Fruncí el ceño y volví a bajar la mirada.
-No es cierto.
-Claro que lo es –alzó ambas cejas-. ¿Por qué crees que no es cierto? Me hieres, ______.
-Oh, que sensible –moví mi cabeza para salir de su agarre-. Dijiste que esto te recordaba a cuando estábamos en México, cuando no había amor y eran todas peleas.
Chasqueó la lengua y se alejó un poco de mí.
-¿Lo has creído?
Alcé la mirada para verlo del otro lado de la cama, observándome con notorio nerviosismo.
-Claro que lo he creído, James. Lo has dicho sin titubear y seriamente.
-No era en serio.
Negué con la cabeza y acomodé mi cabello detrás de mi espalda.
-Pues lo has dicho.
Bufó.
-Tú has dicho que me detestas.
-Y luego has escuchado cuando le dije a Megan que te amo.
-¿Por qué yo tengo que creer que tú me amas cuando antes has dicho que me detestabas? –Alzó una ceja.
-Entonces tampoco pretendas que yo me crea que me amas cuando tú has dicho antes que no me amabas.
-Yo no dije eso.
-Dijiste que, no había amor en nuestra relación, ¿acaso no es lo mismo?
Desvió la mirada por un segundo y pareció pensar en lo que habíamos dicho hasta ahora.
-¿Por qué tenemos que vivir peleando?
-Eso mismo me pregunto yo.
Presioné mis labios juntos, si le decía lo que estaba pensando, no había vuelta atrás.
-______, no...
-Déjalo, ya está bien.
Alzó la vista para conectar nuestras miradas. Sus ojos miel parecieron brillar.
-¿Me perdonas?
-No, James. No se trata de perdonar.
-No, escucha, por favor, escucha, ______.
Alcé la barbilla dándole la señal para que comenzara a hablar.
-Ha sido mi culpa, lo acepto, ¿si? Solo quiero estar bien contigo, no quiero más peleas, sé que siempre decimos lo mismo, que no vamos a pelear y toda la cosa, pero, amor, esta vez va muy en serio, ¿has visto a los niños? _______, se están acostumbrando a vernos pelear y les afecta.
Respiró y esperó una respuesta de mi parte. No iba a dársela, no por ahora.
-Arreglemos las cosas, ¿si?
Negué con la cabeza. No podía dejar que todo siguiera normalmente, cuando por dentro me hacía demasiado mal. Pareció desilusionado.
-Escucha, James. No voy a repetir esto y es decisión tomada –respiré profundamente.
-Si es eso de dormir lejos mío, no me importa que decisión hayas tomado, dormirás aquí.
Sorbí mi nariz y alcé la vista. Mis ojos comenzaban a aguarse.
-¿Qué ocurre? –preguntó preocupado.
Hizo intento de dar un paso hacia mí.
-No, no te acerques, estoy bien.
Asintió con la cabeza y se revolvió el cabello.
-No estarás embarazada, ¿o si? –preguntó. Negué con la cabeza-. Pensé que estabas embarazada, pero querías abortar.
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LA BELLA Y LA BESTIA (JAMES MASLOW Y TU) SEGUNDA TEMPORADA
RomansaSegunda parte de la Bella y La Bestia