Post-Capítulo 8

3.4K 324 31
                                    

Parpadeé repetidas veces al momento en que salimos del pensadero. El despacho de Albus se encontraba en la mismísima penumbra.

— ¿Qué fue de la chica que había en la casa? —Preguntó Harry mientras que Albus encendía varias lámparas con una sacudida de varita—. Mérope, o como se llamara.

—Descuida: sobrevivió —dijo Albus; se sentó detrás de su escritorio e indicó a Harry y a mí, que lo imitásemos—. Ogden se apareció en el ministerio y regresó con refuerzos al cabo de quince minutos. Morfin y su padre intentaron ofrecer resistencia, pero los redujeron y los sacaron de la casa, y más tarde el Wizengamot los condenó. Morfin, que ya tenía antecedentes por otras agresiones a muggles, fue sentenciado a tres años en Azkaban. A Sorvolo, que había herido a varios empleados del ministerio además de Ogden, le cayeron seis meses.

— ¿Sorvolo? —repitió Harry, sorprendido.

Fruncí el ceño, ¿acaso ese no era el segundo nombre de...?

—Eso es —confirmó Albus con una sonrisa de aprobación—. Me alegra ver que te mantienes al tanto.

— ¿Ese anciano era...? – Pregunté con la quijada caída.

—Sí, el abuelo de Voldemort. Sorvolo, su hijo Morfin y su hija Mérope eran los últimos de la familia Gaunt, una familia de magos muy antigua, célebre por un rasgo de inestabilidad y violencia que se fue agravando a lo largo de las generaciones debido a la costumbre de casarse entre primos. La falta de sentido común, combinada con una fuerte tendencia a los delirios de grandeza, hizo que la familia despilfarrara todo su oro varias generaciones antes del nacimiento de Sorvolo. Como has podido ver, él vivía en la miseria y tenía muy mal carácter, una arrogancia y un orgullo insufrible y un par de reliquias familiares que valoraba tanto como a su hijo, y mucho más que a su hija.

—Entonces Mérope... —dijo Harry, inclinándose sobre la mesa y mirando de hito en hito a Albus— entonces Mérope era... ¿Significa que era... la madre de Voldemort, señor?

—Así es. Y resulta que también hemos visto al padre de Voldemort. ¿No te has dado cuenta?

— ¿Ese muggle al que atacó Morfin? ¿El que iba a caballo?

—Muy bien, Harry —sonrió Albus—. En efecto, ése era Tom Ryddle sénior, el apuesto muggle que solía pasar a caballo por delante de la casa de los Gaunt, y por quien Mérope sentía una pasión secreta.

— ¿Y acabaron casándose? —pregunté con incredulidad. No concebía dos personas que tuvieran menos cosas en común, y por eso no entendía cómo podían haberse enamorado.

—Me parece que olvidas que Mérope era una bruja, aunque no es de extrañar que no sacara el máximo partido de sus poderes mientras estuvo sometida al yugo de su padre. Sin embargo, cuando encerraron a Sorvolo y Morfin en Azkaban y ella se encontró sola y libre por primera vez, estoy seguro de que consiguió dar rienda suelta a sus habilidades y planear la huida de la desgraciada vida que había llevado durante dieciocho años. ¿Se les ocurre alguna medida que Mérope pudiese tomar para lograr que Tom Ryddle olvidara a su compañera muggle y se enamorara de ella?

— ¿La maldición imperius? —Sugirió Harry

— O tal vez un filtro de amor. – Sugerí yo, mirando hacia el techo del despacho.

—Muy bien. Personalmente, me inclino a pensar que utilizó un filtro de amor. Supongo que le parecería más romántico, y no creo que le resultara difícil convencer a Ryddle para que aceptara un vaso de agua cuando, un día caluroso, él pasó por allí a caballo. Sea como fuere, transcurridos unos meses del episodio que acabamos de presenciar, hubo un gran escándalo en Pequeño Hangleton. Imagínense los chismorreos de los vecinos al enterarse de que el hijo del señor del lugar se había fugado con la hija del pelagatos.

Artemisa Slytherin y el Misterio del Príncipe Mestizo ➂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora