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Daniel, aún seguía sentado, estaba destruido. Por lo menos Mateo había reaccionado mejor de lo que creía. Unos golpes en la puerta llamaron su atención, y no eran golpes cualquiera. Los reconocería en todo momento. Acru.

Con lentitud se acercó a la puerta, no tenía ganas de ver a nadie y mucho menos a Agustín. Lo dejó pasar sin dirigirle la palabra.

— Dani.— dijo apenas entró a la casa.— Perdón, yo me la mande.— era tan extraño verlo así, sin esa hermosa sonrisa en sus labios.

— Como si pudieras conseguir algo con tu perdón.— habló. Por parte tenía razón y el mayor lo aceptaba pero al menos se estaba tomando el tiempo para disculparse.— Ya fue, ¿para qué viniste? — preguntó intentando quitarse las marcas de las lágrimas de sus mejillas.

— Siempre que te peleas con alguien terminas haciendo cualquier cosa. — se sentó junto a el.— De algún lado te juno.— bromeaba buscando sacarle alguna sonrisa al menor. — ¿Era verdad que te gustaba Mateo?

— Que se yo.— se encogió de hombros.— Ni siquiera se si me considero gay.

No hace falta ser gay si o si para que te guste un pibe. No hace falta que pongas etiquetas, si al verlo sentís esa emoción única no hace falta que te digan porque es. — dijo acariciando la espalda del menor. Quizás no sentía nada fuera de amistad por el pero no significaba que iba a dejar de amarlo.

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No se porque amé este cap ay

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