C. 53: ¿Y qué le diría?
Francesca abrió la puerta del departamento, y apenas llegó, se tiró en el sofá. Había sido un largo día, y para un embarazo de casi 2 meses, sentía que tenía rocas en el estómago.-Ufff...-dijo Francesca, y tocándose el vientre, le habló a su bebé-No te preocupes, pequeño. Prometo no volver a hacer una larga caminata desde el trabajo.
Cerró los ojos queriendo descansar un poco, pero pronto sonó su teléfono. Francesca lo tomó y se alegró al ver quien era:
-¡Vilu! ¡Al fin oigo de vos!-exclamó.
-Hola, Fran. También me alegra hablar con vos.-respondió Violetta.
-¿Y cómo estás?-preguntó Francesca-¿Qué tal Paraguay?
-Genial, increíble. En serio.-dijo Violetta un poco decaída-Está un poco fresco, pero supongo que así es el clima acá. Mañana empezaré mi primer concierto...
-Que bien, pero ¿por qué sonás tan triste?-se preocupó Francesca.
-¿Yo? ¡No! Estoy bien, completamente bien...-por más que Violetta insistiera en que estaba bien, había algo en su voz que era muy distinto a como normalmente habla.
-Violetta, te conozco. Algo te pasa, y te pido por favor que me lo cuentes.-le reprochó Francesca.
-Ah, bien...¡no quiero estar aquí!-reveló.
-¿Qué?-exclamó Francesca-¿Cómo que no querés estar ahí?
-No quiero, Fran. No quiero.-dijo de nuevo frustrada-Quiero volver a Buenos Aires, quiero volver al departamento, y tener mi viejo trabajo, y estar con vos, y estar con...
-¿Diego?-replicó Francesca.
-Probablemente me odia ahora mismo...
Francesca rió sarcásticamente.
-¿Odiarte? ¿Estás loca? ¡Diego te ama!-dijo.
-¿Cómo lo sabés? Lo abandoné justo cuando todo estaba bien entre nosotros persiguiendo un sueño imposible... Si regreso y le digo que quiero estar con él de nuevo se enfadará, porque él desde al principio me dijo que todo esto era un error. Y tenía razón, pero no creo ser capaz de ir ahí y admitir mis errores.-explicó Violetta.
-Mirá, Vilu, las cosas no son así. Diego te ama, y te lo dice todo el tiempo. Si regresás y le decís que querés estar con él, lo único que hará es abrazarte y decirte lo mucho que te ama.-le dijo Francesca.
-Sí, tal vez...-Violetta hizo una larga pausa-Pero de todas maneras, ¿qué le diría?
-La verdad.-contestó Francesca-Le decís que fue un error haberte ido de gira y que lamentás haberlo dejado solo y que querés volver a estar con él. La verdad siempre es lo mejor para decir.
-Ojalá fuera tan fácil de hacer.-articuló Violetta.
-Sí es fácil. Sólo hace falta valor y amor para enfrentarlo y decirle todo eso. Y estoy bastante segura que tenés ambas cosas. Así que...-manifestó Francesca.
-Tenés razón. Sí es fácil.-se dio cuenta Violetta-Francesca, me regreso a Argentina.
-¡Sí!-se emocionó Francesca.
-Tenés tanta razón, no tengo idea como es que se me ocurrió que podía hacer esto. Soy muy joven para dar una gira mundial. ¿En qué estaba pensando?-se exaltó Violetta.
Violetta estaba a punto de buscar el número de su agente para contarle todo, pero entonces encontró, la hoja de papel con algunos renglones borrados. Era la hoja que contenía una vieja canción que había escrito en preparatoria. Así es, la misma hoja con la que Diego y Violetta se reencontraron hace algunos meses. Violetta sonrió, recordando los momentos, pero entonces pensó en Diego. Y en el pasado.
En Diciembre, cuando se reencontró con Diego, Violetta era una persona totalmente diferente. Era centrada, organizada, completamente enfocada en su carrera, aunque siempre sintió que había un vacío en su interior. Y Diego, él estaba en una banda, y sufría todos los días por Violetta. Y ni hablar de Francesca, enseñaba en una escuela en Italia, y casi nunca se comunicaba con Violetta. Y ahora: Violetta estaba de nuevo con Diego, y estaba dando una gira mundial; y Diego, ahora es una persona cálida y de buen corazón; y Francesca, está embarazada con el bebé de Marco.
Violetta notó, como todo va cambiando, y que hace algunos meses, jamás habría sobrepuesto el romance encima de su carrera, y ahora lo estaba haciendo.
-¿Vilu? ¿Vilu, estás ahí?-preguntó Francesca, quien aún estaba en el teléfono.
-Debo quedarme.
-¡¿Qué?!-se desconcertó Francesca.
-Sí, Fran. Esto es muy importante para mí. Es como un nuevo reto para mí, y no puedo rendirme a la primera vez que me acobarde. Sé que será difícil, porque dejo mi vida entera atrás, pero debo hacerlo... Espero que entiendas.
-Por supuesto que entiendo, Vilu. No te preocupes, y debes saber que te apoyo.-la animó su amiga.
-Gracias, Fran. Bueno, debo irme, ya casi es medianoche.-se despidió Violetta.
-Chau, Vilu, te quiero.-le respondió Fran.
A la medianoche...
Violetta se despertó jadeante, agitada y con algunas lágrimas en los ojos. Había tenido un sueño horrible. Soñó con su padre, que le decía que estaba haciendo todo mal. Y también soñó con Diego, lo habían encontrado muerto en su departamento.
Cuando Violetta despertó se echó a llorar, pensando que su sueño pudiera volverse realidad.Miró al cielo, estaba completamente oscuro. Se secó las lágrimas y temblorosamente dijo:
-Te extraño tanto, mi amor.
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