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— No sé.— esa fue la respuesta de Daniel. Era verdad, no estaba seguro y no le iba mentir.— ¿A vos?— preguntó.

— Nah.— respondió el mayor, sonriendo de lado.— Me parece...— su voz sonaba dudosa.— Que me gustas vos.— dijo bajando la vista.

Dani no pudo evitar sonreír, le parecía tan tierno a veces. Las ganas de besarlo eran inmensas, pero no lo haría. Hacerlo significaba quedar más confundido aún.

— Agus.— habló sin despegar la vista de un punto fijo frente a el.— La estás errando mal.— soltó una risa.— Yo no te gusto.— intentó explicarle, Acru volvió a mirarlo ya que no comprendía lo que decía.— Estas confundido nada más,— apoyó una mano en su hombro.— me siento igual que vos, no sé ni lo que me pasa.

— Ni da para volver a intentar ¿no?— preguntó muy inseguro. Daniel negó sonriendo.

— Vas a ver que dentro de unos días se te pasa.— avisó. Una hermosa sonrisa se formó en los labios de Agustín, quizás tenia razón.

— Si vos decís.— rieron.— Entonces, si todas la veces que me chamuye a un amigo tuyo vamos a terminar cogiendo...— dijo haciéndose el inocente.— ¿Sabés si Aie anda en algo con alguien?— luego de decir eso consiguió un golpe en el hombro por parte de Daniel.

— El pibe tiene novia, gil.— aclaró sin dejar de reír levemente.— Tranqui, algún día vamos a repetir esa noche.— decía con tono atrevido. Acru sonrió, el chico lo tenia tan confundido que parecía imposible.