CAPITULO 18

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Abro los ojos y por un momento me siento desconcertada, luego me doy cuenta de que estoy en el hotel, en Chile. Me estiro lentamente y tanteo la cama en busca de mi marido, no está. Me siento y aparto las sabanas, escucho el correr del agua dentro del baño. Me estoy haciendo pis encima, así que corro y me meto en el baño.

-¿_____? ¿Eres tú?

-Soy yo, Mals.

-Buen día.

-Buen día –digo sentada en el inodoro.

-¿Qué ocurre? –Asoma la cabeza y se ríe de mí.

-¡James!

-Perdona, no sabía –dice entre risas y mete la cabeza en la ducha nuevamente.

-¿Has visto a los niños?

-No, me desperté hace veinte minutos.

No respondo y me despojo rápidamente de mi ropa. Un tierno frío me recorre el cuerpo y sin pensarlo dos veces corro la mampara y me meto en la ducha para encontrarme a James desnudo.

-Así que mi esposa se ha despertado juguetona –dice con los ojos cerrados y bajo el agua.

-Tenía frío. Ponla más caliente.

-Estás loca. –Se ríe.

Luego de una ducha con mi marido, una ducha algo intensa, me visto con un short de jean y una blusa suelta blanca. Cepillo mi cabello frente al espejo mientras James se viste en la habitación y está viendo las noticias. Tomo el secador de pelo y lo enciendo para secarme un poco el cabello.

-¿Pido el desayuno o salimos a desayunar con los niños?

-Con los niños –grito por encima del ruido del secador.

James no responde, pero sé que ha escuchado. Así que termino de secarme el cabello y me cepillo los dientes. He decidido no maquillarme, no tiene sentido. Aunque si me paso manteca de cacao por los labios y luego apago la luz del baño para salir de allí.

-Hablé con Caroline.

-¿Qué dice? –Me pongo las ojotas y me siento en la cama mientras me ato el cabello en una coleta.

-Que los niños se han despertado hace ya un buen rato y están bañados, así que peina a las niñas y bajan a nuestro encuentro.

-Yo quiero peinar a mis hijas –me quejo.

-Siempre las peinas tú, deja que Caroline haga su trabajo.

-Me dan celos.

James se ríe divertido de mí y se sienta mi lado para ponerse sus ojotas azules.

-¿Llevas traje de baño debajo?

-No-oo –digo en un cantito.

-Pues deberías.

-¿Por qué? Claro, si se puede saber.

-¿Por qué crees tú?

Me río y lo empujo con el costado de mi cuerpo. Maldito tonto. Así que me pongo de pie y subo una de mis maletas a la cama.

-¿Es la misma maleta que llevabas cuando te quedaste en la pista de despegue?

-Ni me lo recuerdes.

-Eras tan testaruda.

-Y tú un engreído.

-¿Un qué? –Alza una de sus cejas.

Abro la maleta y comienzo a revolver para encontrar mi traje de baño rosa pálido. Le repito el adjetivo calificativo a James y él vuelve a preguntar por qué he dicho eso, me río de él y lo llamo anciano. Se pone de pie y me cuelga sobre su hombro.

LA BELLA Y LA BESTIA (JAMES MASLOW Y TU) SEGUNDA TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora