Jack
Voy camino a casa. Las piernas aún me tiemblan un poco y mi preocupación hace que voltee a ver para todos lados. Después de la aparición de la extraña mujer fui directo a visitar a Celeste y ésta mencionó que hay que buscar respuestas, así que me pidió que le llevase el libro de La Chica en París, el cual aún se encuentra en mi casa. A pesar que le repetí muchas veces a la muchacha que no quería llevárselo, pues yo ya lo revisé, ella insistió, así que aquí estoy de camino a traerlo. No estoy seguro de si quiero entrar de nuevo a mi hogar, puesto que ya no me siento protegido ahí, pero tengo que afrontar mis miedos, en algún momento voy a necesitar entrar ahí ya que es donde duermo y donde como.
Después de un pequeño tramo de camino a casa, llego a esta y con mucho cuidado y lentitud abro la puerta, coloco mis ojos sobre cada una de las partes de la sala que es lo primero que se ve al entrar al lugar y después de asegurarme que no hay ningún ente extraño entro al sitio, aunque lo hago con mucho sigilo. Observo en el suelo el libro que estoy buscando y con cuidado lo recojo esperando que nada extraño suceda, coloco el objeto entre mis manos, pero justo en ese instante siento que un escalofrío recorre todo mi cuerpo, trato de convencerme a mí mismo que lo que estoy sintiendo está solo en mi cabeza y que, además, nada malo va a suceder.
De pronto escucho ruidos extraños y admiro una inmensa luz que sale de una habitación, para ser más específico, de la recamara de mi mejor amigo Marck, en ese momento el libro que estoy sosteniendo empieza a moverse por sí solo, sé lo que está a punto de pasar: un espectro va a aparecer. Creo que cualquier persona en el mundo estaría de acuerdo conmigo al no querer pasar por una sensación de disgusto o que le pone incómodo, como la que yo siento cuando un espectro se aparece, por eso no tengo pensado quedarme a admirar como otra vez se presenta la sombra de la mujer. Poseo en mi interior un enorme miedo y me dan ganas de gritar. Salgo de la casa y cierro la puerta con todas mis fuerzas, justo en el momento en el que estoy afuera, el libro deja de moverse y los ruidos extraños desaparecen, me tranquilizo.
Voy de regreso a casa de Celeste y en el camino mi cabeza es un mar de pensamientos, cosa que en los últimos días se ha vuelto muy común.
Buscar respuestas es lo único que he hecho en las últimas semanas, porque desde que esto comenzó me he formulado muchas preguntas ya que no soy capaz de entender por qué está sucediendo todo lo que está pasando y en especial no sé cuál es la razón que me pase justo a mí, hay tantos millones de personas en el mundo y tuve que ser yo el suertudo. Llego a casa de Celeste y dejo de lado mis pensamientos, toco la puerta y es la chica quien la abre.
— Te estaba esperando— Me dice con preocupación— Ha pasado algo y es necesario que lo sepas.
La muchacha está sudando por todas partes y además su respiración es muy rápida y en sus expresiones se puede mirar el miedo y la sorpresa.
— Entra, tengo que hablar contigo sobre algo muy importante — Vuelve a hablar mientras me invita a pasar haciendo un gesto con las manos— Vamos a mi cuarto, nadie se tiene que enterar de esto.
Con mucha confusión subo las escaleras junto a Celeste y acto seguido entramos a su recamara, la chica pone seguro a la puerta.
— Lo que te voy a contar a continuación es algo que jamás le he dicho a nadie más que a mi mejor amiga, es algo demasiado importante y tienes que prometerme que vas a guardar el secreto.
Por los gestos de la muchacha se nota que lo que está diciendo es muy serio y aunque no comprendo lo que está pasando, es más que obvio que tiene que ver con las apariciones de los espectros.
— Jack — Dice, pero luego se detiene— No puedo hacer esto, es muy difícil —Se lleva la mano a la frente y comienza a dar vueltas por toda la habitación.
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Pretérito
Mystery / ThrillerEl pasado es un arma de doble filo que te puede consumir hasta llegar a matarte. Celeste lo sabe muy bien, tener la capacidad de poder ver el pasado de las personas con solo tocarlas le ha dejado muy en claro eso. A sus veinte años la chica no está...