Capitulo 25

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C. 25: Una cajita de recuerdos
-Diego...

-Violetta...

Ambos juntaron sus labios. Así es, se habían besado. Y no era un sueño. Violetta quería, que si era un sueño, despertar ahora mismo...
Pero no, era la realidad. Se estaban besando, bajo la lluvia. Y era maravilloso.
Había imaginado ese beso como un momento magnífico, pero ahora que era la realidad, era perfecto. Y de repente el tiempo se paralizó, todo estaba bien, nada podía salir mal.

Y Violetta se dio cuenta, que quería permanecer ahí para siempre.

-Diego, yo...

-Shhh,-dijo Diego sonriendo-no arruinemos esto con palabras...

Diego la abrazó.

-Quisiera estar así para siempre...-dijo Violetta, mientras era rodeada por los brazos de Diego.

Diego se alejó de ella.

-Sin embargo, no puedes...-dijo él.

-¿Qué...-preguntó Violetta confundida.

-Ahora estás con León...

¡Increíble! Incluso León podría arruinar situaciones tan hermosas como estas.

-Diego, lo que pasa con León no es...-trató de decir Violetta.

-No, no digas nada. No necesito explicaciones de lo que pasa con León.-dijo Diego firme y claro-Yo sólo vine aquí a decirte lo que sentía, no a recuperarte, Violetta.

-Pero, es que...

-No, Violetta, no me expliques nada. No quiero ser el típico chico que roba a la chica.-afirmó Diego-Tu estás con León y yo lo tengo que respetar.

-Pero, Diego, vos no me robaste.-explicó Violetta-Lo único que me has robado, es el corazón...

-Violetta, aún así no estaría a gusto sabiendo que tu estabas con otra persona.-dijo Diego-Además, si tu eres feliz, yo también lo seré.

-Pero, Diego...-Violetta trató de detener a Diego, pero él se fue sin decir palabra.

Era tan triste para Violetta, ver que él chico que más quería, se alejara a causa de una mentira. Era como si toda su fragilidad interior, se quebrara. Algo que no podía soportar más. Violetta no pudo evitar llorar.

Cuando entró al departamento, Francesca estaba tomando una taza de té en la mesa del comedor. Violetta comenzó a llorar contra la puerta.

-¡Violetta!-dijo Francesca sorprendida al ver a su amiga en ese estado: mojada, triste, sola y en piyama-C-creí que te quedarías con Diego, pero...¿qué te pasa?

Violetta intentó hablar entre sollozos.

-Pasa, que no puedo vivir con esta farsa.-dijo Violetta con un nudo en la garganta-Una farsa que arruina todo lo importante para mi; mi reputación, mi relación con Diego...

Francesca corrió a ayudar a su amiga.

-Vilu, vos no podés seguir con esto, tenés que detenerlo...-dijo Francesca preocupada, mientras le daba un abrigo a Violetta.

-No puedo.-dijo Violetta aún llorando-Si digo algo, León va a arruinar mi reputación, y eso arruinaría lo demás; mi carrera, mi disquera, mis fans, mis sentimientos por Diego...

-Violetta, decíme que pasó con Diego...-dijo Francesca.

Violetta se levantó del suelo.

-¿Qué importa que haya pasado?-preguntó Violetta-Lo que en realidad importa, es como me sentí cuando pasó...

-Y, ¿cómo te sentiste?-preguntó intrigada Francesca.

-Me sentí; como en el cielo,-dijo Violetta con una mirada perdida-como si estuviera caminando en las nubes...como si jamás bajara a tierra, y me quedara ahí para siempre. Como si unas alas me tomarán, y me protegieran por el resto de mi vida...

Francesca en realidad comprendió lo que su amiga le decía, porque así se sintió cuando se reencontró con Marco.

-Y todo eso se arruinó...-comentó Violetta-Por culpa de la estúpida mentira de León...Lo odio tanto...

Francesca quedó pensativa.

-Vilu, ¿vos estás segura de que odiás a León sólo porque cuando nos graduamos él no aceptó una relación a larga distancia?-cuestionó Francesca-¿O hay algo que no me has contado?...

Violetta puso una cara peor.

-Mirá, Francesca. Lo que me pasó con León, fue muy doloroso. Tan doloroso, que por el momento quise huir, escapar de la realidad.-explicó Violetta-Pero pasó el tiempo, y lo pude superar. Ahora, todos esos recuerdos, están guardados en una cajita de recuerdos en mi mente. Y si abro la cajita, volveré a sentir todo lo que sentí en ese entonces; disfrutaré lo que disfruté, sufriré lo que sufrí, viviré lo que viví... Pero algo que yo no sabía, era que, si abro esa cajita, puede ser peligroso para mi. Y no soy lo suficientemente fuerte, como para abrirla. Así que, por favor, mantengámosla cerrada, ¿si?

Francesca quedó boquiabierta por todo lo que su amiga le había dicho. En realidad estaba deprimida.

Dicho eso, Violetta se fue a su habitación. Francesca se dio cuenta de que todo por lo que pasaba Violetta, era mucho más fuerte de lo que pasaba ella misma. Y que había sido una tonta con Marco. Ella en realidad tenía el suficiente tiempo como para abrir esa cajita de recuerdos, antes de que fuera demasiado tarde. Tenía que llamarlo.

Francesca marcó el número, pero no atendieron. Admitió que había sido valiente para abrir esa cajita, pero que la llave, ahora estaba perdida.

Novela Dieletta: ❤Tus ojos me hacen sentir que estoy volando❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora