Novela Dieletta:❤Tus ojos me hacen sentir que estoy volando❤

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C. 5: Rock n' Hit

-¡Uno, dos! ¡Un, dos, tres, cuatro!-exclamaba el baterista mientras chocaba las baquetas una contra otra.

Diego no dejaba de pensar en Violetta, en su encuentro, y en la hoja de papel que se le había caído. Tan sólo contenía unas cuantas estrofas y muchos borrones por debajo de ellas.

-¡Diego!-exclamó el bajista-¿Estás bien?

-Ah, si, claro.-dijo Diego volviendo a la realidad.

-Pues no lo parece, estabas en la luna y te olvidaste de tocar.

-L-lo siento, ahora si tocaré.-dijo Diego.

-Diego, sabes que es muy importante conseguir tocar en el Gran Rex, y si no le presentamos una actuación perfecta al dueño no nos dejará tocar ahí. Así qué concéntrate.-dijo el baterista.

-Lo se, ya me concentraré.-aseguró Diego.

Pero Diego recordó el reencuentro con Violetta, y como podía ver en sus ojos que a ella él ya no le importaba. Desafinó la guitarra al llegar a la segunda nota e hizo un ruido intenso y agudo.

-¡Pero bueno! ¡¿Qué es lo que te pasa ahora?!-exclamó el baterista aturdido.

-Es que yo...-explicó Diego.

-¿Sabes que? Tomemos un descanso, hemos ensayado mucho por hoy.-dijo el bajista.

Diego dejó su guitarra en el suelo, y tomó su teléfono, intentaba recordar el número de teléfono de Violetta, y cuando lo consiguió, se dio cuenta que ella lo había cambiado. Diego ya no podía hacer nada, Violetta no quería tener nada que ver con él, pero sin embargo tenía la hoja de ella.

Diego reflexionó; ¿qué pasa si esa hoja era importante para ella? ¿sería un patán si no se la diera? Aún así, era obvio que ella no quería saber nada de él, después del daño que le causó. Y además, ¿dónde la encontraría? No sabe donde vive, ni donde trabaja. Pero tal vez podría preguntar, y sorprenderla afuera del edificio.

"No, Diego, esta mal. Ella no te quiere ver ni en pintura. Aunque no vendría mal una pequeña conversación para ponernos al día..." pensó Diego.

Diego golpeó el amplificador de sonido con coraje. No podría decidirse en si ir con Violetta o dejarla en paz. Pero el simple hecho de pensar en ella, le hacía un nudo en la garganta, y una punzada en el corazón.

-Oye, ¿qué te pasa?-le preguntó el bajista de su banda.-Te veo muy distraído. Y tu no eres así. ¿Algo ocurrió?

-No es nada, en serio, no te preocupes, Pablo.

-Vamos, te conozco desde hace 2 años, sé que cuando algo te pasa, es porque debe ser algo grave.-dijo Pablo-en serio, cuéntame.

-Bueno, lo que pasa es que...-dijo Diego, en voz baja-Hay una chica, que conocí en el bachillerato. Su nombre es Violetta. Es linda, talentosa, carismática, amable, simpática, gentil, amorosa...perfecta.

-Por esa descripción, imagino que le tienes o tuviste un cierto afecto, ¿no?

-Si, ella es el amor de mi vida. La amo, la extraño, la pienso, la necesito...-respondió Diego con un tono vulnerable-Pero la lastimé de una manera imperdonable, así que ella no quiere saber nada de mi... El problema es que, la encontré hoy en el parque y...

-Los sentimientos hacia ella volvieron...-dijo Pablo, comprendiendo lo que Diego le decía.

-Sí, y además, al juzgar por su actitud no quiere saber nada de mi. Y tomé esta hoja, al parecer se le cayó. Y ahora no se si deba devolvérsela o sólo dejarlo ir...

-¿Qué quieres hacer?-preguntó Pablo.

Diego lo miró con cara de extrañado.

-No es lo que debas hacer, sino lo que quieras hacer. Si tu quieres ir a devolvérsela, entonces hazlo. Arriésgate, nada te lo impide...

-Pero no sé dónde vive, ni donde trabaja...-dijo Diego-Sólo sé que firmó con la disquera de Argentina's Récords.

Pablo sonrió.

-Yo sé donde está. Yo solía vivir aquí, y mi tío es jefe de ahí. Si quieres, te lo puedo indicar.

Diego no tuvo tiempo de contestar. Pablo le escribió la dirección del edificio en un papel y se fue.

Por la noche, Diego reflexionó en todo lo que Pablo le había dicho. Recordó el reencuentro de ese día más temprano. Como Violetta actuó de una manera muy distante con él. Como notó que ella ya lo había olvidado, y no le importaba. Como su corazón aceleró cuando la vio en sus brazos. Y de como la amaba.

Sin pensarlo, tomó su chaqueta, tomó el papel donde estaba la dirección del edificio, la hoja de papel de Violetta y salió de su hotel.

Diego, sólo corría y corría, guiándose por su instinto. Lo único en lo que pensaba era en Violetta, y cuanto necesitaba decirle que la amaba. Tardó 37 minutos, pero al fin llegó. Iba a entrar al edificio, a buscarla, pero alguien abrió la puerta antes de que él hiciera algo.

-¿Diego? ¿Qué hacés acá?

-V-V-Violetta...-Diego se pasmó al verla de nuevo, y sin saberlo, extendió la hoja de papel de Violetta.

Por: @FCODieletta :D

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