-¡Papi! ¡Papi! ¡Quelo uno de eso! –Grita Megan señalando un barrilete.
James observa hacia arriba donde hay montones de barriletes volando. Están todos atados a un carrito que lleva un hombre. Baja la mirada y Megan le extiende los brazos. La sienta sobre su cadera y agarra a David con la otra mano.
-Yo tamben quelo uno de esos –dice Ashley desde los brazos de Caroline.
Así que James compra uno y deben compartir. No es por el dinero, sino porque deben aprender a compartir como hermanos. James les enseña a remontarlo y después los hace volarlo sobre el mar mientras me da un descanso. Me tiro de espaldas a tomar sol. A Caroline la hemos dejado que se vaya a observar tiendas y comprar lo que le apetezca. Hoy, James y yo cuidaremos de los niños, no siempre necesitamos una niñera para ellos.
La gente de aquí habla en español y nos miran raro cuando hablamos en ingles. Chile es lindo, muy lindo. Tiene montaña y a la vez mar, eso es lo que lo hace atractivo. Nunca en mi vida había estado aquí y me siento muy agradecida de que a James se le haya ocurrido esto de traernos de vacaciones aquí. Los niños están felices con el viaje, con el mar, con las montañas, con las cometas, los helados, la gente, la comida y bueno, creo que con todo lo que se les cruce. James está feliz de vernos feliz y yo coincido en parte con él. Es bueno tomarse un tiempo con la familia, alejarse del trabajo y de lo cotidiano por un tiempo.
-Helados, helados.
Y sé que los niños ya deben de estar pidiendole a James que les compre uno.
-¡Mami! Mira, mami –David se tira sobre mí y me muestra su muñeca.
Tiene una pulsera hecha con hilos de cera. Es negra con amarillo, verde y rojo. Está emocionado y me cuenta que se la han comprado a un hombre que vendía miles de esas.
-Megan y Ashley tienen una pulsera rosada en la pierna.
Sé que se refiere a una tobillera en el tobillo, por eso lo tiro a la arena y le hago cosquillas. Ahora una de las niñas se tira sobre mí y luego la otra. Me río divertida, pero cierro los ojos para que la arena no me entre y me lastime.
-Ya, ya, ya –dice James riendo-. Mami ya ha tragado suficiente arena.
Ashley se ríe divertida y se pone de pie. Me siento en la lona, que está llena de arena, y veo a James que está parado observándome. Tiene unos lentes oscuros y el cabello alborotado. Mierda, mi marido si que es sensual.
-Mira, mami –dice Megan mostrándome la tobillera rosada.
-Oh, pero que bonita –le digo con dulzura.
-¿Vamos al agua? –Pregunta James.
Ashley pega un grito de felicidad y David se ríe de ella. Megan sale corriendo hacia el mar, pero James la detiene y la toma en brazos.
-Primero lo primero, nadie se aleja de mamá o papá. ¿Entendido?
Los tres niños asienten. Me pongo de pie y me sacudo la arena de todos lados. Mi bikini es multicolor la parte de arriba y negra la parte de abajo. Las dos niñas tienen trajes de baño enterizos, Meg celeste y Ashley rosado. James tiene un traje de baño blanco con líneas azules y rojas. Y David tiene uno verde con negro.
-¡Al agua! –Grita Megan estirando sus brazos al cielo.
James baja a la niña y la deja sobre la arena. Acomodamos las cosas en su lugar y después nos vamos los cinco juntos al agua.
-¡A la p*ta madre!
El agua está helada, parece recién descongelada. James se ríe mientras Megan tirita.
ESTÁS LEYENDO
LA BELLA Y LA BESTIA (JAMES MASLOW Y TU) SEGUNDA TEMPORADA
RomantizmSegunda parte de la Bella y La Bestia