Trigésimo Capítulo

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Jack

Estoy muy preocupado por Celeste, desde ayer no he sabido nada de ella, pero espero que todo se encuentre bien. La última vez que la vi se puso muy nerviosa ya que su madre, la mujer sombra, me dijo que le comunicara que alguien de su familia iba a fallecer. Por eso ella me pidió de favor que yo estuviese pendiente en todo momento por cualquier cosa y que la ayudara a evitar que algo malo les pase a sus familiares. Sin embargo, no se ha comunicado conmigo.

No estoy tranquilo, he estado pendiente toda la mañana por cualquier señal que Celeste me dé. Por eso decido tranquilizarme, busco algo que hacer para no morir de la desesperación, entonces decido terminar de pintar el cuadro que estoy haciendo sobre la chica.

El día de ayer, cuando llegué a casa por la noche avancé un poco más con la pieza de arte: terminé de delimitar algunas facciones de la cara y agregué algunos otros detalles. Estoy seguro que si me dedico a pintar un poco todos los días voy a terminar la obra de arte a mediados de la otra semana. Pintar es un trabajo muy tardado y lleva mucho esfuerzo y dedicación, por eso no lo puedo hacer de la noche a la mañana.

Mientras le doy color a los hermosos rizos de la chica, recuerdo la primera vez que la vi, fue en la estación de autobús el día que llegué a la ciudad, vaya suerte la que tuve ese día: pude encontrar una casa en donde vivir y conocí a la chica más hermosa de todas. Evoco que después de ese momento, pasé todo el siguiente año y medio buscándola por todas partes. Algunas veces me la encontraba cuando iba a comprar al mercado, pero en general jamás tuve un contacto directo con ella hasta el día que nos inscribimos al concurso de literatura, ese día fue en verdad hermoso. Recuerdo que me enredé a ella sin querer, ya que me distraje tanto, al estarla observando, que no pude poner atención cuando me propuso que fuésemos compañeros. Añoro mucho todos esos momentos

Pensar en el concurso de libros me hace acordarme que hoy, sábado, es la reunión para los escritores, pero es más que obvio que Celeste y yo no vamos a asistir. Creo que ya ni siquiera vamos a participar en la competencia, en estos instantes estamos muy concentrados en encontrar al esclavo del Maligno como para perder tiempo escribiendo un libro.

Algunas veces me gusta pensar que todo lo que está pasando es por algo, no creo que haya sido casualidad que me haya involucrado en este embrollo, me gusta pensar que todo esto ya estaba planeado y escrito en el destino que iba a suceder. Mi gran sueño es que el destino nos una a Celeste y a mí, ella es la mejor persona con la que he estado en años y es la única chica que me acepta como soy, es la primera muchacha que no ha salido corriendo al verme, la única con la cual he llegado a tener una amistad duradera. Yo quiero que nuestra relación vaya más allá, que pase a otro nivel, ya que creo que me he enamorado de la chica desde que me besó en el callejón. No he podido sacármela de la mente. Además, me da mucha impotencia tener que verla sufrir, no me gusta que pase por malos momentos. Por otro lado, a veces me aturde pensar que Celeste no siente lo mismo por mí, estoy casi seguro que el beso que nos dimos no significó nada para ella; ella al ser tan bonita debe haber salido con muchos chicos muy guapos y mejores que yo, pero estoy seguro que voy a lograr conquistarla. Nunca he tratado de enamorar a una chica, pero sé que con los consejos de mi amigo Marck lo lograré, haré que Celeste sea mi novia.

Termino de delinear el contorno del ojo izquierdo de la chica, dejo mis pinceles a un lado y doy unos cuantos pasos atrás para observar cómo me está quedando la pintura. Lo primero que puedo notar es que he mejorado mucho, poco a poco he afianzado mi técnica al momento de utilizar el pincel; lo segundo es que puedo ver que no he logrado, todavía, plasmar la hermosa sonrisa de la chica, es decir, esa naturalidad con la que sonríe y demuestra tanta ternura.

Me tomo un pequeño descanso y dejo un poco de lado el pintar. Voy hacia la cocina para degustar un bocadillo y me encuentro con que Marck dejó un gran desorden, ya estoy un poco cansado que el chico siempre deje todo tirado y que no pueda ordenarse. Desde que sus papás vinieron de visita, está muy afectado, tanto por lo que le dijeron cómo por las actitudes de estos; así que por eso ahora ya casi no sale de su habitación y cuando lo hace se desaparece todo el día. No sé qué es lo que quiere probar o por qué lo hace, pero si sigue así va a terminar muy mal y es muy posible que sus progenitores le quiten todo el dinero que le han entregado, la única razón de que no lo hayan hecho hasta el momento es porque, a pesar de ser una de las personas más egoístas, egocéntricas, enojadas y que solo viven para complacerse a sí mismo, aman a su hijo, muy a su manera, pero lo quieren bastante. Sin embargo, creo que va a llegar un punto donde se les va a acabar la paciencia y terminarán tomando medidas estrictas para que su hijo se comporte de una buena vez por todas, y eso va a afectar mucho a mi amigo.

La pareja que le dio vida a Marck está conformada por personas horribles, eso sí que lo puedo asegurar, la señora Teresa y el señor Arturo son gente que siempre prefirió hacer negocios antes que cuidar de su hijo. Por eso, hasta cierto punto, comprendo que Marck actúe de cierta forma. Por suerte, para mí, mis papás siempre me trataron bien y eran todo lo contrario a la terrible pareja, claro hasta que sucedió lo de mi elección de carrera. Al ver la desunión que hay entre Marck y su familia me siento un poco mal y reconsidero si el hecho de no hablar con mis papás está bien o no.

De repente, una brisa muy fría recubre toda la habitación por algunos instantes, todo el ambiente se pone muy tétrico y un escalofrío me pone la piel de gallina, mi cuerpo palidece y ante mí se aparece la figura de la mujer sombra. A la par de ésta se encuentra otro espíritu ya conocido para mí, es Bernard. Atrás también hay muchas personas más, las cuales me miran.

— Tienes que protegerla, el esclavo del Maligno intentará matarla esta noche, tal cual lo ha hecho con todos nosotros. — Dice con voz fría un espectro de mujer— Todas las almas estamos muy asustadas, sin ella nuestra esperanza y la de mucha otra gente se acabará. La chica tiene que cumplir su destino, necesita detener al Maligno.

— Avísale que se proteja y que acabe ya con esta situación, — Ahora es Bernard quién habla y lo hace con mucha preocupación— si no lo logra todas las almas de las personas que fuimos asesinadas por el servidor nos quedaremos aquí en la tierra. Cuando alguien muere a manos del Maligno no puede ascender al mundo de los muertos, jamás puede descansar en paz.

Eso explica la razón por la cual cuando los espectros se aparecían decían que salváramos sus almas.

— Dile a mi hermana que la quiero mucho,— Menciona una chica de unos dieciséis o diecisiete que tiene algunas quemaduras— cuéntale que escuché todo lo que me dijo en el callejón y que mi respuesta es que yo también la amo. Necesitamos que se apure, que cumpla su misión para que todos nosotros podamos descansar en paz.

— Todo está en tus manos ahora, Jack. — Dice la mujer sombra, — el futuro de estas almas depende en que vayas con mi hija y le cuentes todo. Cumple tu papel de mensajero.

Justo en ese entonces todas las almas desaparecen del lugar. Ahora entiendo muchas cosas, sobre mi cabeza se muestran las respuestas. Las almas de las personas que son asesinadas por el Maligno se quedan en este mundo para siempre si no se hace nada al respecto, quizá eso también explique por qué la mamá de Celeste se aparece como una sombra, ella no es un alma en pena sino que es un espíritu que viene del más allá.

Salgo de la casa corriendo lo más rápido que consigo, estoy muy nervioso y siento mucha ansiedad. No puedo dejar que Celeste sea asesinada y no solo porque es la única que puede salvar a muchas personas en estos momentos, sino porque la amo y no sé qué haría sin ella, no imagino un mundo en el cuál no pueda verla, sería lo más triste que me pueda pasar. Tomo el autobús hacia la casa de la chica. Durante el tiempo que estuve esperando a que el transporte llegara a la estación, no podía soportar ni un minuto más, la desesperación me consumía, ahora que ya voy de camino me pasa lo mismo. Al bajar del transporte camino unos cuantos minutos para poder encontrar la casa de la chica, al llegar a mi destino toco la puerta como loco, sin embargo nadie la abre. La desesperación empieza a crecer aún más.

— ¡No puede ser!— Me exalto — ¿Por qué nadie abre la puerta?

Vuelvo a tocar muchas veces como desquiciado. Necesito avisarle a Celeste lo que me dijo su madre.

— Celeste ábreme es urgente— Grito— Necesito que por favor escuches lo que te voy a decir, tienes que saber algo importante.

Al ver que nadie responde a mis llamados me acerco a la ventana para poder observar el interior de la vivienda, como lo supuse no hay nadie en esta, todo se encuentra apagado y no hay señales de vida.

Me desespero mucho, la ansiedad se apodera de mí. Quiero salir y gritar, necesito encontrar a la chica, soy la única persona que puede advertirle lo que va a suceder.

De la nada tengo una sensación extraña como si alguien estuviera cerca de mí, pero no logro ver a nadie más, a parte de mí, en la calle. De nuevo vuelvo a sentir la presencia, en definitiva hay una persona que me está observando.

— ¿Quién anda ahí?— Pregunto.

Justo cuando termino de hablar, alguien me tapa la boca con un pañuelo y me inmoviliza los brazos, me amarra las manos con unas esposas y luego me da un golpe en la cabeza para que me desmaye. Caigo al suelo inconsciente. 

PretéritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora