaba el cabello de ella y le desabrochó el sostén. A Violetta le comenzaban a escaparle unos tantos gemidos. Diego comenzó a recorrer los muslos de Violetta.

A Violetta ya no le importaba nada, sólo quería estar con Diego por el resto de su vida.

-Diego...-dijo Violetta un poco jadeante-estoy lista...

Y después de eso, pasó. Diego la hizo suya. Y Violetta disfrutó cada momento de eso. Pero lo único que importó, era que se amaban, y que querían estar juntos por siempre.

A la mañana siguiente, Violetta despertó. Creyendo que lo de la noche anterior fue un sueño, suspiró con cansancio. De nuevo su inconsciente le jugó una broma pesada.

Pero justo en ese momento, Diego entró a su habitación con una bandeja de comida.

-Buenos días, preciosa.-dijo Diego dejando la bandeja en la mesita de noche-Te he preparado el desayuno.

Violetta sonrió. En realidad había pasado.

Violetta se acercó a Diego y lo abrazó tiernamente.

-¿Qué pasa?-preguntó Diego sonriendo.

-Que te amo, Diego.

Por: @FCODieletta ❤❤Dieletta❤❤

Novela Dieletta: ❤Tus ojos me hacen sentir que estoy volando❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora