C. 55: Depresión.
De repente, despertó, y estaba en un tipo de hospital.
"¿Dónde estoy..." pensó Violetta.
Los paramédicos se acercaron a un mostrador, le susurraron algo a la recepcionista y llevaron a Violetta a un pequeño cuartito blanco. La puerta con una pequeña ventana daba la impresión de que estaban en un manicomio.
-Eh,-apenas y pudo decir Violetta, pues su cabeza aún le daba vueltas-¿Dónde estamos?
-Pronto lo descubrirá, señorita Castillo.-dijo uno de los hombres.
Al decir esto, los señores se marcharon dejando a Violetta ahí, y cuando ella intentó abrir la puerta, se dio cuenta de que estaba cerrada con candado.
-¡Auxilio!-comenzó a gritar Violetta golpeando la puerta-¡Me quedé encerrada!
Y pasaron horas y horas, y ni rastro de los hombres. Violetta empezaba a enloquecer, pero estaba muy cansada, que se quedó dormida en el suelo.
A la mañana siguiente, los hombres entraron al pequeño cuartito, donde se encontraron a Violetta casi desmayada. No había ingerido nada más que medicamento.
La tomaron de los brazos, ella estaba muy débil para luchar, así que dejo que se la llevaran. Entraron a un oscuro lugar, donde se podía ver un gran espejo en la pared, y una miserable mesa rota con tres sillas a los lados.
"¿Ahora qué..." pensó Violetta.
Los paramédicos sentaron a Violetta en una de las sillas y salieron, hasta que llegó Bárbara.
-Hola, Vilu. ¿Cómo estás?-le preguntó Bárbara.
-¿Cómo creés que estoy? ¡Ni siquiera sé donde me encuentro!-respondió Violetta.
-¿Tenés hambre?-Bárbara sacó una hamburguesa de una bolsa de comida que traía y se la extendió a Violetta.
-Mucha.-tomó Violetta la hamburguesa.
-Bueno, Vilu, la razón por la que estamos acá, es que estamos MUY preocupados por tu salud...-explicó Bárbara.
-¿Salud? ¿Qué hay con mi salud?-exclamó Violetta-Todo el tiempo mencionan que se preocupan por mi salud, pero no entiendo nada. ¡Lo único que logran es confundirme!
-Oh...-Bárbara tomó la mano de Violetta gentilmente-Entonces en realidad no lo recordás.
-¿Recordar qué?
-Vilu, esto será algo angustiante que escuchar, pero debo decírtelo...-la voz de Bárbara era una mezcla entre miedo y preocupación.-Creímos que habías muerto.
Violetta abrió los ojos muy desconcertada.
-Sí, ya sé, no tiene sentido lo que digo...-comprendió Bárbara-Lo que pasa es que...Ingeriste una sobredosis de pastillas. Según los reportes, ingeriste 6 botes de pastillas.
-¡¿Qué?!-Violetta gritó con todas sus fuerzas.-¡Eso es imposible! ¡Yo sólo me tomé una pastilla para el insomnio!
-Sí, pero no recordás el resto de la noche. Al cabo de las 2 de la mañana dejaste una nota de suicidio pegada a mi puerta, después te desmayaste.-contó Bárbara-Estábamos todos muy angustiados, en serio...
-P-pero, ¿cómo es que no sentí nada?-cuestionó Violetta casi sin habla.
-No lo sé, lo único que sé es que rasgaste gravemente tus muñecas con un cuchillo. Si lo hubieras hecho más profundo, probablemente hubieras muerto desangrada.
Violetta no analizaba lo que Bárbara le estaba diciendo. Volteó a ver sus muñecas. Y, justo como lo había dicho, tenían heridas muy serias.
Violetta no pudo hacer nada más que echarse a llorar ahí.
-Vilu, por alguna casualidad, ¿no hay algo que te esté causando esta depresión y estos lapsos que te dejan inconsciente?
-Tal vez...-dijo Violetta entre sollozos-Mi padre murió, y desde entonces yo...
De repente, salieron dos hombres altos vestidos de policía.
-Hemos oído suficiente.-dijo uno de ellos.
-Creo que lo que tendremos que hacer es hospitalizaría aquí.-respondió el otro.
-¿Qué? ¿De qué hablan?-preguntó Violetta confundida.
-Vilu, tendrás que quedarte internada aquí...-confesó Bárbara-Te han diagnosticado serios problemas psicológicos que si no tratamos podría tener consecuencias fatales. Por favor, comprende.
-¡Yo no voy a ningún lado!-se resistió Violetta.
La detuvo un paramédico inyectándole morfina. La vista de Violetta comenzó a nublarse, apenas pudo ver a Bárbara con algunas lágrimas despidiéndose de ella.
Al cabo de 2 semanas internada, Bárbara decidió regresar por Violetta, para ver como estaba. Cuando la dejaron pasar, ella entró al cuartito, sólo para encontrarse con botes vacíos de pastillas regados en el piso, y algunas manchas de sangre.
-Violetta...-tartamudeó Bárbara, al ver el cadáver frío e inmóvil tirado en el piso.
Por: @FCODieletta Ok, ya se lo que me van a decir: Que capitulo más fuerte ._. Ya se que estuvo MUY DEPRIMENTE y que no tiene NADA que ver con la inocente novela Dieletta que solía escribir. Pero creo que esto forma parte importante de la historia. *tranquilas, Violetta no está muerta* Bueno, perdón por traumarlas, y un beso (?)