Capítulo largo
NARRADOR OMNISCENTE
La chica Slytherin apareció en el despacho de Albus Dumbledore. Cuando sus pies tocaron el suelo, se desplomó sin fuerzas sobre la suave alfombra que cubría todo el suelo del despacho del director de Hogwarts. Scorpius, su fiel amigo, al ver el estado de su mejor amiga, se deslizó por el suelo de la habitación hasta llegar al escritorio de madera tallada por miles de decoraciones. Miró las cinco botellitas que se encontraban sobre la superficie de roble, sus ojos dieron con la que poseía un color dorado brillante que contenía un líquido profundamente claro.
Lo cogió entre sus colmillos, volviéndose a deslizar por la superficie de madera hasta acabar en suelo y se arrastró hasta la chica, que respiraba con dificultad y tenía el rostro permeado por gotas gruesas de sudor.
— Artemisa –siseó con suavidad, dejando la botellita a un lado de la joven de cabello castaño y ojos extravagantes. – Bébelo.
La chica abrió los ojos, desmesuradamente. Scorpius casi soltó un chillido de horror cuando observó las cuencas de sus ojos, sus pupilas estaban reducidas a un tamaño minúsculo, cualquiera pensaría que no poseía pupilas. La chica gruñó mientras tomaba la botellita de color dorado, destapándola para poder observar el brillante color que poseía la pócima que había preparado Albus Dumbledore, el contenido era de color acaramelado, tan brillante como el mismo sol y desprendía un suave a olor a limón...
Artemisa se llevó la botella a los labios, sorbiendo levemente. El líquido estaba tibio cuando hizo contacto con su lengua, sus papilas gustativas percibieron el sabor del limón dulce y un regusto a mantequilla de maní. La chica bebió todo el contenido de la botellita, cada vez más rápido. Al finalizar con la última gota, la botellita se resbaló entre los dedos de la chica y rebotó contra la alfombra mientras que a la chica comenzaban a dilatársele las pupilas, el color regresaba a su piel y un viento fuerte comenzó a alborotarle los cabellos castaños justo en el momento en que se ponía de pie. Una sonrisa se extendía por su rostro.
— ¿Estás mejor, Artemisa? –le preguntó su mejor amigo, observándola desde el suelo. Ella parpadeó varias veces antes de eliminar la sonrisa de rostro. – ¿Qué sucede?
— Estoy mucho más que mejor, Scorpius, lo que sea que haya sido esa bebida, me ha regresado todas las fuerzas que había perdido en el lago de esa cueva –un escalofrío recorrió la espalda de la chica. – Pero...hay algo que está yendo muy mal, Scor. Las voces no paran de gritar, enloquecidas.
La chica abrió grandemente los ojos, escuchando una de las voces. Se acercó velozmente al escritorio del director y, apartando las botellas que contenían diferentes tipos de líquidos, consiguió una carta.
Scorpius iba a preguntar de qué se trataba pero Artemisa ya había abierto el sobre, sacando una hoja de pergamino amarillenta que poseía unos cuantos párrafos escritos con la letra de Albus Dumbledore. La carta estaba dirigida hacia ella.
Un estruendoso estallido llegó hasta los oídos de ambos, tanto Scorpius como ella, soltaron un quejido de dolor. Artemisa guardó la carta dentro de su suéter, sacó su varita y corrió hacia la puerta del despacho de Albus, Scorpius se deslizaba con agilidad detrás de ella cuando ambos bajaron los escalones que conducían al despacho.
Corrieron por los pasillos, guiados por los estruendos que invadían el castillo. Habían llegado al pasillo que dirigía a la Torre de Astronomía, el lugar donde habían dejado a Albus Dumbledore y a Harry Potter. El oscuro pasillo estaba invadido por una nube de polvo, pues se había derrumbado una parte del techo.
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Artemisa Slytherin y el Misterio del Príncipe Mestizo ➂
FanfictionLUMOS... Definitivamente no puedo vivir en un mundo normal, ni mucho menos seguro. Mi vida está repleta de circunstancias insólitas, es como si el creador del mundo estuviese burlándose de mí. Soy la heredera de un poderoso mago, ganadora del Torne...