ULTIMO CAPITULO

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Kenny y yo estamos visitando Paris en este momento, ¿cierto que es hermoso? Kenny piensa que están equivocados y solo es un monumento como cualquier otro, yo creo que está realmente en lo cierto quién la colocó en las siete maravillas. Supongo que está, ¿verdad? Me dejo de tonterías, no escribo solo para decirles lo que me parece la Torre Eiffel.
Estamos pasando un momento hermoso, Kenny se comporta muy bien conmigo, no tienen de qué preocuparse. Anoche hablé con los abuelos y me contaron que van a viajar a Inglaterra, allí desearía estar, pero saben que es importante este trabajo que he conseguido aquí.
No tengo mucho tiempo, por eso no quiero llamar a casa, sé que voy a terminar llorando contigo, mamá. Los extraño, los necesito cuando me peleo con Kenny, pero sé que este es mi momento para triunfar y ser alguien en la vida. Solo quería decirles esto, necesito que sepan que estoy bien, que voy a llamar en cuanto pueda y que los amo mucho, demasiado para ser normal.

Gracias por ayudarme siempre.

Ashley.

—¿Dónde dices que estás? —Pregunta James en un grito—. ¡Megan Maslow! Vas a morir, voy a matarte, juro que esta vez nadie va a perdonarte nada. —Se queda en silencio unos segundos—. Si, ya sé, ya sé. Voy para allá. —Una breve pausa—. No, no llores, Megan. Eres una irresponsable. No, no llores.

—¿Qué le ocurre ahora? —El ceño de David se frunce, cambia de canal y desliza su cuerpo hacia abajo en el sofá.

—Muévete, vamos a buscar a tu hermana.

David vuelve a fruncir el ceño.

—¿A dónde?

—A la comisaria.

La risotada de David retumba por toda la sala y comedor. No puedo evitar rodar los ojos. ¿De nuevo en la comisaria? ¿Ahora qué?

—Yo voy.

No tardo ni dos segundos en ponerme de pie e ir en busca de mi bolso. Cuando bajo las escaleras me encuentro con la puerta abierta y James toca el claxon para apurarme, salgo y corro hasta meterme en el auto.

—¿Qué hizo?

—Hace más de cinco horas que está allá —dice con el ceño fruncido y una voz dura—. ¿Acaso nunca nadie le enseñó a no pelear con los policías y cruzar cuando la luz está en verde?

—Ya, papá —dice James—. Va a darte algo si no bajas un cambio.

Me quedo callada porque sé que James ya no tolera las cosas de Megan. ¿Quién las tolera? Seamos sinceros, si tiene veintidós años y vive de prisión en prisión, de fiesta en fiesta mientras su hermana ya está emprendiendo en Paris y su hermano está a punto de salir de la universidad, claro que va a dejar de tolerar esas cosas.

¡Oh, hola! Es que no los vi. Megan, Ashley, David y James me vuelven un tanto loca. Seguramente por eso no les he resumido qué es de nuestras vidas y resulta que ha pasado mucho tiempo, ¿cierto? Ya ven, creo que se han dado cuenta. Tengo tres hijos mayores de edad, aunque una de ellos parezca apenas una chica de quince años.

—¿________?

—Si.

—¿Te quedas aquí mientras vamos por ella?

—Si, ve.

James se baja del auto con David siguiéndole los pasos y juntos entran a la comisaria.

Bueno, si. Lo que les decía. David está a dos pasos de recibirse como médico y está construyendo su propio consultorio para trabajar. Ashley hace cinco meses consiguió una beca en la universidad para hacer una especie de pasantía en Francia, Paris y ella está feliz. Megan, bueno, no puedo decir que estoy orgullosa de ella, pero tampoco voy a decir que me decepciona. Por más que hace cuatro años que se está tomando un "último año sabático" antes de entrar a la universidad, es una chica muy capaz y que sabe lo que quiere, aunque no lo demuestre y solo le guste la fiesta, los chicos y el alcohol.

¿Saben? Ya tengo la edad suficiente para decir que mis hijos no me necesitan, que solo vivo para mi esposo y para mí misma, pero a la vez no puedo soltarles la mano. James tampoco puede y es por eso que aquí estamos para retirar a Megan de la comisaria.

—No vuelvo, te juro que no vuelvo a sacarte de aquí, Megan.

Mi hija entra al auto con cara de perro.

—¿David?

—Van a entregarle el auto a él, así que maneja hasta la casa.

Megan rueda los ojos.

Al llegar a casa James se encierra en el escritorio para tener una seria conversación con Megan. Ya sé lo que se viene, anoche hemos estado hablando sobre esto. Es hora de que James y yo nos dediquemos el uno al otro y la mejor forma de hacerlo es que nuestros hijos ya tomen sus caminos y nosotros nos movamos de esa casa a una más pequeña, solo para nosotros dos.

LA BELLA Y LA BESTIA (JAMES MASLOW Y TU) SEGUNDA TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora