Décimo Primer Capítulo

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Celeste

Jack está parado justo frente a mí, a la par está mi hermano que se encuentra muy enfadado y atrás están mi padre y su enfermera, Rosa. Me duele la cabeza y me siento cansada pero el chico vino hasta acá y dijo cosas que me han dejado intrigada.

— ¿Estás loca? — Menciona mi hermano — él entró a la casa sin nuestro permiso.

— ¿Alguien me puede explicar qué es lo que pasa aquí?— Cuestiona mi padre.

— Nada papá— respondo.

Jack se encuentra nervioso, está sudado y su respiración es rápida, cualquiera en su posición se sentiría apenado, pero el chico había hecho todo para poder comunicarme su mensaje.

—Esta persona que vez aquí— comienza a hablar de nuevo mi hermano señalando a Jack — entró a la casa por la fuerza y ahora Celeste quiere que no haga nada.

— Si Jack entró de manera abrupta es porque no querías dejarlo pasar y el chico necesita decirme algo urgente, de hecho es algo que no puede esperar.

— En ese caso— Dice mi progenitor — no veo problema en que el muchacho se quede.

Mi hermano pone una mueca de furia, no puede creer que mi padre le lleve la contraria, así que se va de la habitación, aunque se encuentra enojado.

— Y tú— Sigue hablando mientras me mira— dile a tu amigo que no vuelva a entrar por la fuerza. Ya sé que es urgente lo que te quiere decir pero no puede hacer eso, hay otras maneras de lograr hablar con alguien sin necesidad de irrumpir en su hogar.

— Claro papá — Respondo — esto ya no se va a volver a repetir— Miro a Jack y éste asiente con la cabeza.

Mi padre y la enfermera se van al instante, aunque Rosa pare ce muy disgustada con la situación, ella es una mujer muy amargada y cualquier cosa que la moleste, como un chico que interrumpe su paz y tranquilidad, la pone de muy mal humor y más cuando el suceso tiene que ver conmigo.

—Siéntate y cierra la puerta— Hablo para Jack, que ahora es el único, aparte de mí, que está en la habitación.

El muchacho hace lo que le pido y toma asiento en una silla que hay cerca de mi cama. Tengo demasiadas preguntas que hacerle, no estoy segura de que lo que dijo fuese algo cuerdo, pero con los acontecimientos que me han pasado en los últimos días, términos como la cordura, la locura y la lógica han perdido su significado, porque cosas que antes creía que eran imposibles me han sucedido. Claro que yo ya tenía una conexión con asuntos extraños gracias a mi don que me permite ver el pasado de las personas al tocarlas, pero de eso a que una mujer fantasma quisiese comerme y luego que diga que salve su alma hay mucha diferencia.

— ¿Entendiste algo de lo que te dije?— Pregunta él.

La respuesta a esa interrogante es muy complicada para mí. Entiendo que es lo que dijo y comprendo sus palabras, pero no tengo ni la menor idea a lo que se refiere, tan solo poseo un leve presentimiento que lo que dijo tiene que ver mucho con lo que me pasa, y en concreto me llama demasiado la atención un objeto que el mencionó, con el cual tengo mucha conexión.

— Hablaste sobre un libro— Digo — ¿puedes repetirme el nombre de éste?

— La Chica en París— Responde.

Ese nombre me trae muchos recuerdos demasiado dolorosos que aún me causan lágrimas al hablar de ellos. Hay muchos días en los cuales pienso en ese libro y se me rompe el corazón al recordar todo lo que pasó alrededor de él.

— Hazme un favor Jack— Le hablo— Ve al librero y busca en medio un libro color rojo.

El muchacho se para y comienza a buscar. Es raro ver a mi compañero de escritura en mi casa, jamás imaginé que lo vería aquí, llevo muy pocos días de conocerlo y en nuestras reuniones no hacemos nada más que escribir ideas para el escrito. Reflexiono por un momento, no entiendo cómo es que Jack descubrió la dirección de mi vivienda.

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